ALCAZABA DE LOJA
- GRANADA
La Alcazaba de Loja es una construcción defensiva de
época nazarí, que se conectaba visualmente con la red de torres vigía
distribuidas a lo largo de la frontera del reino de Granada. De un enorme pasado explendor, hoy
quedan en pie muchas de sus murallas y torres, tras una reciente restauración.
En la ciudad musulmana de Medina Lawsa, la alcazaba se erigía en
centro preeminente de la vida política y militar, y fue pieza clave de la
conquista de Granada. Es por ello, el espacio histórico mas significativo de Loja.
La Alcazaba está situada en el barrio al
que da nombre, en el lugar mas elevado de la población y es un referencia
visual del centro histórico de Loja que puede contemplarse casi desde cualquier
punto de la localidad y sierras adyacentes. En ella destaca un majestuoso
Torreón Principal, alrededor de una cúpula central en forma de media naranja.
Se puede contemplar el aljibe nazarí de tres naves o el sistema de murallas y
torres dentro del que destaca la Torre Ochavada. Permanecen en pie la Torre del
Homenaje, con dos plantas en su interior, realizada en piedra de sillería, la
Torre Ochavada, la de las Almenas, la del Maestre, la del Agua, y la de
Basurto, junto al Caserón de los Alcaides cristianos y otros restos de
edificaciones.
Historia de la Alcazaba
Fernando III el Santo, Pedro I el Cruel y
los Reyes Católicos, en sucesivas etapas históricas, conquistaron esta
fortaleza árabe. Para los Reyes Católicos resultó un lugar primordial en su
empresa de la conquista de Granada. En los grabados históricos de la época,
como en los de G.Hoefnagle en 1585, podemos apreciar la monumentalidad de esta
Alcazaba lojeña. Restos arqueológicos encontrados en ella dan fe de la
existencia de un núcleo poblacional de épocas ibérica y romana. La ciudad
musulmana Medina Lawsa, se organiza en torno a la Alcazaba, siendo ésta el eje
de la ciudad. En ella vivian el poder político y militar, organizándose por
tanto como ciudad palatina.
Torre Ochavada
Baluarte o torre llamada así por su forma
octogonal. Era habitable en su interior y se arrendaba hasta épocas recientes
para ayudar a sufragar las arcas municipales. En 1576 se instala en ella un
reloj "porque desde allí, se oirá en la mayor parte de la ciudad". En
1601 la reclama el alcaide don Pedro de Tapia, como perteneciente a la
fortaleza y para utilizarla de polvorín y, en 1612, a petición de los vecinos
del Jaufín y del Mesón de Arroyo, se acuerda de nuevo poner el reloj en ella.
Hoy en dia es un reducto impresionante
sobre todo vista desde el Mirador de Sylvania, de la fortificación hispano árabe.
Otra opinión:
La alcazaba de Loja está
situada sobre una roca que domina la localidad granadina del mismo nombre.
Tanto los íberos como los
romanos ocuparon el lugar.
A finales del s. IX los musulmanes construyeron una primera fortificación a partir de la cual fue creciendo la ciudad. Entre los s. XI y XII Loja es ya una ciudad importante. A mediados de este siglo se amplían y refuerzan las murallas, algo que se volvería a hacer durante los s. XIII y XIV, conservándose en la actualidad 18 torres (de planta cuadrada, semicircular y 1 octogonal) y varios lienzos de muralla.
Fernando III “El Santo”
conquistó la ciudad, volviendo a manos de los musulmanes. Lo mismo sucedería
bajo el reinado de Pedro I “El Cruel”. En 1486 los Reyes Católicos la
conquistarían definitivamente para el bando cristiano. Poco a poco, debido a
que la función defensiva ya no es necesaria, el recinto amurallado y la
alcazaba se van deteriorando, usándose además los materiales para la
construcción de viviendas de la localidad.
Se trata de una fortaleza
de planta triangular. La muralla estuvo defendida por numerosas torres de las
que se conservan cinco: la de las Almenas, la del Agua, la del Maestre, la de
Basurto y la más conocida, la torre Ochavada (por su planta octogonal). Esta
última fue usada como vivienda (era alquilada por el propio ayuntamiento para
recaudar fondos) y también como polvorín a comienzos del s. XVII. En 1576 se
puso un primer reloj, siendo sustituido por otro en 1612.
