FRIGILIANA: MOMENTOS DE NUESTRA
HISTORIA (MÁLAGA)
- Autor: Antonio Sánchez - Fuente: noticiasfrigiliana.com
.
Sobre el
origen del Condado y la Villa de Frigiliana
En 1482, el
alcaide (1) El Darra y la guarnición del cautillo de la alquería (2) de
Frigiliana tomaron partido por el destronado rey nazarí (3) granadino Muley
Hacén padre de Boabdil el Chico y hermano de El Zagal.
A mediados de
1485, y antes de que lo hiciera la ciudad de Vélez, Frigiliana se rindió “sin
fuerza de armas” a los Reyes Católicos, siendo su propio alcaide el mudéjar (4)
Atauquidem quien les hace entrega del castillo y sus dominios. Los reyes
cristianos se comprometieron a admitir como vasallos suyos a todos los que
quisieran quedarse en este lugar y respetarían sus haciendas, costumbres y
prácticas religiosas, si bien tendrían que pagar a los reyes los impuestos y
gravámenes que venían tributando al rey moro de Granada.
El viernes 27 de
abril de 1487 se rendía la ciudad de Vélez de la Santa Cruz y las tierras de
Frigiliana pasaban a formar parte de su jurisdicción, según consta en escritura
fechada en 2 de octubre de este mismo año.
El 28 de marzo de
1490 nuestros reyes firmaron un despacho en Sevilla por el que las tierras de
Frigiliana, Nerja, Maro y otros lugares próximos se concedían al judío
malagueño Maimón Leví. Y el 29 de enero de 1491 el repartidor Diego de Vargas
expedía un auto (resolución judicial) ante el escribano Enrique Fernández por
el que se ordenaba a Alfonso López, medidor de tierras, que hiciera lo propio
en Frigiliana y otras alquerías que se le habían dado al dicho judío.
Tras el decreto
de expulsión de los judíos, dada en Granada en 1492, parte de las tierras de
Leví pasaron a propiedad del alcaide cristiano de Vélez, don Sancho de León, el
cual hizo donación de las mismas al futuro marido de su sobrina el criado
García de Guzmán, que más tarde sería alcaide de Nerja. Ese escrito está
fechado en Marchena (Sevilla) a 27 de noviembre de 1493.
En este mismo
año, 1493, aparece la peste y en 1494 hay un fuerte terremoto que afectan, como
es lógico, a la naciente población.
La reina Doña
Juana de Castilla, después del fallecimiento de su madre Isabel la Católica en
1504, intentará por todos los medios que los lugares cercanos a la costa
permanezcan con casas habitadas, aunque los repobladores rechacen las tierras
tan próximas al mar, pues sus vidas corren peligro ante los continuos
desembarcos de moros procedentes del norte de África.
Todas las tierras
que abandonaban los huidos mudéjares, judíos y moriscos (5) pasaban a ser
propiedad de la Corona. Por eso, en abril de 1505, el rey Fernando dispone
desde Toro (Zamora) que se proceda a repoblar estos lugares con cristianos
viejos y que se levanten fortalezas para defenderse, haciéndoles “merced,
gracia y donación irrevocables de todos los bienes que dejasen...”.
La primera
repoblación la hace Vélez, según real cédula dada en Segovia a 2 de septiembre
de 1505, aunque sólo afecta a Nerja y Torrox.
Conviene también
hacer constar que en todo este tiempo la Iglesia no cesa en su actividad y en
26 de mayo de 1505 creaba en Frigiliana dos parroquias, la de Santa María y la
de San Juan, con sus correspondientes beneficiados (curas) y sacristanes,
dependiendo de la primera la puebla de Nerja, hasta que el 18 de enero de 1510
se desvincula Nerja y desaparece asimismo la segunda parroquia. Esto se
realizaba con autoridad apostólica del arzobispo hispalense fray Diego de Deza,
teólogo, dominico e inquisidor general.
En el verano de
1507 hay nueva huida en masa, siendo Frigiliana la más afectada. Esta vez la
reina no podrá vender las tierras abandonadas como hizo, por ejemplo, con las
de Maro en 1505 sino que tendrá que darlas en mercedes, como pago a los grandes
señores con los que estaba endeudada.
Y aquí aparece ya
el primer señor de Frigiliana, don Iñigo Manrique de Lara. Esto se daba en
Burgos el 26 de enero de 1508. Por consiguiente, el condado de Frigiliana tiene
su origen en una merced real: la de doña Juana la Loca.
Este don Iñigo
era, en estas fechas, capitán y alcaide del Castillo de Gibralfaro y de la
Alcazaba de Málaga por herencia de su padre don Garci Fernández Manrique, que
había tenido grandes repartimientos tras la conquista de esta ciudad por los
Reyes Católicos en 1487. Don Iñigo era también señor de Nerja, de Alozaina y de
Chilches, entre otros títulos.
En los meses de
abril y mayo de 1508 se marcharon casi todos los que quedaban en Nerja, y las
haciendas abandonadas las concedió doña Juana a don Diego de Castilla, que en
1513 las vendió al señor de Lara.
No obstante todo
lo expuesto anteriormente, Frigiliana permaneció despoblada hasta 1630 en que
su quinto señor, también llamado don Iñigo, levantó unas veinte casas, “hechas
a la malicia, con un terrado por encima y unas pocas de tejas. Son unos hombres
muy pobres y necesitados, para poder comer hacen carbón y pleitas de esparto y
los tiene como vasallos haciendo que estén descaperuzados delante de si.” Esto
es lo que dice el Concejo veleño, que se oponía, como es lógico, a que
Frigiliana se separase de su jurisdicción.
Este don Iñigo
llegaría, con el tiempo, a ser Vizconde de la Fuente (1 de noviembre de 1629),
conde de Frigiliana (31 de marzo de 1630) y caballero de Alcántara (3 de agosto
de 1633). Trajo vecinos, plantó cañas y levantó el ingenio para la elaboración
de azúcar.
Hay una real
cédula de fecha 23 de diciembre de 1639, dada en Madrid, en la que el rey
autoriza a los vecinos de Frigiliana a contratar el censo para la compra de su
jurisdicción, que importó 3.200 ducados (6), más otros 600 de gastos de
expediente, es decir 3.800 ducados.
Así, el 2 de febrero
de 1640, Frigiliana compra al rey Felipe IV su separación de Vélez, erigiéndose
en VILLA (7) con jurisdicción propia, en primera instancia, y con la facultad
de elegir cada año alcaldes, regidores y otros oficiales del consejo. Para ello
tuvo que pagar al rey 16.000 maravedís (8) de plata por cada uno de los 49
vecinos (9) y 6.400 ducados por cada una de las 7 leguas (10) a la redonda que
dio al término.
Estas cantidades
y las anteriores las adelantó el conde. Es natural que así ocurriese pues ya
hemos visto la pobreza que padecía la vecindad. Pero el conde no iba a perder.
¡Faltaría más!
En la escritura
que se firmó el 23 de diciembre de 1639 los vecinos de Frigiliana Diego Díaz y
Juan Ramírez, en nombre y representación de todos los demás, firmaron esto: “Lo
cual tratamos con don Iñigo Manrique de Lara, Conde de esta Villa, que nos
diese a dicho censo las dichas sumas y que lo impondríamos en su favor y el de
sus sucesores sobre nuestras personas y bienes y sobre las mejoras de la suerte
de tierras y haciendas que en ella y en este término nos habrían repartido. Y
nos obligamos de no vender, ni en manera alguna enajenar en todo ni en parte,
hasta tanto que el dicho censo esté retenido y quitado”.
Así fue como
Frigiliana, comprando su propia jurisdicción, se convirtió en tierra de
señorío, aunque no del conde sino de sus propios vecinos. Es, por consiguiente,
la única jurisdicción de nuestra comarca que, desde 1640, está libre de
villazgo (11).
Esta jurisdicción
no es la civil y criminal, como podría pensarse, sino la de 190 ducados anuales
de censo que los vecinos se comprometieron a pagar al conde y de las dos
gallinas que en caso de compraventa de bienes raíces tendrían que entregarle
como censo enfitéutico (12) al formalizar las escrituras.
El 24 de mayo de
1640 don Pedro de Bahamonde, del Consejo y Cámara de Su Majestad, convocó al
vecindario, dio posesión del Condado a don Iñigo, estableció la justicia, creó
el Ayuntamiento y puso en sus cargos a estos señores: don Pedro de la Torre y
don Antonio Tomares, como alcaldes ordinarios (13); don Juan de Mayorga y don
Pedro Díaz, como regidores de la Santa Hermandad (14); don José de Rivas, como
alguacil mayor (15) y don Diego de Espinosa como síndico personero (16).
A los pocos días,
el señor conde mandó construir la Fuente Vieja a la que entonces se dio el
nombre de Fuente Nueva colocando en ella su escudo de armas, que aún persiste.
Vélez siguió pleiteando nuestra jurisdicción, pero en 1665 el conde ganó la
ejecutoria (17) y se hizo el silencio para siempre jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario