sábado, 31 de agosto de 2019

ABÛ HÂMID (1080-1170). EL GRANADINO



Abû Hâmid ben ´Abd al-Rahim ben Sulayman ben al-Rabi´ al-Mâzini al-Qaysi, al-Andalusi, al-Garnâti, al-Uqlishi ibn Tamîm al-Qayrawâni.
Abû Hâmid ben ´Abd al-Rahim ben Sulayman ben al-Rabi´ al-Mâzini al-Qaysi, al-Andalusi, al-Garnâti, al-Uqlishi ibn Tamîm al-Qayrawâni.
 
Sabemos por él mismo que era andaluz, nacido en Granada, que residió en Uclés (provincia de Cuenca), que un antepasado suyo vivió   en Qayrawan y que su familia pretendió ser de origen qaysi.   Todos los datos que poseemos sobre Abû Hàmid nos llevan a la región de Granada.
 
La biografía de Abû Hâmid cabría en algunas líneas si no fuese porque, afortunadamente, él mismo indica las fechas en las que se encontraba en los paises por él visitados.
 
Nace en Granada en 1080, cuando esta ciudad estaba gobernada por la dinastía conocida por ziri, del nombre de su fundador  Zâ wi ben Ziri (1012-19). El último monarca de esta familia´ Abd Allah fue derrocado en 1090 y desterrado a Marruecos por el almoravid Yusuf ben Tashufin, quedando así Granada bajo el dominio de los almorávides.
 
Cuando esto ocurre, Abû Hâmid es un niño de diez años, y hay que suponer que quedaría fuertemente impresionado cuando en su casa oyera a su padre contar que el caudillo almorávid Yusuf ben Tashufin había encontrado en el palacio de la Alcazaba de los reyes ziries, que él, sin duda conocería, inmensos tesoros; porque, sin contar las grandes urnas de oro en moneda o lingotes, todas las estancias del palacio estaban adornadas con techos, tapices y cortinas de extraordinario precio. Por todas partes había rubies, esmeraldas, diamantes y perlas, y vasos de cristal, plata y oro deslumbraban la vista. Singularmente fue admirado un tasbi y collar de cuatrocientas perlas, cada una de las cuales valía cien ducados".
 
La historia de la Granada ziri que se prolonga durante 78 años nos es, en cierto modo, bastante conocida porque su último monarca´ Abd Allah nos dejó escrito de su propia mano un circunstanciado relato de ella, cuyo manuscrito árabe fue hallado, publicado y traducido al francés por Lévi Provenc;al con el sugestivo título de "Les Mémoires" de ´Abd Allah dernier roi ziri de Grenade".

 
No se sabe con certeza el año en que Abû Hâmid abandonó su tierra para emprender su viaje, pues mientras el orientalista suizo Dubler propone el 1107, como el año probable en que salió de Granada, Léví Provençal cree que fue en 1110, es decir cuando nuestro viajero contaba 30 años de edad. El motivo del viaje fue el mismo que impulsó a otros viajeros andalusíes que le precedieron o siguieron: el cumplimiento del precepto coránico de la peregrinación (Hayy) a Meca, y "en busca del saber" que en aquella época florecía a aún pujante en el Oriente islámico.
 
La Granada en que nació y vivió Abû Hâmid en sus años mozos, estaba entonces circundada por el amplio recinto de sólidas murallas, gran parte de las cuales aún subsiste, que constituían la Alcazaba cadima, cuyos monumentos más notables, admirablemente estudiados por Leopoldo Torres Balbás, son la torre de la mezquita mayor, la de San José y las fortificaciones a que correspondían las puertas de Hernán Román y el arco de la de Elvira. La mezquita mayor estaba ya edificada en 1055; y más tarde durante el reinado de Bâdis y de ´Abd Allah (1038 a 1090) se continuaría edificando y se ampliaría el recinto. A esta segunda etapa pertenece el Bañuelo, el Puente del Cadi, la mezquita inmediata también llamada del Cadi, que estaría donde hoy está la Iglesia de San Pedro y la puertas Monaita y Nueva o de los Pesos, y el palacio o alcázar de Badis situado en la inmediaciones de la actual Iglesia de San Miguel el Bajo, donde Yusuf ben Tashufin halló las inmensas riquezas de que antes hemos hablado.

