La Mezquita Catedral
es el edificio más conocido de Córdoba, actual catedral de Nuestra Señora de la
Asunción ( antes Santa María de Dios... nombre eclesiástico ), o antigua
mezquita al-Jama de la ciudad. Edificio declarado Patrimonio Cultural de la
Humanidad junto con el centro histórico de Córdoba. Hoy constituye el monumento
más importante de Córdoba, y también de toda la arquitectura andalusí, junto
con la Alhambra. El edificio alberga el cabildo catedralicio de la Diócesis de
Córdoba y es propiedad de ésta, además está prohibido cualquier culto colectivo
o rezo organizado no católico. Está declarado Bien de interés cultural en la
categoría de monumento y es también uno de los espacios turísticos más
visitados de España y se le ha considerado el primero de los 12 Tesoros de
España.
Comienza a construirse en el siglo VIII ( 786 ), sobre la basílica visigótica de San Vicente Mártir (cuyos restos se conservan bajo el edificio actual). Posteriormente, se hicieron tres ampliaciones más. En 1236, tras la conquista de Córdoba, se convierte en catedral católica con la ordenación episcopal de su primer obispo, Lope de Fitero, si bien no será hasta el siglo XVI (1523 ) cuando se empezó la construcción de una basílica renacentista de estilo plateresco en el centro del edificio musulmán. Fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul (Estambul, 1588). Una de sus principales características es que su muro de la qibla no fue orientado hacia La Meca, sino 51º grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas de Al-Ándalus.
La superficie total del monumento es de 23.400 metros cuadrados, con una longitud de 180 m de norte a sur y 130 m de este a oeste. Las columnas se cuentan en un número de 1.013, aunque sólo quedan en pie 856.
Exterior de la catedral.
A la catedral se accede por la Puerta del Perdón (lado norte), de estilo mudéjar (1477), donde se observan las hileras de naranjos y palmeras. Las fuentes y los arcos de herradura que lo rodean. Junto a la puerta se levanta la mezquita que se compone de tres partes:
."El Patio de los Naranjos", que en tiempos del Califato era el "Patio de las Abluciones" (conserva buena parte de su aspecto original), el alminar desmochado parcialmente y rodeado, a principios del siglo XVII, de un «encofrado» de estilo herreriano.
La puerta de Las Palmas da acceso a la mezquita: un bosque de ochocientas cincuenta columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan trescientos sesenta y cinco arcos de herradura bicolores, da la medida del esplendor del arte de los califas en su apogeo. El mihrab, lugar santo que señala la dirección Sur y no la de La Meca, de acuerdo con la voluntad de Abderramán (hacia el río porque le llevaba hasta su Damasco natal). Esta es una de las hipótesis, pero hoy día está más aceptada la teoría de que la nave principal de la mezquita sigue la orientación de la calle principal (cardo) de la antigua Córdoba Romana (Colonia Patricia), como se ha atestiguado en las excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad. El mihrab, es un joyel de mármol, estuco y mosaicos bizantinos brillantemente coloreados sobre fondo de oro y bronce, además de cobre y plata.
En el Lucernario se conservan los arcos lobulados de los muros y la
cúpula. En la cabecera destacan los arcos, los mosaicos del muro y la
estructura y decoración de las cúpulas a base de arcos cruzados.
Tras la conquista de Córdoba por los cristianos, éstos utilizaron la mezquita
para celebrar su culto, pero en el siglo XVI, cuando el Islam fue definitivamente
expulsado de la península Ibérica, los vencedores quisieron adecuarla a sus
creencias: construyeron una catedral renacentista, a cargo de Hernán Ruiz I, y
luego, de su hijo, en pleno corazón de la mezquita, alterando la perspectiva
original.
Etapas constructivas
Orígenes cristianos: la basílica visigoda de San Vicente
Tras la llegada del Islam a Córdoba , la basílica visigótica de San Vicente,
que había sido el templo cristiano más importante de la ciudad desde el siglo
V, pasó a compartirse entre cristianos y musulmanes. Según una versión sucinta
del relato tradicional, la mezquita de Córdoba habría sido iniciada bajo el
reinado del primer emir omeya Abderramán I entre el 780 y el 785, (que compró
su parte de la basílica a los cristianos) sobre la planta de la iglesia
cristiana, cambiando la orientación de su eje. Sufrió sucesivas ampliaciones en
los siglos IX y X y fue concluida bajo mandato de Almanzor. La más importante
de las ampliaciones es la de Alhakén II a la que pertenecen los arcos del mihrab.
En estos arcos se puede ver la evolución de la construcción: las columnas
visigodas con sus arcos de herradura les resultaron demasiado bajos a los
musulmanes por lo que decidieron añadir pilares sobre las columnas y disponer
arcos más altos sin derribar los anteriores y policromando en rojo y blanco
todos con lo que se construyó la célebre y más conocida imagen de la Mezquita
de Córdoba. Fue lugar de reuniones a la vez religiosas y políticas pues podía
albergar hasta veinte mil personas.