Ya dentro de la fortaleza
se conserva la Torre del Homenaje (s. XII o XIII), de planta cuadrada y con
unos 10 m. de altura, y dos plantas en su interior. En ella encontramos la que
seguramente fue la puerta de acceso principal a la fortaleza, que está
defendida desde arriba por una trampilla por la que se arrojaban líquidos
hirviendo al enemigo en caso de ataque. Sobre la puerta de entrada hay una
inscripción en árabe en la que se pude leer: «Dios es único, no engendró ni fue
engendrado, no tiene compañero». Y sobre ella una mano con la llave de la
ciudad. Hay también una poterna en uno de los lados de la muralla que rodea el
patio de armas.
Pegada a
ella está el Caserón de los Alcaides Cristianos, convertido en 2004 en museo de
la ciudad (antes de eso tuvo diferentes usos como almacén, cuartel o incluso
cárcel). Los orígenes de esta edificación son de comienzos del s. XVI, mandado
construir por don Pedro de Tapia,
alcaide
de la fortaleza en esa época. Se trata de un edificio de dos plantas construido
en mampostería.
De lo
que fue el recinto amurallado de la ciudad apenas se conservan un par de torres
y alguna puerta, como la conocida como del Jaufín.
En los
alrededores de Loja se conservan restos de torres vigía que contribuían a la
defensa de la ciudad y de la cercana Granada.
Este baluarte, no solo cumplía funciones
defensivas, sino que también era el lugar de residencia de los mandatarios de
la ciudad, antes y después de la conquista castellana. La Alcazaba de Loja, fue
en resumidas cuentas, el núcleo administrativo, político, y militar, de la
comarca de Loja.
El cerro de la Alcazaba, donde se asienta
su castillo, estuvo ocupado por el hombre desde el Bronce Final, y siguió
habitado de manera ininterrumpida hasta la época ibérica. Durante la dominación
romana, poco se ha documentado, si bien, se ha excavado una necrópolis
tardorromana en la parte baja de la ciudad. Sin embargo, el origen de la ciudad
de Loja y de la Alcazaba, es árabe.
Loja se
comenzó a poblar por los árabes, en la época emiral, siglo IX. En el año 893, los Omeya mandaron
levantar un primer castillo o “hisn”, que con
el curso de los siglos se fue transformando, hasta convertirse en la actual
Alcazaba de Loja. Un siglo más tarde, en época califal, la alcazaba de Loja ya
ejercía de eje administrativo con funciones fiscales y militares de la comarca,
compuesta por 62 distritos.
Entre el siglo XI y XIII, Loja, ya era una ciudad de
cierta importancia, integrada por un núcleo urbano que pudo albergar unos 2.000
o 3.000 habitantes. Tenía cuatro espacios diferenciados: una fortaleza o
alcazaba, un barrio junto a la misma, el barrio del Arrabal, y otro barrio,
situado en la ladera norte del cerro, que era denominado Jaufín, y donde
todavía se conserva una de sus puertas de acceso, La Puerta del Jaufín.
El recinto amurallado
de Loja fue, probablemente, trazado durante la segunda mitad del siglo XII, reforzado y corregido entre los siglos
XIII y XIV. Consta de una muralla con varias torres: 13 cúbicas, 4
semicirculares y 1 octogonal, esta última conocida como Torre Ochavada. La
mayoría de la Alcazaba de Loja está construida de mampostería, con refuerzos de
cantería en las esquinas . Excepcionalmente aparecen muros realizados en
tapial.
La Alcazaba de Loja,
corona un pequeño promontorio rocoso, al pie de Sierra Gorda, desde donde se domina un
basto territorio. Tiene forma ligeramente triangular, y se podría decir que su
orientación es Este-Oeste. Ocupa una extensión aproximada de 2.000 metros
cuadrados. Destacan de su interior tres estructuras levantadas en dos épocas
diferentes. Por un lado el Aljibe y la Torre
del Homenaje construidas durante la etapa almohade, siglo XII-XII, y por otro, la
Casa de los Alcaides Cristianos, edificada en el siglo XVII, por el Licenciado
D. Pedro de Tapia, Alcaide de la fortaleza, y que está adosada a la torre del
homenaje.
En la zona central de la ciudad fortificada se
encuentra la alcazaba propiamente dicha. Su lienzo Sur-Suroeste se conserva
entero. Está compuesto de tramos de muralla en los que se intercalan cinco
torres, de planta cuadrada. Es de gran altura, y se construyó de mampostería.
Parte del mismo se apoya en el escarpe rocoso, haciendo inexpugnable la
fortaleza por el flanco Sur.
PUERTA TORRE DEL HOMENAJE – ALCAZABA DE
LOJA
A la Alcazaba de Loja
se accedía desde la medina, a través de una puerta situada en la Torre del
Homenaje, elaborada de gruesos muros de sillería, de más de 10 metros de
altura. La planta de la Torre del Homenaje es rectangular, mide 14,20 metros de
ancho por 11,20 metros de largo. En su fachada, y tras un pasadizo, se sitúa el
hueco principal de acceso que está defendido por una buharda, hoy cegada. En el
dintel de la puerta está escrito en caracteres cúficos: “Dios es único, no
engendró ni fue engendrado, no tiene compañero”
Al igual que la Torre de la Justicia de la Alhambra, la Torre del Homenaje
de la Alcazaba de Loja, contiene el símbolo de la llave, en un lado de la clave
del arco de entrada, y la mano de Fátima o escudo de la Orden de la Banda en la
otra, símbolos estos nazaríes. El interior de la torre lo forman varias
dependencias para la guardia.
Un vano abierto, en el
siglo XVII, en la cara Oeste de la torre, conecta la Torre del Homenaje con la Casa
Cristina o Caserón de los Alcaldes, mandada construir por Don
Pedro de Tapia en 1616.
Este inmueble tiene
forma trapezoidal, y alberga actualmente el Museo Histórico Municipal de la
Alcazaba de Loja. Se trata de una construcción de dos plantas levantadas sobre
una superficie de 124 metros cuadrados. Fabricada en aparejo mixto de ladrillo,
con cajones de mampostería y tapial. Interiormente, el edificio presenta dos
salas (una en cada planta) abiertas al exterior por abundantes vanos que
aportan magníficas vistas de Loja.
Junto al Caserón de los Alcaides, se encuentra
el patio de armas, que alberga el gran
aljibe de la fortaleza. Esta obra hidráulica está semienterrada, debido
a la gran cantidad de relleno acumulado en el interior del recinto. El aljibe
de la Alcazaba de Loja es de planta rectangular, constituido por tres naves
paralelas, comunicadas entre sí por arcos apuntados que apoyan sobre pilares.
Mide interiormente 7,80 metros de largo por 7,30 metros de ancho, y cuenta con
una espectacular altura de 5,20 metros.
ALJIBE – ALCAZABA DE LOJA
Las naves se cubren con bóvedas de arista las
extremas, y esquifada la central. Los pilares y bóvedas están realizadas de
ladrillo, enluciéndose el conjunto con mortero de cal. Conserva la escalera
original por la que se bajaba. Este aljibe tenía capacidad para albergar 286
metros cúbicos de agua.
En el patio de armas
de la alcazaba de Loja se encontró, en 2014, una necrópolis que contenía 28 sepulturas, con
los restos de las personas que perecieron durante los asedios y ataques que
sufrió la ciudad, en la década de los 80 del siglo XV
A partir de la conquista castellana de la ciudad, en 1486, las murallas de
la alcazaba de Loja, sufrieron un deterioro continuo, desmantelándose algunas
de las torres y parte de los lienzos. Si nos asomamos a los miradores, que hay
apostados a lo largo de la muralla, podremos ver cómo muchas viviendas están
construidas sobre los mismos lienzos de la fortaleza lojeña
MUSEO DE LOJA – ALCAZABA DE LOJA
Este inmueble tiene forma trapezoidal, y alberga
actualmente el Museo Histórico Municipal de la Alcazaba de Loja. Se trata de
una construcción de dos plantas levantadas sobre una superficie de 124 metros
cuadrados. Fabricada en aparejo mixto de ladrillo, con cajones de mampostería y
tapial. Interiormente, el edificio presenta dos salas (una en cada planta)
abiertas al exterior por abundantes vanos que aportan magníficas vistas de
Loja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario