PRESENCIA MUSULMANA EN
MÁLAGA
A principios del siglo VIII la monarquía visigoda se
encontraba sumida en una profunda crisis económica, además las endémicas luchas
por el poder se habían agudizado cuando el último rey visigodo Roderico accedió
al trono. La llegada a la Península del líder musulmán Táriq Ibn Ziyad avocado
por los opositores a Roderico inició un extenso periodo de ocho siglos de
presencia musulmana conocido como al-Ándalus.
Málaga formo parte de al-Ándalus desde su creación
hasta 1.487 cinco años antes de la capitulación granadina, evolucionando su
topónimo desde Malaka a Mālaqa (en árabe مالقة). Tras un período de
inestabilidad provocado por revueltas de los habitantes indígenas el gobernador
de la ciudad, Abd Al Aziz, logra imponer el orden en 716.
Desde el año 880 el muladí Omar ibn Hafsún organiza una revuelta
contra un emirato cordobés en crisis. Apoyado principalmente por bereberes y
mozárabes el territorio bajo dominio de Omar fue cambiante, en un primer
momento llegó a apoderarse de fortalezas como las de Autha, Comares y Mijas y tras un intento fracasado por parte del
emir Al-Mundir de someterlo asediando Bobastro,
Omar recupera y hace crecer su territorio formando un amplio Estado que abarcó
desde Elviria y Jaén al oeste hasta Sevilla al este, llegando incluso a las
puertas de Córdoba. Su conversión al cristianismo y finalmente su muerte
resto partidarios a su revuelta que heredada por su hijo Suleyman será
definitivamente aplastada con la toma de Bobastro en el año 928, meses antes de la proclamación del Califato de
Córdoba.
Con la sumisión de Bobastro por Abd-al-Rahman III se
asienta y desarrolla definitivamente el sistema islámico en Málaga lo que se
traduce en una etapa de paz y un nuevo esquema de población, basado en el
desarrollo de las ciudades y la proliferación de alquerías en el mundo rural, con el florecimiento del artesanado y el comercio,
así como de una agricultura intensiva con base en el regadío, en contraste con
el feudalismo que sufría el resto de Europa.
Málaga se transformó en ciudad floreciente, rodeada
por un recinto amurallado provisto de cinco grandes puertas y con gran cantidad
de arrabales y barrios asimismo amurallados, dentro de los que evolucionaban
los adarves, salpicados de huertas a orillas del Guadalmedina,
y cruzada de este a oeste por una vía que comunicaba al puerto y la fortaleza
con el interior del recinto amurallado; junto al recinto, se asentaban los
barrios de comerciantes genoveses y las juderías, de forma independiente del
resto de la ciudad.
Con la caída del califato de Córdoba, Málaga se
convirtió en capital de la taifa hammudí. Del urbanismo de ésta época, quedan
trazas en el centro histórico y en dos de sus principales monumentos: La Alcazaba y el Castillo
de Gibralfaro, además de un doble
amurallamiento: la Coracha. Tras ello, el Califato
de Córdoba se divide en casi
una cuarentena de Reinos de Taifas. En esta época Málaga fue la capital de su propio reino, Rayya,
independiente con la excepción de los intervalos de 1026-1058(conquistado por Granada), 1073-1090 (bajo dominio almorávide), 1145-1053 (bajo dominio almohade).
Es el año 1089 cuando los almorávides son llamados por los Reinos de Taifas para solucionar problemas
rivales, quedándose en Al-Andalus y arrebatando el domino a los regentes
musulmanes.
En ésta época, contaba Málaga con dos arrabales fuera
de las murallas y un comercio que poseía un discreto radio de acción con Marruecos. La ciudad contaba con una clase media dedicada a la
artesanía y al comercio regulada por el tratado del buen gobierno del zoco,
redactado por el malagueño Al-Sagasti.
