jueves, 14 de junio de 2012

Historia de los musulmanes en al-Ándalus. Velez-Málaga (Axarquia - Málaga)


VÉLEZ-MÁLAGA (Axarquia – Málaga)

Localidad malagueña capital de la Axarquía, región montañosa aislada al este de Málaga. Su tierra se caracteriza por su fertilidad, con viñedos y olivares como elemento característico del paisaje. Su población ronda los 55.000 habitantes.
El origen del nombre Vélez está directamente emparentado con el de Ballix, Valle, topónimo dado por los musulmanes a la localidad. La ocupación de la zona, sin embargo, es de etapa anterior y, concretamente, desde época fenicia; éstos se asentaron a lo largo de la costa malagueña desde el siglo VIII a.C. Posteriormente se produjo la llegada romana, que desarrolló desde aquí el comercio y una próspera agricultura. Pero será el periodo de dominación musulmán el de mayor prosperidad para toda la región y para Vélez. Los primeros vestigios del casco urbano aparecen hacia el siglo X, teniendo como núcleo originario la fortaleza-alcazaba y su barrio lindante, antigua Medina musulmana. Desde el origen de la urbe tuvo una finalidad militar gracias a la orografía escarpada. Durante los siglos XIII-XV fue una de las medinas más importantes de Al-Andalus, lo que trajo consigo un aumento demográfico y el crecimiento de la urbe extramuros. Sin embargo, el progresivo avance de la Reconquista supuso la capitulación final de Vélez en 1487, a manos de Fernando de Aragón. La población musulmana fue expulsada o pasó a ser población morisca, gracias a su conversión al cristianismo. Los cristianos mantuvieron el sistema de organización agrícola árabe, cuya característica fundamental era la especialización.

Tras la presencia arabe en la Peninsula Iberica, sería Algeciras la primera ciudad fundada por los árabes a la que se le dio el nombre de Al-Yazirat Al-Hadra, siendo la principal vía de comunicación entre Europa y Africa.
En el año 973, Hisam II, tercer Califa omeya de Córdoba, designo como primer ministro o Hachib a Muhammad Ibn Amir Al-Maafi, mas conocido como Almanzor “Victorioso de Alah” genio militar que con su estrategia logro recuperar integramente todo el territorio de Al-Andalus durante ciento cincuenta años de reconquista, derrotandocompletamente a los reinos
cristianos del norte. Tras su muerte en 1002, el Califato se desintegra en multiples reinos taifas.
Cuando ocupa el trono de Cordoba, Suleiman al-Mustain y reparte sus territorios asigna la Cora de Algeciras a Al-Qasim y varios años después se establece el reino Hammudi de Algeciras gobernado por Muhammad al-Qasim que permanece vigente hasta el 1055 que es conquistado por el rey Almutamid de Sevilla.
Es este rey quien en 1085 solicita ayuda a los almorávides, Imperio africano dirigido por Yusuf ben Hasufin para detener la reconquista
cristiana y le es entregada la plaza de Algeciras como base de las operaciones militares con la obligación de devolvela. Yusuf no cumple su compromiso y a cambio conquista el reino de Granada y Sevilla. Tras la decadencia de las almorávides, aparece en el norte de África otro imperio africanos, los almohades, quienes ponen cerco a la ciudad en 1147 y tras su rendición, comienzan la conquista de Al-Andalus hasta su derrota en las Navas de Tolosa, por el rey castellano leonés Alfonso VIII.
Posteriormente en el siglo XIII, los nazaries de Granada piden auxilio contra el acoso cristiano a los benimerines del norte de África, quienes desembarcan en Algeciras en 1275, convirtiendo la ciudad en capital de sus dominios en Al-Andalus.
Los reyes posteriores, Alfonso X, Sancho IV El Bravo, Fernando IV, El Emplazado, todos ellos combaten a los benimerines alcanzando a veces victorias y derrotas, hasta que Alfonso XI vence definitivamente a la coalición de nazaríes y benimerines en la batalla del Salado. Tras la victoria, AlfonsoXI, es nombrado el 29 de marzo de 1344, Rey de las Algeciras.
Y regresando a la presencia arabe en Hispania, recordemos que el siglo VIII, fue decisivo para la difusión del Islam, tras la revelación divina al Profeta, Mahoma,”la paz sea con Él” como mensajero de
Dios, siendo también elegida Hispania, luego, Al-Andalus, como lugar para difundir la nueva semilla, que se estaba propagando en el mundo entero.
El tratado recoge en su primera parte, la fundación de Al-Andalus y su identidad, donde se exponen los pilares fundamentales de la nueva civilización, con la descripción de cómo era el núcleo urbano o Medina, su distribución en dos areas, la residencial y la comercial o Zoco, con variedad de productos, su control por la autoridad o almotacén para evitar irregularidades o fraudes, así como el lugar sagrado de la oración o Mezquita y la diversas costumbres del mundo islámico.
Posteriormente se expone la relación abreviada de ciudades o villas que forman el alfoz del nuevo reino Hammudi de Algeciras y luego tras la desintegración de éste, las invasiones africanas de los almorávides y almohades y como consecuencia de la derrota musulmana de los almohades por las tropas cristianas del rey de Castilla, Alfonso VIII en las Navas de Tolosa, en el inicio de Sierra Morena, en Despeñaperros y finalmente concluiría el rey Fernando III, El Santo, su hijo Alfonso X, El Sabio y sus sucesores hasta Alfonso XI quie los derrota definitivamente en el rio Salado.
El alfoz lo constituye Algeciras, Tarifa, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, Gaucin, Casares, Algatocín, Atajate
Benalauria, Benadalid, Alcala de los Gazules, Medina Sidonia, Cadiz El Puerto de Santa Maria, Jerez de la Frontera, Arcos de la Frontera, Grazalema, Zahara de la Sierra, Algodonales, Olvera, Setenil de las Bodegas, Ronda, Teba, Campillos, Velez-Malaga
Alcaucin, Zafarraya, La Malahá, Las Gabias y la joya resplandeciente de Granada.
Esta exposición tiene como objetivo principal de dar a conocer al lector, un conocimiento más completo de las peculiaridades del alfoz algecireño, con la descripción de una serie de villas donde se desarrolla, su historia, arte y tradiciones y cómo objetivo secundario, el despertar el interés del viajero por visitar estos lugares turísticos con la finalidad de realizar un paseo cultural por estas estos evocadores lugares, cuna de las civilizaciones pasadas.

Fdo: Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”

Hablamos de antiguo, con el lenguaje de los árabes, de los romanos, de los fenicios. Hablamos de antiguo, del pasado colmado de historias, del tiempo trufado de nombres, de ilustres, de plebeyos, de cortesanos. Hablamos de antiguo, de Mariyya Ballis, de Bentomiz, de Mainake, de Maenoba, de as-Sarqiya, de Abul Cacim Venegas, de El Idrisi, de Abulfeda, de Ibn Batuta, de Abd-al-Basit o de María Zambrano. Hablamos de Vélez Málaga y hablamos de Historia.
Impone enfrentarse a una ciudad así, a una ciudad que tuvo máxima importancia en los tiempos de Al-Ándalus


Fue en época islámica cuando se constituyó el núcleo urbano de Vélez-Málaga, cuyo nombre deriva de: Ballax, Ballix, Aballix o Ballix-Malica. La ciudad musulmana se estructuraba con la fortaleza en el punto más alto de la población, de gran valor defensivo y estratégico, extendiéndose en la falda occidental del monte, en lo que hoy se conoce con el nombre de La Villa.[17]

Entre los siglos XIII y XV, Vélez-Málaga fue una de las ciudades más importantes del Reino Nazarí de Granada, como atestiguan autores como Idrisi, Abulfeda, Ibn Battuta, Ibn Asim y Abd-al-Basit. El crecimiento de población que experimentó la ciudad en este período tendría como consecuencia el desbordamiento del área fortificada y la aparición de arrabales en las zonas de lo que hoy constituyen el barrio del Arroyo de San Sebastián y la zona del Pajarillo, en la falda del Cerro de los Remedios.[18] En los alrededores de la medina, además, existían una serie de alquerías que son el origen de los núcleos de Almayate, Benajarafe y Cajiz entre otros.[19]

Ante el imparable avance de la Corona de Castilla sobre el Reino de Granada, Vélez-Málaga se rindió al rey Fernando el Católico el 27 de abril de 1487, siendo su último alcalde nazarí Abul Kasim Venegas[18] y su primer alcalde cristiano el corregidor Diego Arias. Según cuentan los cronistas de la época, el Rey Fernando II de Aragón (Fernando el Católico) estuvo a punto de morir en el sitio de la ciudad, hecho que ha quedado reflejado en el escudo de armas de la ciudad.[20]

Los habitantes nazaríes fueron expulsados de la ciudad, aunque se les permitió llevar sus bienes muebles. Sin embargo, los habitantes de las alquerías pudieron permanecer en sus hogares, ya que las nuevas autoridades necesitaban mantener el sistema productivo nazarí, basado en avanzadas técnicas agrícolas altamente productivas. No obstante, los mudéjares fueron frecuentemente víctimas de rapiñas por parte de los nuevos señores, que se esforzaron en aumentar sus tierras, provocando el levantamiento de los mudéjares de Nerja y Torrox en 1488, que ocasionó numerosas bajas a los cristianos.[20]

Dado que aún no había caído Granada, una tercera parte de los 600 repobladores, procedentes de la Baja Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla, era personal militar. Estos obtuvieron tres veces la extensión de tierra destinada a los peones. El resto de las tierras fue entregado a la Iglesia y a los bienes comunados del Concejo.[20]

Torre del Mar, por su parte, fue cedida a Ruiz López de Toledo, quién rechazó el ofrecimiento y la donó, a su vez, a la ciudad de Vélez-Málaga, que además recibió las tahas de Bentomiz y Frigiliana y, posteriormente, Zalia. Como otras muchas ciudades del antiguo Reino de Granada, Vélez-Málaga fue dotada de determinados privilegios. En el ámbito fiscal estuvo exenta de alcabalas a los productos básicos de alimentación, vestido y vivienda.



