AL-ANDALUS Y LA TOLERANCIA
La etapa de dominio musulmán, fue de tolerancia cultural y religiosa. Tolerancia entre musulmanes, judíos y cristianos, que permitió la pacifica convivencia de estas tres comunidades y un rico y variado intercambio cultural y científico.
Ahora bien, esta realidad que se ha podido constatar a lo largo de los ocho siglos de dominación árabe, hace conveniente que reflexionemos sobre el significado real de la tolerancia.
En primer lugar debemos señalar la existencia de las condiciones necesarias que posibilitaron la convivencia pacifica de las tres culturas mencionadas: cristianos, judíos y musulmanes pudieron organizarse socialmente según sus propias formas de vida y costumbres. Además los tres grupos culturales gozaron de libertad religiosa para practicar sus propios cultos en edificios dedicados específicamente a tal fin, ya fueran iglesias, mezquitas, o sinagogas.
Sin embargo, esta tolerancia teórica, que es efectivamente real, no siempre tuvo reflejo en una convivencia igualitaria y pacifica en la práctica cotidiana. Esto sucedió porque siempre hubo una cultura mayoritaria que domino sobre dos culturas minoritarias, y porque la cultura mayoritaria siempre toleró a las otras dos, pero de una manera discriminatoria.
En efecto, a lo largo de la convivencia de las tres culturas, existen etapas de dominios político, religioso y cultural. Sobre todo la musulmana y la cristiana. Ambas actuaron durante el periodo de su dominación como culturas mayoritarias y predominantes. Por el contrario, la cultura judía nunca detento el poder político dominante, actuando a lo largo de todo el periodo como minoría.
Tanto musulmanes, primero, como cristianos, después, aceptaron y toleraron la existencia de comunidades de religión y cultura diferente a la suya, pero tolerancia no significa igualdad religiosa y cultural, sino la admisión de una realidad ya existente cuya prohibición o expulsión comportaba mayores problemas que su permanencia. Eso si, a cambio de esta tolerancia las minorías religiosas y culturales eran discriminadas frente a la mayoría dominante: debían pagar tributos especiales por su condición religiosa, no tenían posibilidad de acceder al poder político, y en ocasiones sus miembros eran obligados a vivir en determinadas zonas de la ciudad, debiendo soportar el predominio religioso del grupo dominante y sufriendo la influencia de la cultura mayoritaria, que acabaría imponiendo su lengua y sus costumbres a los grupos minoritarios. Los grupos minoritarios conservarían como rasgos propios su religión, su lengua – normalmente para uso sagrado – y algunas costumbres.
Por lo que sabemos tanto musulmanes como judíos pudieron seguir practicando su religión en iglesias y sinagogas. Al mismo tiempo, sabemos que algunas iglesias fueron transformadas en mezquitas para el culto islámico. Como también de la misma manera, durante el dominio cristiano, algunas mezquitas fueron convertidas en iglesias.
Pero bien es cierto, que la mayor parte de este final de periodo de dominio se caracterizo por un clima de convivencia pacifica, hasta mediados del siglo XIV, por motivos religiosos y la dominación total del pueblo cristiano, creo una intolerancia de violencia y destrucción sangrienta, acompañada de la conversión de las sinagogas en iglesias cristianas, y la casi total ruina y destrucción de las juderías.
A la vista de lo anteriormente expuesto puedo concluir que la etapa de dominio musulmán fue más tolerante con las culturas minoritarias que la etapa de predominio cristiano.
El enriquecimiento e intercambio cultural de judíos, cristianos y musulmanes, destaca mas por sus logros que por sus defectos. El conocimiento de las ciencias del momento, la agricultura y ganadería, artesanía y comercio, la cultura del agua y su aprovechamiento, el arte, la astronomía, la escritura, los pensamientos, la arquitectura y el urbanismo, etc.
Creo bien, a mi modesto entender que dicha tolerancia y el trasvase de conocimientos entre Oriente y Occidente enriqueció a Al-Andalus, pues todas las culturas aportaron todo lo que poseían, sin dicha tolerancia hubiese sido imposible el florecimiento cultural y comercial europeo de la Baja Edad Media y el Renacimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario