sábado, 13 de diciembre de 2025

SOLOMILLO DE CERDO CON SALSA CHARCUTERA

 

SOLOMILLO DE CERDO CON SALSA CHARCUTERA

Ingredientes

1 solomillo de cerdo ibérico entero , de 400-500 gr

2 dientes de ajos, ligeramente machacado con piel

Tomillo fresco

1 cucharada de aceite de oliva

2 cucharadas de mantequilla

Sal

Pimienta negra recién molida

Para la salsa charcutera:

2 chalotas, finamente picadas

2 cucharadas de mantequilla

100 ml de vino blanco seco

250 ml de salsa demi glace

1 cucharada de mostaza Dijon

6 pepinillos finamente picados

½ cucharadita de jugo de limón natural

Sal

Pimienta negra recién molida al gusto

 

Elaboración

Precalentamos el horno a 200º.

Cortamos el solomillo en rodajas gruesas y frotamos los trozos con aceite de oliva, salpimentamos por todos lados y luego sellamos el exterior de los trozos de solomillo ibérico en una sartén caliente hasta que se dore por todos lados.

Agregamos los dientes de ajos, el tomillo fresco y la mantequilla, y cubrimos con la mantequilla espumosa todos los trozos de solomillo de cerdo con una cuchara, hasta que estén bien cubiertos,

Colocamos los trozos de solomillo en una fuente de horno, metemos ene l horno y horneamos durante 8 minutos, rociando las rodajas de solomillo de cerdo ibérico de nuevo a la mitad de la cocción.

Retiramos del horno la fuente, colocamos las rodajas de solomillo de cerdo, el ajo y las hierbas en un plato caliente, cubrimos con papel de aluminio y dejamos reposar durante 5 minutos.

Preparamos la salsa charcutera: usamos la misma sartén en la que cocinamos el cerdo, pero escurra el aceite y deje que la sartén se enfrié antes de manipularla. Añada una cucharada de mantequilla y freímos las chalotas picadas suavemente, asegurándonos de raspar toda la caramelización de la cocción del cerdo que esta pegada en el fondo de la sartén. Añadimos el vino blanco seco, llevamos a ebullición y reducimos a la mitad. Añadimos la salsa demi glace y reducimos a la mitad de nuevo hasta que la salsa este agradable y almibarada.

Colamos la salsa con un colador fino, asegurándonos de presionar toda la chalota seca, verificamos el condimento y, a fuego lento, agregamos la mostaza Dijon, los pepinillos picados, el jugo de limón y la última cucharada de mantequilla, mezclándolo bien hasta obtener una salsa brillante. No hierva la salsa después de esto a la mantequilla se cortará.

Para servir colocamos las rodajas de solomillo de cerdo ibérico en un plato caliente, agregamos la salsa charcutera con una cuchara y servimos con acelgas con mantequilla y puré de patatas.

¡Buen provecho!



ENSALADA DE VENTRESCA DE ATÚN, NARANJA SANGUINA Y AGUACATE

 

ENSALADA DE VENTRESCA DE ATÚN, NARANJA SANGUINA Y AGUACATE

Ingredientes

Un puñado de rúcula, lavada y seca

1 naranja sanguina cortada en rodajas gruesas

½ aguacate cortado en rodajas gruesas

1 lata ( bote) de ventresca de atún, o el mejor atún enlatado que encuentres

10 pistachos pelados y triturados

Aceite de oliva virgen extra

Sal

 

Elaboración

Colocamos una hilera de rúcula en el centro del plato a servir.

Colocamos las rodajas de naranja sanguina y aguacate sobre la rúcula.

Colocamos laminas de ventresca de atún sobre la parte superior de la ensalada.

Espolvoreamos la ensalada con los pistachos triturados.

Rociamos con aceite de oliva virgen extra y espolvoreamos con una pizca de sal.

En el caso de no consumir la ensalada inmediatamente, rociamos con un poco de jugo de naranja sanguina para que el aguacate no se ponga marrón tan rápido.

¡Buen provecho!



YAHYA B. IDRIS AL-MAHDI

 

YAHYA B. IDRíS AL-MAHDI


Señor de Málaga (1055) durante el tiempo de los Reinos de Taifas * , perteneciente a la familia beréber de los hammudíes * . En la línea sucesoria de los hammudíes malagueños sería Yahya III. Era el hijo menor de Idrís, el hijo de Yahya, que había gobernado durante cuatro meses en los años 1039-40. Su nombramiento es meramente teórico porque el soberano zirí de Granada, Bádis b. Habús * se anexiona el territorio malagueño ante el intento de al-Mutadid de Sevilla * por conquistarlo. Yahya va entonces hacia Almería y luego a la Córdoba de los Banu Yahwar.

 

MUHAMMAD II AL-MAHDI


MUHAMMAD II AL-MAHDI

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Califa de Córdoba (1009-1010) durante los sucesos que llevan a la finalización del periodo omeya y la aparición de los Reinos de Taifas. El descontento contra Abderrahmán Sanchuelo * , hijo y segundo sucesor de Almanzor * al frente de la administración de al-Ándalus, toma cuerpo en un levantamiento contra él, aprovechando, en enero del 1009, que se encuentra de expedición en territorio castellano. Los sublevados cuentan como candidato a califa con un bisnieto de Abderrahmán III * an-Násir, Muhammad b. Hixam b. Abd al-Yabbar, que gobierna con el nombre de Muhammad II, abdicando en él el califa Hixam II * . Tras el asalto a Medina Azahira * , la ciudad gubernativa de los amiríes * , el nuevo califa declara abolidos una serie de impuestos e inscribe en el ejército, con derecho a soldada, a todo aquel que lo pida. Abderrahmán Sanchuelo recibe la noticia en Toledo y se encamina hacia Córdoba, pero el ejército regular va abandonándolo y es asesinado, en marzo del 1009, antes de llegar a la capital. La posición de Muhammad II se debilita sin embargo de forma inmediata: la idea de un ejército popular repugna a la aristocracia cordobesa, con gran poder todavía en el país. A la vez expulsa a Hixam II de Medina Azahara * y poco después anuncia que ha muerto. Los partidarios de los amiríes son expulsados a Levante, pero con concesiones territoriales, lo cual empieza a configurar la división administrativa de al-Ándalus hacia el régimen de los Taifas. En la capital, Muhammad II no corta la violencia contra los beréberes, elementos importantes tras el mandato de Almanzor. En junio del 1009 tiene lugar en la capital una matanza de beréberes. Éstos y otros descontentos buscan un candidato que puedan poner fin al gobierno de Muhammad II. Se trata de otro bisnieto de Abderrahmán III an-Násir: Sulaymán b. al-Hakam b. Sulaymán, conocido por Sulaymán al-Mustaín * . Al mismo tiempo los Estados del norte peninsular aprovechan para intervenir en los asuntos de al-Ándalus. El califa al-Mahdi cuenta con un contingente de mercenarios barceloneses. Sancho García, el conde castellano, tras intentar hacer de árbitro entre Muhammad al-Mahdi y Sulaymán al-Mustaín, opta al final por este último. A pesar de la ayuda de las tropas regulares al mando del general Wádih * , gobernador de la Frontera Media, los beréberes entran en Córdoba en noviembre del 1009 y entronizan a Sulaymán al-Mustaín como califa.

Muhammad II al-Mahdi, expulsado de Córdoba,  se refugia en Toledo. Meses más tarde, el 22 de mayo del 1010 entra sin embargo de nuevo en la capital califal, gracias a la ayuda del general Wádih y el concurso de tropas barcelonesas. Esta vez impone un significativo aumento de impuestos, al encontrarse las arcas del Estado exhaustas. A la vez persigue a los beréberes, partidarios de su antecesor Sulaymán al-Mustaín. En junio del 1010 se enfrentará a ellos en el Guadiaro, cerca de Ronda, donde sale derrotado y es abandonado por las tropas del conde de Barcelona. El 23 de julio de ese mismo año muere al-Mahdi, según algunos autores asesinado por el general Wádih. Éste permanecerá en Córdoba, asediada, hasta su muerte. Los beréberes y Sulaymán al-Mustaín entrarán de nuevo en la capital en el 1013. [ Rafael Valencia ].

 

viernes, 12 de diciembre de 2025

SOPA TIBIA DE ESPARRAGOS BLANCOS

 

SOPA TIBIA DE ESPARRAGOS BLANCOS

Ingredientes

1 lata de berberechos

3 botes de espárragos blancos

200 gr de mayonesa

1 pizca de pimienta negra recién molida

2 cucharadas de chalota rallada

2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

 

Elaboración

Abrimos la lata de berberechos, y los mantenemos separados, reservando el líquido.

En un bol o en el vaso de la batidora, añadimos el contenido de los botes de espárragos, incluyendo el agua, la mayonesa, el aceite de oliva virgen extra, la pimienta negra recién molida y el liquido de la lata de berberechos. Mezclamos todo con la batidora para que el resultado sea una crea muy fina , sin grumos y homogénea.

Calentamos en un cazo la sopa durante 3 minutos, no es necesario que hierva, solo calentarla será suficiente.

Servir en copas individuales y decorar con la chalota desmenuzada y los berberechos y un hilo fino de aceite de oliva virgen extra.

Terminar de adornar a vuestro gusto.

Servir tibia.

¡Buen provecho!




CODILLO DE CERDO CRUJIENTE AL ESTILO AlEMÁN

 

CODILLO DE CERDO CRUJIENTE AL ESTILO ALEMÁN

El codillo de cerdo crujiente al estilo alemán (schweinshaxe), es un delicioso plato para el almuerzo de navidad. Debemos que tener en cuenta que el tiempo real de cocción, depende del tamaño y la edad del cerdo. La carne y la piel de un cerdo maduro, a diferencia de uno más joven, requiere más tiempo de cocción. Si el liquido se seca durante el asado, debemos agregar mas caldo, no mas de una taza a la vez, poco a poco.

 

Ingredientes

1 codillo de cerdo entero

1 cucharada de semillas de alcaravea

2 cucharadas de sal

2 cucharadas de ajo en polvo

2 cebollas grandes cortadas en juliana

1 lata de cerveza clara, mas la misma cantidad de caldo

2 ramitas de romero

2 ramitas de tomillo

 Sal

Pimienta negra recién molida

 

Elaboración

Precalentamos el horno a 200º.

Mezclamos el ajo, las semillas de alcaravea y la sal.

Con esta mezcla frotamos todo el codillo.

Cubrimos el fondo de una fuente apta para horno con la cebolla en juliana. Colocamos el codillo de cerdo en la fuente, con el extremo con la carne expuesta tocando las cebollas. Vertemos la cerveza y el caldo.

Añadimos las hierbas. Sazonamos ligeramente con sal y pimienta negra recién molida.

Metemos en el horno, y horneamos a 200º durante tres horas. Subimos la temperatura a 220 y continuamos asando durante 30 minutos más, hasta que la piel este crujiente.

Sacamos del horno y colocamos en un plato llano ande.

Podemos preparar una salsa colando el liquido restante de la fuente, agregando un poco de harina y mantequilla, removiendo ocasionalmente y cocinando hasta que espese.

¡Buen provecho!




 

 

 

PECHUGA DE POLLO CON CREMA DE TRUFA

 

PECHUGA DE POLLO CON CREMA DE TRUFA

Ingredientes

4 pechugas de pollo

500 gr de patatas

20 cl. de caldo de ave

10 cl. de nata liquida

25 gr de trufas rotas

 

Elaboración

Pelamos las patatas, y las cocinamos en una olla grande con agua hirviendo con sal durante 25 minutos. Escurrimos y trituramos hasta obtener un puré con un tenedor.

Precalentamos el horno a 180º.

Calentamos el caldo en un cazo con la nata para reducir un poco la salsa.

Horneamos las pechugas de pollo durante 15 minutos en una fuente de horno, para gratinar con la salsa de nata. Cuando este listo para servir, espolvoreamos con trufas partidas.

Servir caliente, cortadas en rodajas sobre el puré de patatas.

¡Buen provecho!



IDRIS III


IDRIS (III)

Idrīs [III]: Idrīs b. Yaḥyà b. Idrīs b. ‘Alī b. Ḥammūd, al-Sāmī, y /o al-Muwaffaq. ?, p. t. s. XI – Málaga o Ceuta, 444-445 H./1053 C. Califa de al-Andalus, rey taifa de Málaga.

Rey de Taifa

Biografía

Idrīs III b. Yaḥyà b. Idrīs b. ‘Alī b. Ḥammūd era hijo del que fuera durante cuatro meses califa, Yaḥyà II b. Idrīs (431/1040). Sucedió en el califato a su tío Muḥammad [I] b. Idrīs al-Mahdī en Málaga, cuando éste fue envenenado por orden del emir Bādīs b. Ḥabbūs de Granada, a causa de su política contra los bereberes (444 o 445/1053). Al ser proclamado califa, Idrīs III tomó el título de al-Muwaffaq billāh (el Secundado por Allāh), según Al-Maqqarī, y el de al-Sāmī (el Sublime), según Ibn ‘Iārī, aunque es probable que no llegara a ser invocado como Califa en las mezquitas. Este último autor refiere que, muy poco tiempo después de subir al poder, dejó Málaga y, haciéndose pasar por comerciante, se dirigió al Rīf de Gumāra, en el Magreb. Allí fue reconocido, capturado y llevado a Ceuta donde le mató el gobernador de la ciudad, Suqqūt Sawāŷŷāt al-Bargawātī, partidario de su tío el califa Idrīs II b. Yaḥyà al-‘Ālī, expulsado años antes de Málaga, la capital ḥammūdí (438/1047). Sin embargo, según al-Maqqarī, fue el mismo Idrīs II el que se dirigió desde Comares contra su sobrino, entrando en Málaga sin resistencia y deponiéndole inmediatamente después de su proclamación. Así Idrīs II gobernaría en Málaga por segunda vez, poniendo fin al efímero califato de Idrīs III al-Sāmī.

Bibliografía

Al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, vol. I, Leiden, E. J. Brill, 1855

F. Codera, “Estudio crítico sobre la historia y monedas de los Hammudíes de Málaga y Algeciras”, en Miscelánea de Estudios Árabes, VIII (1877), págs. 427-466

Al-Qalqašandī, Ṣubḥ al-A‘šā, El Cairo, 1913-1919 (ed. trad. por L. Seco de Lucena, vol. V, Valencia, 1975, págs. 211-272 [col. Textos Medievales, vol. 40])

Ibn ‘Iḏārī al-Marrākušī, Al-Bayān al-Mugrib fi ajbār mulūk al-Andalus wa-l-Magrib, ed. Lévi-Provençal, vol. III, París, 1930

L. Seco de Lucena, Los Ḥammūdíes, señores de Málaga y Algeciras, Málaga, Ayuntamiento, 1955

Ibn al-Jaṭīb, Kitāb A‘māl al-A‘lām fi-man būyi‘a qabla al-iḥtilān min mulūk al-Islām. Histoire de l’Espagne Musulmane, ed. de E. Lévi-Provençal, Beyrouth, Dar al-Makchouf, 1956

G. Robles, Málaga Musulmana. Sucesos, antigüedades, ciencias y letras malagueñas durante la Edad Media, Málaga, Imprenta de Enrique Montes Oliver, 1957

H. Roger Idris, “Les Zīrīdes d’Espagne”, en Al-Andalus, XXIX (1964), págs. 70-71 [32-33]

Ibn Ḥazm, Naqṭ al-‘Arūs, trad. de L. Seco de Lucena, Valencia, 1974

R. P. Dozy, Historia de los Musulmanes de España, IV. Los Reyes de Taifas, Madrid, Turner [1984]

Crónica Anónima de los Reyes de Taifas, introd., trad. y notas de F. Maillo Salgado, Madrid, Akal, 1991

M.ª J. Viguera Molíns, Los Reinos de Taifas y las invasiones Magrebíes, Madrid, Mapfre, 1992

D. J. Wasserstein, The Caliphate in the West. An Islamic Political Institution in the Iberian Peninsula, Oxford, Clarendon Press, 1993

La caída del Califato de Córdoba y los Reyes de Taifas (al-Bayān al-Mugrib), est. trad. y notas de F. Maillo Salgado, Salamanca, Universidad, Estudios Árabes e Islámicos, 1993

M.ª J. Viguera Molins, “Historia política”, en Historia de España Menéndez Pidal, VIII-1. Los Reinos de Taifas. Al-Andalus en el s. XI, Madrid, Espasa Calpe, 1994, págs. 31-129

F. Clément, Pouvoir et légitimité en Espagne musulmane à l’époque des taifas (Ve-Xie siècle), Paris, l’Harmattan, 1997

M. Acién Almansa, “Los ḥammūdíes, califas legítimos de Occidente en el siglo XI”, en Actas del Congreso De Toledo a Huesca. Sociedades medievales en transición a finales del siglo XI (1080-1100), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1998, págs. 45-59

Autor/es

  • Almudena Ariza Armada

 

IBN ' ABD RABBIHI

 

IBN 'ABD RABBIHI

Ibn ‘Abd Rabbihi: Abū ‘Umar Aḥmad b. Muḥammad b. ‘Abd Rabbihi. Córdoba, 860 – 940. Literato y poeta andalusí.

CronistaEscritor, raLiterato, taPoeta, tisaPolígrafoTratadista

Biografía

No se sabe ningún dato de su origen y vida personal, aunque cabe sospechar que podría ser de origen hispánico y no árabe, ya que era mawlā o cliente de la familia omeya. Se le ve aparecer en las crónicas de la dinastía omeya de al-Andalus como poeta panegirista desde el reinado de Muḥammad I (muerto en 886) y se convierte en poeta oficial del califa ‘Abd al-Raḥmān III (912-961). Como panegirista, es poco original y lo más interesante de esta actividad es que relató en una urŷūza las batallas y victorias del califa, ‘Abd ar-Raḥmān III. Este largo poema, que como todos los del género urŷūza de características diferentes a la casida, hizo pensar a algunos investigadores que sería un poema épico por su tema heroico, aunque no tiene ninguna de las notas del discurso literario épico. En realidad, las urŷūza tienen un simple objetivo nemotécnico y el poema de las hazañas del califa está encaminado a que las gentes se las aprendiesen de memoria.

Más interés tienen sus poemas personales, los juveniles de tema erótico y los de madurez de tema ascético, algunos de los cuales incluyó en su gran obra: Al-‘Iqd, con la intención de demostrar que la poesía andalusí estaba a la altura de la poesía árabe oriental. Como poeta, también se sabe que cultivó el recién inventado género de la moaxaja —creado por el Ciego de Cabra a finales del siglo IX— pero no se ha conservado ningún fragmento.

Su gran obra es Al-IqdEl Collar, llamado por sus admiradores “El collar único” y por sus detractores, como el poeta al-Qalfāṯ, “La ristra de ajos”. Es una obra del género árabe llamado adab, de carácter didáctico y enciclopédico. Ibn ‘Abd Rabbihi fue el primer autor de este género en al-Andalus y seguramente el mejor. Ha recibido críticas de los historiadores de la cultura andalusí porque en sus páginas no se menciona ningún dato o texto de al-Andalus excepto los poemas del propio Ibn ‘Abd Rabbihi, pero no era este su propósito. Emilio García Gómez lo definió muy bien: “Es la tesis con la que al-Andalus se doctora en cultura oriental”. En efecto, Ibn ‘Abd Rabbihi enseñó a los andalusíes qué era la cultura árabe oriental en todos sus aspectos para lograr lo que se ha llamado el “humanismo” árabe.

El Collar se llama así porque está estructurado en forma de colgante con veinticinco capítulos que llevan cada uno el nombre de una piedra preciosa: los doce primeros capítulos llevan el nombre de una piedra preciosa seguido de un ordinal: perla primera, esmeralda primera, etc; el capítulo número trece es una piedra única como si fuese el centro del collar y los doce siguientes repiten la piedra preciosa con su ordinal: perla segunda, esmeralda segunda, etc.

El contenido de estos capítulos es el siguiente: el primero trata sobre el gobierno de los pueblos, el segundo sobre la guerra, el tercero sobre la generosidad, el cuarto habla de las embajadas, el quinto de cómo hay que dirigirse a los soberanos; el número seis está dedicado completamente a la paremiología, siguiendo a continuación dos capítulos con modelos literarios orientales: sermones y temas ascéticos, pésames y oraciones fúnebres; a continuación hay otros dos dedicados a la Arabia pre-islámica: uno sobre las genealogías y virtudes de los árabes y otro sobre el lenguaje de los beduinos; el siguiente trata sobre respuestas ingeniosas y los dos siguientes están dedicados a la oratoria y el arte epistolar; el capítulo siguiente cuenta anécdotas de los califas de oriente y a continuación les toca a los ministros y gobernadores. El capítulo diecisiete recoge los Ayyām al-‘arab o hazañas de los árabes pre-islámicos; los capítulos siguientes están dedicados a la métrica árabe, a la música y al canto; a continuación, hay un capítulo dedicado a las mujeres, el siguiente a los avaros y el que le sigue a los niños. El capítulo siguiente versa sobre la naturaleza del hombre y de los animales; el número veinticuatro está dedicado a la dietética y el último cuenta una serie de anécdotas chistosas.

El Collar no se ha traducido completo a ninguna lengua occidental, aunque sí parcialmente como se puede ver en la bibliografía.


