TORTILLITAS
DE GAMBAS
Recuerdos
de mi infancia, mi madre las hacía muy a menudo, no solo por lo que el marengo (Pedro)
que pasaba a diario por la calle y venia
del “El Bulto”, barriada de pescadores, también
por las que a mi padre les regalaba un patrón de barco, que pescaba en el mar
de Alboran. Como no había frigoríficos en aquella época, había que consumirlas rápido,
ya fuesen cocidas, a la plancha frita o en cualquier otra elaboración.
Son
una de las delicias que aún conservamos en nuestras costas de Andalucía, ya que
nuestra rica gastronomía en pescado y “pescaitos” es única en España. Ninguna
otra región española es comparable a la nuestra. ¡Venid a Andalucía y lo
comprobareis!.
Yo
os pongo como las elaboro yo, cada uno las hace como desea, pues la cocina es
un “Mundo libre”.
Ingredientes
Harina de trigo + harina de
garbanzos
1 Cebolla pequeña, muy
picada
Perejil muy picado
Agua
½ Sobre de levadura en polvo
o 1 cucharadita rasa de bicarbonato
Sal al gusto
Una pizca de azafrán, cúrcuma
etc. Para dar color
Elaboración
En esta preparación, yo mezclo
harina de trigo 80% y 20 de harina de
garbanzos, tamizadas juntas las dos en un bol, con la levadura en polvo o
bicarbonato, según os guste más (hay quien las hace con cerveza), donde las
mezclamos.
Añadimos la cebolla muy picada,
el perejil muy picado, mezclamos muy bien
Pelamos las gambas y
troceamos. Yo suelo cocer las cabezas y caparazones de las gambas para usarlo
como el caldo con los que hago las tortillitas una vez frio y colado por un
colador de malla muy fina.
Añadimos al bol de la harina
las gambas troceadas o enteras, como gustéis, yo suelo trocearlas en dos cada
una, mezclamos y añadimos el agua de cocer las cabezas y caparazones de las
gambas muy fría, añado una pizca de sal y un poco de azafrán o cúrcuma para
darle color, mezclo todo muy bien, comprobar el sazonamiento, tapo con papel
film y meto en el frigorífico durante 2 horas, para que todos los ingredientes suelten
sus sabores y leve un poco la masa.
En una sartén, con
abundante aceite, ponemos al fuego y cuando este bien caliente,
bajamos a medio-alto, y vamos añadiendo cucharadas de la masa, no muchas para
poder manejarlas bien en la sartén, y freímos por ambos lados.
Sacamos una vez fritas y con
un buen color dorado, y colocamos sobre fuente con papel absorbente de cocina
para que quite el exceso de aceite de la fritura.
Servir calientes.
¡Buen provecho!
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