MOSEH IBN EZRA (C. 1055-DESPUÉS DE 1135)
Nació en Granada. Miembro de una importante familia aristocrática
judía, recibió una completa educación en árabe y hebreo. En Lucena su maestro
fue Yitzhaq ibn Gayyat. Al igual que sus otros hermanos, ocupó altos cargos en
la administración de la Granada zirí en tiempos del rey Abd-Allah. Como se
aprecia en la temática de su poesía, llevó una vida placentera y sonriente
hasta que, tras la llegada de los almorávides (1090) y la dispersión de sus
amigos y parientes, se decidió finalmente por marcharse a la España cristiana,
donde vivió la amargura del exilio y constantemente se acordaba de su ciudad
natal. Es uno de los grandes poetas del “siglo de oro” de la literatura hebrea
andalusí. De su juventud es el Sefer ha-anaq (Libro del collar), colección de
poemas cortos: cantos de vino y amor, descripciones de flores, jardines, etc.
En su época de exilio, su poesía se hace más profunda y atormentada: dominan
las poesías sobre la vanidad del mundo, la brevedad de la vida, lo inestable de
las cosas, etc. En el exilio también compuso en árabe su Kitab almuhadara
wal-mudakara (Libro de la consideración coloquial y del recuerdo) obra
fundamental de la crítica literaria hebrea. Es un libro en el que reivindica la
poesía y retórica hebreas, insistiendo en que tienen tantos recursos y
posibilidades como la poesía árabe. Esta obra, en la que expresa con orgullo la
superioridad de la Diáspora judía en al-Andalus sobre el resto, también es de
gran interés porque recuerda en ella las generaciones de poetas judíos
andalusíes que le precedieron. Es una obra nostálgica, como toda su producción
del exilio: en ella nos habla de un mundo brillante y culto que ya no existía.
Él y su hermano Yitzhaq fueron protectores y buenos amigos de Yehudah ha-Leví.
Es muy interesante la correspondencia poética de Yehudah ha-Leví con los Ibn
Ezra y otros personajes judíos de Granada, Córdoba, Sevilla y Lucena. ■
José Ramón AYASO MARTÍNEZ