Este es el ambiente político-social y arquitectónico de la Granada ziri que abandonó para siempre y que sirvió de base a su formación cultural. La otra Granada, después más famosa, la de la dinastía nazari, constructora de los alcázares y palacios de la Alhambra no hizo su aparición en la Historia hasta el año 1232, es decir 62 años después de la muerte de nuestro insigne viajero.
 
En 1115 habita en Alejandría y en El Cairo y allí sigue los cursos de diferentes profesores. Después parece que volvió a Al-Andalus.
Habiendo sufrido los reveses de la fortuna, abandona de nuevo su país en 1117,hace escala en Cerdeña y Sicilia, pasa por Alejandría y llega a El Cairo el mismo año. Al año siguiente se halla todavía en esta última ciudad.
 
En una fecha que no está indicada, da lecciones de "tradiciones" en Damasco, y allí sigue igualmente algunos cursos, así como en Bagdad donde llega en 1122 y reside cuatro años. En esta ciudad fue cordialmente acogido por el célebre visir ´Awn al-Din Yahya ben Muhammad ben Hubayra, para la biblioteca del cual compuso su libro "al-Mu´rib", sobre algunas maravillas del Magreb.
 
En 1130 lo hallamos en Abhar, en Persia. Al año siguiente en Sajsîn o Saqasîn en la desembocadura del Volga, donde aún continúa en 1134.
 
En 1136 va a Bulgâr donde pierde un hijo, y el mismo año se dirige a la región de Bactria.
 
Quince años después, en 1150,se le encuentra en Bashgird (Hungría), donde un hijo suyo, el mayor, está todavía unos diez años más tarde.
 
En 1160 vuelve a Bagdad donde es acogido de nuevo por el visir Ibn Hubayra.
 
Se dirige después al Jurasân y allí habita durante un cierto tiempo. Posteriormente vuelve a Siria y reside durante algunos años en Alepo y más tarde en Damasco. En 1162, hallándose en Mosul, compone su "Tuhfat al-Albâb wa nujbat al-A´yab" (Precioso don de la inteligencia y flor de las maravillas) a instancias del gran sabio sufí jeque Mu´in al-Din Abu Hafs ´Umar ben Muhammad ben al-Jidr al -Ardabîli. En 1925 el orientalistas y ministro plenipotenciario francés Gabriel Ferrand publicó el texto árabe completo de esta obra, editando el manuscrito según los existentes en la Bibliotheque Nationale de París y en la de Argel, la versión árabe fue publicada en la Revista "Journal Asiatique". "Tuhfat al-Albâb wa nujbat al-A´yab" nos da una curiosa mezcla de lo útil y lo no útil, de lo real y lo fabuloso, de lo que entra en el dominio de la ciencia y lo que pertenece al folklore y a la narrativa popular; pero, en conjunto, es un libro de cosmografía, esto es: una representación de las maravillas del universo y la tierra en especial. Esta es la forma que Abû Hâmid dio a la ciencia de la geografía sin que el mismo supiera que escribía sobre esta disciplina, ya que no menciona su nombre ni una sola vez. Pero creó una materia que posiblemente no es geografía en este estilo, pero lo cierto es que dio vida a un modelo que después han imitado muchísimos.

Abû Hâmid también escribió otra obra titulada "al-Mu´rib ´an b´ad ´ayâ´ib al-Magrib" (El relator de algunas de las maravillas del Magrib), esta segunda obra es conocida por la traducción que de la misma hizo el  orientalista suizo Césas E. Dubler bajo el titulo de "Abû Hâmid el granadino y su relación de viaje por tierras eurasiáticas", publicada en Madrid en 1953.

Abû Hâmid vuelve al cabo de un cierto tiempo a Siria y muere en Damasco en 1170 a la avanzada edad de noventa años.
ARTE GUIA


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