Obras

Al-‘Iqd al-farīd, ed. varias veces en árabe, con índices y concordancias, Calcuta, 1935-1937 y 1940-1953 (El Cairo, 1948, 7 vols. y 1968)

[“Diván”], recopilación de M. al-Tunūŷī, Damasco, 1977

Bibliografía

J. Fournel, Lettres sur l’histoire des Arabes avant l’islamisme, París, 1836-1838

F. Pons Boigues, Ensayo bio-bibliográfico sobre los historiadores y geógrafos arábigo-españoles: obra premiada por la Biblioteca Nacional en el concurso publico de 1893, Madrid, Establecimiento Tipográfico de San Francisco de Sales, 1889, págs. 51-57

Ŷ. Ŷabbūr, Ibn ‘Abd Rabbih wa-‘iqdu-hu”, Beirut, 1933

C. Brockelmann, Geschichte der arabischen Litteratur, Leiden, E. J. Brill, 1937-1949

C. Brockelmann, Supplementband, Leiden, E. J. Brill, 1937-1942, I, pág. 154 y ss., págs. 250-251

E. Lévi-Provençal, Histoire de l’Espagne musulmane, vol. III, Leiden-París, E. J. Brill, 1950-1953, págs. 492-493

E. Terés, “Algunos aspectos de la emulación poética en al-Andalus”, en VV. AA., Homenaje a Millás Vallicrosa, vol. II, Barcelona, 1965, págs. 445-466

E. Terés, “Anecdotario de al-Qalfāṯ, poeta cordobes”, en Al-Andalus (AA), XXXV (1970), págs. 249-323

F. Marcos Marín, Poesía narrativa árabe y épica hispánica: Elementos árabes en los orígenes dela época hispánica, Madrid, Gredos, 1971

E. García Gómez, “Hacia un refranero arabigoandaluz. V: versión del libro de los refranes de al-‘iqd al-farīd. Preliminares y refranero de Akṯām y Buruŷmihr”, en AA, XXXVII (1972), págs. 249-323

Ibn Ḥayyān de Córdoba, Crónica del califa ‘Abdarrahmān III An-Nāṣir entre los años 912 y 942, trad., notas e índices de M.ª J. Viguera y F. Corriente, Zaragoza, Anubar Ediciones, 1981, págs. 26, 31, 33, 34, 36, 38, 59, 66, 90, 96, 101, 201, 225, 232, 242, 257, 266, 271 y 287

M.ª J. Rubiera Mata, Literatura hispanoárabe, Madrid, Mapfre, 1992, págs. 18, 50, 56, 60, 62, 68, 69, 152, 163, 177-179, 182, 214, 219 y 244

M. El-Eryan, “Las mujeres y el matrimonio en el Kitāb al-‘iqd al-farīd de Ibn ‘Abd Rabbihi al-andalusī”, en Sharq al-Andalus. Estudios Árabes (Alicante), 10-11 (1993-1994), págs. 313-321

Autor/es

  • María Jesús Rubiera Mata

 

MUSICA - 2

 

MUSICA - 2 -

Desde el Oriente, donde se desarrolló, la música entró en al-Andalus. Según Averroes fue cultivada en Sevilla con mucha pasión. Los filósofos discutían la estética musical, los efectos de los sonidos sobre el alma humana y su poder de expresión.

La historia ha conservado la memoria de una pléyade entera de cantantes y músicos famosos. Mencionemos, sólo como ejemplo, a Abulhasán Ali ben Nafi conocido por Ziryab o también Pájaro Negro (por su tez morena, fluidez de palabra y dulce carácter). Fue discípulo de Isaq al-Mawsili (767-850) y se trasladó a Kairuán y Córdoba durante el califato de Abd al-Rahman II (822-852).



Fundador de las distintas tradiciones musicales de la España musulmana, conoció de memoria más de diez mil canciones e introdujo numerosas reformas que modificaron profundamente el arte musical de la época. "Demostró ser un genio innovador en la música", dice Levi- Provencal. "Creó un Conservatorio dónde la música andalusí, al principio fue muy similar a la de la Escuela Oriental, desarrolló su propia originalidad cuya tradición todavía sigue viva en todos los lugares del Occidente musulmán". (E. Levi-Provencal: La civilización árabe en España, París, 1948). Podemos afirmar que creó en Córdoba lo que se puede considerar el primer Conservatorio de Música del mundo islámico.

Ziryab realizó importantes modificaciones en el laúd, al añadirle una quinta cuerda. El laúd antiguo sólo tenía cuatro cuerdas, las cuales según el simbolismo de los teóricos, correspondían a los humores del cuerpo humano, y son, según Julián Ribera, los siguientes: "La primera era amarilla, y simbolizaba la bilis; la segunda, teñida de rojo, simbolizaba la sangre; la tercera, blanca sin teñir, simbolizaba la flema, y el bordón estaba teñido de negro, color simbólico de la melancolía".

La quinta cuerda añadida por Ziryab, representaba el alma, hasta entonces ausente en el laúd; estaba teñida de rojo, y colocada en el centro, entre la segunda y tercera. De este modo el instrumento adquirió grandes posibilidades y mayor delicadeza en la expresión. Julián Ribera narra también que dicho músico inventó el plectro de pluma de águila -costumbre que persiste en la actualidad-, en lugar del acostumbrado de madera.


Ziryab fue también un gran pedagogo. El arabista Ribera, extrae del historiador Ibn Hayyán el siguiente párrafo: "Aún es práctica constante en España que todo aquel que empieza a aprender el canto, comienza por el anejir (recitado en verso), como primer ejercicio, acompañándose de cualquier instrumento de percusión; inmediatamente después, el canto simple o llano para seguir luego su instrucción y llegar al fin a géneros movidos, hasta los hezeches, según los métodos de enseñanza que introdujo Ziryab".



fue un innovador en la enseñanza del canto. Su método lo dividía en tres partes o tiempos: "Primero la enseñanza del ritmo puro, haciendo que el discípulo recitase la letra acompañado por un instrumento de percusión, un tambor o un pandero que señalara el compás; segundo, la enseñanza de la melodía en toda su sencillez, sin añadidos de ninguna clase; y tercero, los trémulos, gorjeos, etc., con que se solía adornar el canto, dándole expresión, movimiento y gracia, en lo cual se echaba de ver la habilidad del artista" . Este método se hizo muy popular en España, postergando a los anteriores a él.

Los diversos ritmos y melodías surgidos de la escuela andalusí forjada por Ziryab, como las zambras, pasarían a América con los moriscos y se transformarían en danzas como la zamba, el gato, el escondido, el pericón, la milonga y la chacarera en la Argentina y el Uruguay, la cueca y la tonada de Chile, las llaneras de Colombia y Venezuela, el jarabe de México o la guajira y el danzón de Cuba (cfr. Tony Evora: Orígenes de la música cubana, Alianza, Madrid, 1997, pág. 38). El mismo tango tiene origen flamenco, voz que según el eminente andalucista Blas Infante (1885-1936) proviene del árabe fellahmenghu: «campesino errante». La mayoría de los flamencólogos, incluso un intérprete y compositor de la talla de Paco de Lucía (nacido Francisco Sánchez Gómez, en 1947, en el puerto de Algeciras), y un cantaor de los quilates de Camarón de la Isla (nacido José Monge Cruz, 1950-1992), afirman el origen andalusí-morisco de su especialidad (cfr. Félix Grande Lara: Memoria del flamenco, 2 vols., Espasa Calpe, Madrid, 1987). La música del Islam igualmente tuvo una influencia evidente en la música culta y religiosa de España, Francia e Italia.

Grandes poetas como Ibn Hazm  y el régulo de la taifa de Sevilla al-Mutamid (1040-1095) adoptan en sus obras una concepción platónica del amor , el que se ha denominado amor espiritual, en árabe hubb udhrí; de la tribu mítica de los Bani Udhra, llamados los «Hijos de la Virginidad», que cita Ibn Qutaibah.

Asimismo, en al-Andalus el canto mozárabe había suplantado en las iglesias al visigodo. Donde es muy grande la influencia de la música andalusí es en las famosas Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio (1221-1284), rey de Castilla y León. Este repertorio de más de 400 canciones tiene textos en galaico-portugués y presentan la forma de «zéjel». La mayoría de aquéllas narran milagros de María, la Paz sea con ella.

Los textos se conservan con melodías en tres manuscritos del siglo XIII junto con una rica colección de miniaturas que representan intérpretes con instrumentos musicales. Las miniaturas proporcionan un material inestimable para evaluar los alcances de la mencionada influencia: hay laúdes, rabeles, panderos, etc.

Musica islámica.


"La música es sin duda una de las artes más hermosas que nos lleva a conocer el sentir de un pueblo, y en la cultura árabe-islámica constituye junto con la poesía una de las formas de expresión más importantes de su civilización. El artista árabe encontró en la música y la poesía esa evasión que le permitiría plasmar el genio que encerraba en su interior, de ahí que su patrimonio musical sea una de las más bellas huellas que ha ido dejando a través de su andadura histórica como un auténtico museo oral. Dentro de este patrimonio, la música andalusí, dadas sus características, es un hecho cultural imprescindible para el conocimiento de la civilización árabo-islámica en su rama hispano-árabe” (CORTES GARCIA, 1996).