Hasta 1143 no son expulsados de Málaga, donde, años más
tarde, gobernaría Ibn Hud (hasta 1238) ferviente antialmohade. A la muerte de Hud, se
ofrece la ciudad al rey de Granada Mohamed I, formando parte del reino nazarí hasta finales del siglo XV.
En esta época, vivían en Málaga unas 15.000 personas.
En su conjunto, la población islamo-malagueña se atuvo a la ortodoxia religiosa
más estricta bajo la tutela de los alfaquíes. Ortodoxia que respondía más a las
normas de comportamiento social. La población no musulmana constaba de una
importante minoría judaica mientras que la presencia de cristianos se reducía a
los cautivos apresados en hechos bélicos, forzados a trabajar en las Atarazanas, dónde se construían navíos ligeros para la vigilancia ribereña y el corso
además de una pequeña colonia de comerciantes extranjeros. En la Alcazaba
residía el gobernador de la ciudad, a menudo un príncipe nazarí, como delegado
del sultán, rodeado de secretarios y juristas.
En 1348, mientras la peste negra asolaba toda Europa,
la Alcazaba y Castillo
de Gibralfaro toman su forma
definitiva. La ciudad dispone de varias puertas que permiten el paso a través
del recinto amurallado, cuyos nombre siguen perdurando hoy: Puerta Oscura,
Puerta del Mar... En esta etapa vivió uno de sus hijos más ilustres: el
filósofo y poeta judío Ibn Gabirol,
el cual será el primero en acuñar el término Ciudad del Paraíso (usado
posteriormente por Vicente Aleixandre) para referirse a su ciudad natal.
La Reconquista e incorporación a la
Corona de Castilla.
La conquista del reino de Granada comienza con la toma
de Alhama por los cristianos en febrero de 1482. A los pocos meses, Muley Hacen se refugia en Málaga
al ser destronado por su hijo Boabdil con el apoyo de los abencerrajes que
habían regresado del exilio.
Durante la Reconquista los árabes construyeron gran
cantidad de torres de defensa para la ciudad; así, al oeste Torremolinos, al norte Puerto de la Torre (antiguo camino a Antequera), al noroeste las 11 torres de Alhaurín de la Torre (de las que no quedan
restos) y la torre de Alhaurín el Grande y al este la de Torre de Benagalbón. La conquista de la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos en agosto de 1487supuso un episodio sangriento en la guerra final por
la conquista del Reino de Granada.
Después de un largo asedio cortando las entradas de
agua y víveres a la ciudad, desde el 5
de mayo al 18 de agosto, el poderoso ejército castellano formado por 12.000
jinetes, 25.000 infantes y 8.000 soldados más de apoyo, logró tomar la ciudad
defendida por 15.000 gomeres africanos y guerreros malagueños. El asedio de la
ciudad fue uno de los más largos de la Reconquista, duró 6 meses y cortó el
suministro de alimentos, rindiéndose estos el 13 de agosto de 1487, la población fue castigada a la esclavitud o a pena
de muerte, con excepción de veinticinco familias que pudieron permanecer en
Málaga, como mudéjares, en el recinto de la morería. La conquista de Málaga
supuso un durísimo y definitivo golpe para el reino nazarí de Granada que
perdía así su principal puerta marítima.
El rey Fernando de Aragón decidió aplicar un castigo
excepcional y se negó a conceder una capitulación honrosa para los vencidos.
Excepto el grupo del mercader Alí Dordux que rindió la ciudad a espaldas del
arraez Hamad al Tagrí o El Zegrí que resistiría en el castillo de Gibralfaro unos días más, los 15.000
supervivientes fueron convertidos en esclavos. Entre 5.000 y 6.000 cristianos
repoblaron la provincia (1.000 la capital). En un primer momento se levantaron
cuatro parroquias en la capital: las iglesias del Sagrario -dedicada a San
Pedro, fundada en 1488 y reconstruida en el siglo XVIII, San Juan,
Santiago y Santos Mártires.
No hay comentarios:
Publicar un comentario