Las excavaciones arqueológicas dirigidas por el arquitecto Félix Hernández en
1930 demostraron la existencia en el subsuelo de la actual Catedral de todo un
complejo episcopal que puede datarse entre los siglos IV y VI. Allí se
encuentran los restos arqueológicos de la basílica visigótica dedicada a San
Vicente Mártir, la domus episcopalis, y la escuela clerical y los servicios de
caridad del Obispo.
Abderramán I
El inicio de su construcción se debe al primer emir omeya de Córdoba, haciéndose
sobre el emplazamiento de la basílica visigoda de San Vicente Mártir, iglesia
construida en el siglo V, en cuyo solar se inicia la edificación del oratorio o
haram en el año 786. Ignacio Olagüe Videla en su célebre La Revolución islámica
en Occidente (1974), supone por la arqueología que Abderramán I no habría
construido nada, y que el templo primitivo ya contaba con el famoso bosque de
columnas. Como, por su ordenación interior, éste no parece concebido para el
culto católico o musulmán, puede que fuera edificado para el culto arriano.
Este primer edificio consta, en cualquier caso, de once naves naves
longitudinales orientadas hacia el río Guadalquivir, cuya anchura es idéntica,
a excepción de la central, que conduce al mihrab y las dos de los extremos. La
central ligeramente más ancha que el resto y las laterales ligeramente más
estrechas, aunque estas leves diferencias solo son apreciables en un plano.
Estas naves constan de doce tramos o crujías que corren en dirección al muro de
la qibla.
Los materiales utilizados son de acarreo: fustes de columnas y capiteles
procedentes de construcciones y épocas anteriores romanos y visigodos, sobre
los cuales se elevan pilares rectangulares de sillería que dotan de más altura
al conjunto. Para darle estabilidad a este alzado se recurre a dobles arcos, de
los cuales el inferior, de herradura, hace funciones de entibo, mientras que el
superior, de medio punto, es el que soporta la cubierta. Este sistema, además
de la alternancia cromática y material de las dovelas, rojas de ladrillo,
amarillentas las de caliza, parece estar inspirado en el acueducto romano de
Los Milagros de Mérida.
El resultado es un inmenso bosque de columnas coronado de doble arquería que
recuerda a un palmeral. El conjunto se cierra con el muro de la qibla, que a
diferencia del resto de mezquitas no está orientado hacia La Meca sino hacia el
sur, hecho éste cuyas causas no se conocen y que ha dado lugar a controversia
con hipótesis que van desde la inexperiencia y el error en el cálculo, hasta la
pura intencionalidad política tras la proclamación de
la independencia política del emirato corbobés. Las obras terminaron
en el 788.
Hixén I.
Terminó el patio o sahn y erigió el primer alminar. Este primitivo alminar de
planta cuadrada, fue más tarde derribado por Abderramán III quien construyó
otro, luego parcialmente desmochado, y cuyos restos se encuentran actualmente
embutidos en el campanario cristiano de la catedral. La cimentación del alminar
de Hixén I fue hallada en el Patio de los Naranjos por Félix Hernández en el
siglo XX, quién dejó marcada su ubicación en el pavimento y es hoy día visible.
Abderramán II
Según la historiografía clásica, el crecimiento de la ciudad habría determinado
la necesidad de un oratorio (haram) con un aforo mayor para poder albergar más
fieles durante la celebración de los viernes, por lo que este emir decidió la
primera ampliación de la mezquita. Ignacio Olagüe Videla supone, además, que es
a Abderramán II a quien debemos las obras que convertirían al templo arriano en
mezquita. En cualquier caso, éstas se iniciaron en el 833, acabándose en el
855, bajo mandato ya del hijo de Abderramán II.
Para llevarla a cabo se derribó el primitivo muro de la qibla, cuyos restos son
actualmente visibles en forma de grandes pilares, y se prolongaron las
arquerías en ocho tramos o crujías más, con una longitud total de
aproximadamente 26 metros.
Los elementos arquitectónicos son idénticos a los de la fase inicial:
alternancia de dovelas en los arcos (amarillas de caliza y rojas de ladrillo) y
utilización de materiales de acarreo, aunque como novedad se utilizaron algunos
materiales labrados a propósito para esta ampliación, como los ocho capiteles
novedosos denominados «de pencas». El mihrab, cuyos cimientos fueron
encontrados en el subsuelo de la Capilla de Villaviciosa, estaba concebido
monumentalmente con un arco de entrada sostenido por cuatro columnas y
sobresalía al exterior del muro de la qibla. También este emir llevó a cabo una
intervención en el patio, cerrándolo con saqqifas en los laterales que
faltaban.
Información WIKIPEDIA.
Publicado por al-Andalus en 8:00
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