NUESTRA AGRICULTURA GRACIAS A LOS ANDALUSÍES
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Muchas
son las tradiciones y costumbres que forman parte de nuestra cultura más
arraigada que tienen su origen en nuestros antepasados andalusíes. Hoy, nos
detenemos a hablar de la agricultura, una de las actividades que más agradece a
los árabes su aportación a lo largo de la historia.
Los
dirigentes Omeyas de Al-Ándalus centraron su política en impulsar todo lo
relacionado con el desarrollo agrícola. Este impulso a la agricultura permitió
mejorar la dieta facilitando el consumo de productos desconocidos hasta
entonces.
La dieta
mediterránea, de hecho, está basada en el gran consumo de frutas y hortalizas,
muchas de ellas de procedencia árabe.
Este es
el caso de de la naranja. En el S.X, este fruto se usaba para cocinar y para
elaborar medicinas. Su flor, el azahar, se utilizaba para elaborar perfumes al
igual que ocurre hoy en día. De hecho, el naranjo es hoy una seña de identidad
en algunos de los edificios más emblemáticos del Ándalus de los que hoy
disfrutamos en Andalucía y en toda España.
Además
trajeron el limonero, la lima y el toronjo. El naranjo y el limonero se
utilizaban en Al-Ándalus para adornar los jardines por su belleza y por el
aroma de sus flores, tal y como sigue sucediendo hoy en los patios y calles de
Andalucía.
Otras de
las frutas y verduras que nos llegaron a través de los árabes son espinacas,
berenjena, zanahoria, sandía, albaricoque, plátano y membrillo. Una amplia
variedad de productos cuyo cultivo fue posible gracias a que los andalusíes
trajeron sus sistemas de regadío que permitió la creación de los huertos
andalusíes.
Otro de
los inventos procedentes de nuestros antepasados árabes es la noria, un
elemento que hizo posible la agricultura durante cientos de años. Estas tiene
su origen en la palabra Al Naura (la que llora). Los árabes le pusieron este
nombre por el sonido que producía la noria al girar sobre su eje, un sonido que
recuerda a un quejido. Además, el agua que cae, evoca las lágrimas derramadas.
Los
andalusíes fueron maestros en el aprovechamiento del agua. La escasez de agua
en las zonas de las que procedían les obligó a crear sistemas muy
ingeniosos como la acequia. La palabra acequia viene de la palabra saquiya, que
significa río. Se utiliza para conducir el agua a través de los huertos por
muchos de sus numerosos ramales. Muchas de las acequias construidas en aquella
época siguen utilizándose actualmente, como es el caso de las acequias de las
Alpujarras granadinas.
Como
vemos nuestro presente está muy unido al pasado árabe de nuestra tierra, unas
raíces de las que debemos sentirnos muy orgullosos.
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