El Islam fue el crisol de un arte musical que se plasmó como fruto de una permanente interacción entre árabes, persas, turcos e hindúes.
La ortodoxia islámica es, en principio, muy reservada en su actitud hacia la música. La liturgia islámica la ignora. La mayoría de los teólogos estuvieron francamente contra ella. Solo fue importante para las órdenes místicas.
Sin embargo, la música forma parte de la práctica islámica.



La primera práctica musical del Islam fue y es el adan «llamada a la oración» a cargo del muecín, al que puede juzgarse por el impacto emocional de voz y su fraseología musical, la realiza en la mezquita antes de cada oración.

La segunda música fundamental del Islam en la mezquita es la lectura o salmodia del Sagrado Corán, labor encomendada a un solista, el almocrí (del árabe muqri’) que emplea una profusa ornamentación. Esta desarrolló la ‘ilm al-qira’a, «ciencia de la recitación».

Otra muy característica del misticismo islámico, es el dhikr (recuerdo, memoria, invocación, alabanzas a Dios). El dhikr es la repetición de alguna palabra laudatoria en exaltación de Dios acompañada o no de movimientos rítmicos, música y danza. Rumí dijo: "El samá’ es el adorno del alma que ayuda a ésta a descubrir el amor, a experimentar el escalofrío del encuentro, a despojarse de los velos y a sentirse en presencia de Dios" (cfr. Eva de Vitray-Meyerovitch: Mystique et poésie en Islam, Djalal Uddin Rumi et l’ordre des derviches tourneurs, Desclée De Brouwer, París, 1972).

El polígrafo granadino Ibn al-Jatib en una de sus últimas obras la Nufadat al-ÿirab fi ‘ulalat al-igtirab «Sacudida de alforjas para entretener el exilio», Manuscrito de El Escorial Nº 1750, nos relata una recepción en la Alhambra, ofrecida por el sultán nazarí Muhammad V en 1362, durante la fiesta de inauguración de varias salas de la «fortaleza roja»: "Al acabarse las recitaciones subió de tono el tumultuoso ruido del dhikr, que rebotaba en unas y otras paredes, duplicado por el eco de la nueva construcción".

Algunas órdenes místicas, como la de los Mawiawi (conocidos como la Orden de los Derviches Giradores), los Derkawas (extendidos por todo el Norte de África muy particularmente) y otras órdenes sufíes, dan mucha importancia a la música.

El canto de los poemas místicos y el baile acompañado por instrumentos musicales es una de las bases de sus métodos de realización espiritual. Los sufíes creían que podían encontrar en la música el eco eterno de la primera palabra.

Deseaban que la música fuese una ayuda en su vocación de armonizarse con el ritmo cósmico y alcanzar la contemplación de la Realidad Divina.


Los teólogos y los doctores de la ley temían la fuerza emotiva de la música. Veían en ella una magia incontrolable, capaz de templar muy sutilmente el corazón del hombre, pero al mismo tiempo suficientemente poderosa para liberar las pasiones más confusas y conducir al hombre a una turbulencia mortal.

Sin embargo, el rechazo de los defensores de la teología no impidió, el desarrollo de la música en la sociedad musulmana.


En los primeros tiempos del Islam, la música se consideraba como una rama de la filosofía y de las matemáticas. En este campo los creadores y teóricos eran los filósofos. La música desempeñó un importante papel en la corte de los Omeyas, en Damasco, así como en la de los Abásidas, en Bagdad. El Califa Harun Al-Rachid y sus sucesores la protegieron con la misma dedicación que a las ciencias y a las artes.

Gracias a las traducciones al árabe de textos griegos, siríacos, persas y sánscritos, realizadas en la Casa de la Sabiduría de Bagdad, se dan a conocer las teorías musicales de Pitágoras de Samos (580-500 a.C. ), Aristóteles (384-322 a.C.), Aristóxeno de Tarento (350-? a.C.), Nicómaco de Gerasa —Gerasa o Ÿerasa era una de la ciudades de la Decápolis, cuyas ruinas se localizan en el norte de Jordania— (fl. 100 d.C.), y Claudio Ptolomeo (90-128). La concepción griega de la música como como «ciencia de la fabricación de melodías», manifiesta ya en Ishaq al-Mausilí (m. 849), se difunde por todo el mundo islámico y abre el camino a un panorama totalizador de los fenómenos vocales e instrumentales, fundamentando en los principios científicos de la Antigüedad clásica.

Publicado por al-Andalus