Desde tierras malagueñas, uno de los caminos más históricos que llevan a Granada es el que se interna desde la costa por los valles y sierras de la Axarquía a través de Vélez-Málaga, continuando luego por Alhama de Granada. Esta arteria vital fue hollada por fenicios, romanos, musulmanes y cristianos, y hoy constituye una ruta de belleza excepcional, a cuyo paso se descubren algunas de las ciudades y comarcas más sugerentes de Andalucía. Vélez-Málaga es su primera etapa.A caballo entre el Mediterráneo y la montaña, la blancura de Vélez-Málaga, presidida por una imponente fortaleza, brilla al borde de la fértil vega que riega el río de su nombre. Como nudo de enlace privilegiado entre el litoral y el interior, su tierra conoció la temprana llegada de los colonizadores mediterráneos, quedando envueltos los orígenes de Vélez en un halo de hipótesis y leyendas. La arqueología ha demostrado que su emplazamiento estuvo ya habitado desde la Prehistoria, mientras que en sus costas debió ubicarse la importante colonia de Mainake. Fruto de su búsqueda se localizaron los notables hallazgos de Toscanos, asentamiento fenicio de los siglos VIII-VII a. C. poblado luego por los romanos, a cuyos restos se suman otros yacimientos de la Antigüedad en las inmediaciones de la desembocadura del río Vélez.


El núcleo de la población actual se incrementaría en los primeros siglos de nuestra era al servir de refugio a los habitantes de los contornos, consolidándose plenamente en época musulmana, hacia el siglo X. Durante el periodo nazarí, la ciudad alcanzaría notoriedad por su desarrollo urbano y su extensa área de influencia. Citada por nume-rosos autores entre las principales medinas de al-Andalus, contaba con una robusta alcazaba, cinturón amurallado, abastecimiento de aguas mediante canalizaciones y alcaicería –mercado de productos de lujo sólo presente en ciudades principales–.

En sus arrabales crecieron barrios artesanos y una judería, y a su alrededor se articuló una rica y populosa comarca –la Axarquía–, célebre por su copiosa producción agrícola. De este floreciente periodo deriva su nombre actual, procedente, quizás, de balish, voz árabe que significa «valle».
Tras desencadenarse la guerra final contra Granada a raíz de la toma de Alhama en 1482, Vélez-Málaga se convirtió en una codiciada presa, tomada al fin el 3 de mayo de 1487 por un ejército mandado por el propio rey Fernando el Católico. Su caída sería la clave de la conquista de la capital malagueña pocos meses después. Rodeada por una región con una cuantiosa población de origen musulmán, Vélez-Málaga fue la sede de las instituciones y la nobleza cristiana de la zona,

La conexión histórica entre los Reyes Católicos y Vélez-Málaga, forma parte importante en la vida de los reyes y en la historia de esta ciudad. Todo ello enmarcado principalmente en la fase final de la “Guerra de Granada . Fernando, hábil político y estratega “sin recurrir a un ataque militar abierto se aprovechó de las divisiones musulmanas y mantuvo la paz con una (de las facciones, mientras que sus ejércitos se lanzaban contra la otro facción así aislada.

La infantería fue convirtiéndose en el arma fundamental. Para conquistar las plazas fuertes, cobra cuerpo el alma de la Edad Moderna: la artillería . A cargo de ésta, Francisco Ramírez de Madrid. Otros capitanes dirigen a los de caballo y a pie. La adversa climatología dificulta entonces la marcha lenta ya de por sí. Días después el ataque estaba preparado. Estaban ya cerca de Vélez-Málaga. En una operación combinada llegan también refuerzos por mar: cuatro galeras al mando del Conde de Trevento y naos y carabelas mandadas por Díaz de Mena, Arriarán y Bernal. ¿Como era entonces esta ciudad de ahora?.

“Cercana a la mar, cercada de todas partes por las altas montañas, asentada en una ladera y rodeada de muros y torres. La Fortaleza está en lo más alto y tiene dos grandes arrabales y fosos”.

II) Hechos de guerra.

Después de preparar la conquista y de la marcha de aproximación, llegan el Rey y los suyos cerca de la ciudad. Faltaba la artillería que por dificultades del itinerario había quedado rezagada. El combate estaba ya próximo. Antes había que asentar el real y estudiar el terreno. Prevaleció entonces la opinión de D. Fernando y se situó entre la ciudad de Vélez y la villa de Bentomiz. Reunía este lugar condiciones para una defensa rápida en caso de un ataque inesperado. Pronto ocurre la primera escaramuza con peligro evidente para el rey. Un rápido ataque desaloja a dos capitanías, asturianos y vizcaínos, de sus posiciones.



El rey sale personalmente a detener a los fugitivos y los moros son rechazados por la serenidad y arrojo del aragonés. La principal protección fue su propio valor y unos caballeros que estaban cerca: el Marqués de Cádiz y el Conde de Cabra. Antes de ser atacados de nuevo había que tomar la iniciativa: el rey mandó atacar los arrabales.

“Y al día siguiente asturianos y vizcaínos se sacaron la espina de la afrenta anterior y precipitaron el ataque de la ciudad. Tras un duro combate cayeron los arrabales y también muchos moros y cristianos entre ellos D. Martín de Acuña y Nuño del Aguila. La ciudad fue asediada y se hicieron fosos a su alrededor.

La Alhambra de Granada

En Granada seguían las luchas entre los partidarios del Zagal y los de Boahdil. El Zagal al ver que los cristianos habían puesto cerco a Vélez-Málaga, mandó decir a su sobrino que estaba dispuesto a renunciar al título de Rey, si quería que se uniesen todas las fuerzas musulmanas para ir contra los cristianos. Boahdil no acepta la propuesta y el Zagal tuvo que asumir, sin su ayuda, el papel de defensor del Islam… Pero fracasó en sus propósitos. El Zagal salió de Granada y llegó hasta muy cerca de Vélez-Málaga. Hubo diversas batallas con las gentes que él traía. Los cristianos tenían el ejemplo de su Rey, valor, disciplina y orden. Los moros trabajaban por vencer de una vez y morir consiguiendo el paraíso. Pero Vélez-Málaga la iban ganando poco a poco los cristianos y el Zagal huyó “por Almuñecar hacia Almería”. Los vecinos de Vélez al ver que no podían esperar ya ayuda alguna y que la artillería llegaba al campamento cristiano, capitularon en condiciones análogas a las de otras ciudades.

II) La rendición de la ciudad



Finalmente en 1487 ocurren hechos decisivos para Vélez Málaga y la comarca de la Axarquía. Tras los combates y el cerco de la ciudad, los moros habían perdido toda esperanza de triunfo. Incluso de seguir resistiendo. Por ello se pactó la rendición. “Los cronistas árabes sitúan la entrega en Chumadá -1- 892 (3 de mayo de 1487), y la conquista el 27 de abril de 1487, que le asignan los cronistas castellanos. Hernando del Pulgar, entre otros dice:

“Entregose esta ciudad de Vélez-Málaga leal Rey don Fernando. viernes a veintisiete días del mes de abril en el año del Nacimiento de Ntro. Redento Jesucristo de Mil cuatrocientos ochenta y siete”. El Rey y el ejército se quedaron en la ciudad un tiempo breve pero suficiente para firmar las capitulaciones y preparar el asedio a Málaga. Asimismo “la Reina doña Isabel permaneció en Vélez-Málaga varias semanas para asentar la conquista, aunque muy diversos autores lo niegan. La caída de VélezMálaga, llevó consigo la entrega de todos los lugares y villas de la comarca.


A algunas de ellas envió el Rey un representante de su autoridad para que tomara posesión en su nombre. Envió a la villa de Comares a Pedro de Cuéllar y a Luis de Mena a Cómpeta. De otros lugares como Benaquez, Casis, Lacus y Marro, vinieron a ofrecerse como súbditos de los reyes. Y éstos comprendiendo la importancia de Vélez-Málaga tanto por su situación como por su extensión, ordenaron que todas las villas, lugares y alquerías de los alrededores quedaran bajo su jurisdicción. Don Fernando autorizó a los moros volver a sus heredades y les prometió que les dejaría vivir según los usos y costumbres de la religión islámica a condición de que no guardaran armas.
 

“Firmadas las capitulaciones y todo preparado para la entrega no quiso, sin embargo, Don Fernando ocupar inmediatamente la ciudad (difiriendo su entrega hasta el 3 de mayo, día de la Santa Cruz) y haciéndolo por la puerta de Granada”. Por la circunstancia de haber entrado éste día llaman algunos a Vélez-Málaga, de la Cruz.

El Rey nombró asimismo “las autoridades que habían de gobernar y defender la ciudad recién conquistada y fue su primer alcaide, capitán y justicia mayor D. Francisco Enríquez, su primer corregidor el bachiller Diego Arias y regidores, entre otros, Mosén Talavera y Alfonso de San Martín”.


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