domingo, 19 de mayo de 2024

IBN GANIYA

 

IBN GANIYA

Ibn Gāniya: Yaḥyà b. ‘Alī b. Gāniya. ?, f. s. XI-p. s. XII – Granada, 10 de ša‘bān de 543 H./24.XII.1148 C. Político y militar, último gobernador almorávide de al-Andalus.

Caudillo andalusí, Militar, Político,

BIOGRAFÍA

Yaḥyà b. Gāniya fue un prominente político y militar, cuya actuación tuvo lugar, principalmente, durante la última fase del dominio almorávide en al-Andalus. Es el primer personaje conocido de los Banū Gāniya, dinastía bereber cuyo nombre, femenino, procede del de una princesa almorávide que fue entregada en matrimonio por el emir Yūsuf b. Tāšfīn a ‘Alī b. Yūsuf, jefe de la familia, el cual tuvo dos hijos, Yaḥyà y Muḥammad. Los Banū Gāniya fueron los últimos defensores de la legitimidad almorávide, incluso cuando su gobierno había caído hacía ya tiempo, llegando a crear un dominio territorial soberano en las Islas Baleares que no fue conquistado por los almohades hasta 1203.

Las fuentes no suministran ninguna biografía de Yaḥyà b. Gāniya, por lo cual es preciso espigar los datos que se encuentran dispersos en las diversas crónicas y fuentes históricas respecto a su actuación. A este respecto solo conocemos informaciones puntuales y fragmentadas de las diversas funciones que realizó y de las actuaciones que protagonizó durante los gobiernos de ‘Alī b. Yūsuf y Tašfīn b. ‘Alī, segundo y tercer emir almorávide respectivamente, siendo un personaje clave durante el período de declive del poder almorávide en la Península, que se produce a partir de la década de 1120.

Comenzamos a tener noticias de su actuación política a partir de 1133, cuando fue nombrado gobernador de Valencia, cargo que hasta entonces había ejercido en Murcia, donde desempeñó una actuación eficaz e incluso brillante. Al año siguiente obtuvo su principal éxito político y militar que fue, al mismo tiempo, una de las últimas victorias de los almorávides sobre los cristianos. Tras apoderarse de Mequinenza, el rey aragonés, Alfonso el Batallador, puso sitio a la localidad de Fraga, que se encontraba a punto de caer en sus manos. El gobernador almorávide de al-Andalus, Tašfīn b. ‘Alī, envió para socorrerla un contingente encabezado por sus mejores generales, Zubayr b. ‘Amr al-Lamtūnī, Yaḥyà b. Gāniya y ‘Abd Allāh b. ‘Iyāḍ, gobernador de Lérida. De ellos fue Ibn Gāniya el que llevó la iniciativa y organizó la disposición estratégica de sus fuerzas, colocando a la vanguardia a las tropas de Ibn ‘Iyāḍ, en el centro las suyas y en la retaguardia las de Zubayr. El encuentro con los cristianos se produjo el 23 de ramadán de 528/17 de julio de 1134 y fue favorable a los almorávides, quienes contaron con el apoyo de la población sitiada que, al ver que los cristianos eran derrotados, se lanzaron sobre su campamento. Ello hizo que el rey aragonés se viera obligado a retirarse, emprendiendo la marcha hacia Zaragoza. Gracias a esta victoria y con la ayuda del gobernador de Fraga, Sa’d b. Mardanīš, Ibn Gāniya logró apoderarse de Mequinenza y reocupar diversas localidades fortificadas de la marca oriental situadas en torno a dicha plaza.

En 1143 o 1144, al declararse la revuelta del místico Ibn Qasī en Mértola, Yaḥyà b. Gāniya fue trasladado a Sevilla, sede del poder almorávide en la Península, lo de que, de hecho equivalía a otorgarle el gobierno de al-Andalus, quedando como gobernador de Valencia su sobrino, ‘Abd Allāh b. Gāniya. A finales de 1144, Ibn Gāniya puso asedio a la ciudad de Niebla, principal centro urbano del territorio onubense durante la época medieval y una de las ciudades del Suroeste peninsular que habían reconocido la autoridad del rebelde Ibn Qasī. Sin embargo, en febrero de 1145 estalló otra revuelta en Córdoba, protagonizada por el cadí de la ciudad, Ibn Ḥamdīn. Ello obligó a Ibn Gāniya a abandonar el asedio de la capital iliplense para tratar de restablecer el control almorávide en la antigua capital omeya.

A partir de entonces y durante dos años, Ibn Gāniya tratará infructuosamente de recuperar el control de Córdoba desde Sevilla. En ŷumādà II de 540/19 de noviembre-17 de diciembre de 1145, los cordobeses, disgustados con la actuación de Ibn Ḥamdīn, reclamaron la presencia de Ibn Gāniya, a cuyo encuentro salió el cordobés, siendo derrotado en Écija, de forma que, el 12 de ša‘bān de 540/28 de enero de 1146, los almorávides recuperaron el control de la capital cordobesa. Pero Ibn Ḥamdīn no se resignó a perder el poder y, tras un breve refugio en Badajoz, se trasladó a Andújar, hacia donde de inmediato se dirigió Ibn Gāniya para capturarlo. El cordobés acudió entonces a la ayuda de Alfonso VII, quien aceptó su solicitud y acudió personalmente a socorrerlo. Ello obligó a Ibn Gāniya a retirarse a Córdoba, pero el 10 de ū-l-ḥiŷŷa de 540/24 de mayo de 1146 Alfonso VII e Ibn Ḥamdīn lograron entrar en la ciudad, obligando a Ibn Gāniya a ofrecer su vasallaje al soberano castellano-leonés. El almorávide, no obstante, mantuvo el control de la ciudad, mientras que Ibn Ḥamdīn se retiró a Hornachuelos, acogido por el emperador.

A comienzos de 1147 se produce la irrupción en la Península de los almohades, quienes se apoderan de Sevilla en enero. Sin embargo, el dominio inicial de los almohades se vino abajo por la defección de los caudillos andalusíes que los habían apoyado frente a los almorávides. Ello permitió a Ibn Gāniya protagonizar una última acción, recuperando Algeciras de manos de los almohades. Finalmente y ante la amenaza combinada de cristianos y almohades, Ibn Gāniya pactó con el general almohade Barrāz la entrega de Córdoba y Carmona a cambio de que le dejaran Jaén, donde, al poco tiempo, fue sitiado por el emperador Alfonso VII. Gracias a una estratagema pudo huir a Granada, ciudad en la que murió el 10 de ša‘bān de 543/24 de diciembre de 1148, siendo su tumba conocida aún en tiempos de Ibn Jaldūn, según afirma el célebre cronista tunecino.

 

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