lunes, 9 de julio de 2012

Historia de los musulmanes en al-Ándalus. La Granada mora: El Albayzín



LA GRANADA MORA: EL ALBAYZÍN






El Albayzín es el barrio más peculiar de Granada. Adentrarse por sus callejuelas es sumergirse en las raíces moriscas de la ciudad. Sobre el origen de su nombre hay dos teorías entre los lingüistas. Mientras que para unos debe su nombre actual a los pobladores de la ciudad de Baeza que, desterrados de ella tras la batalla de las Navas de Tolosa, se asentaron en esta zona de Granada fuera de las murallas existentes, otros en cambio aseguran que el topónimo viene del árabe al-bayyāzīn (en su pronunciación granadina con imala, al-bayyīzīn), que significa el arrabal de los halconeros.






El propio término de “Albayzín” ya describe el encanto que el barrio encierra, pues normalmente este nombre designa un poblamiento situado en altura y muy peculiar, desvinculado del resto de la ciudad. Junto con la Alhambra, el Albayzín constituye el núcleo antiguo de la Granada musulmana, un periodo de la ciudad que comenzó en el 756 y que ha dejado una huella imborrable en esta joya andaluza.









Puerta Fajalauza


La mayor influencia del barrio llegó en la época de los nazaríes, y su trama urbana respeta la que se creó en aquel tiempo. Con callejuelas estrechas y plagado de irregularidades, se extiende desde la parte más alta, San Nicolás, hasta el curso del Río Darro y de la calle Elvira, que se encuentran en Plaza Nueva, ya dentro de la zona típicamente urbana de la ciudad.





  


Las viviendas típicas se conocen como “el carmen”, casas de fachada blanca, rodeadas de un alto muro y con un pequeño huerto o jardín. La canalización y la distribución del agua se realizó a través de los aljibes, de los que aún se cuentan 28, muchos de ellos en uso actualmente.








Muchos son los monumentos que se agolpan y mezclan en el barrio, lo que sumado a su belleza le ha hecho ganarse el distintito de Patrimonio de la Humanidad. La Alcazaba de Cadima, la Puerta Nueva, la muralla Nazarí, las Torres de la Alhacaba, la Iglesia de El Salvador, el Palacio de Dar al-Horra o la Casa de Porras son algunos de sus rincones más emblemáticos que reflejan la cultura de esta ciudad.



  


Pero el encanto del barrio reside en su estratégica ubicación, desde donde se pueden contemplar vistas inigualables. Al mirar hacia el Oeste, se disfruta de la vista de toda la ciudad y se puede contemplar desde la altura la belleza de la catedral de Granda. Pero si miras hacia el suroeste, más allá del río, desde la plaza de San Nicolás, descubres una vista magnífica de toda la Alhambra, desde el Generalife hasta la Alcazaba.

















Sin embargo, para contemplar la belleza y la peculiaridad del Albayzín, no hay nada mejor como subir a la Alhambra y mirar por alguna de las ventanas del Palacio de Carlos V. Es entonces cuando sientes de cerca lo lejos que parece encontrarse el Albayzín de la ciudad de Granada.

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