Fuente: www.islamyal-andalus.es
Abû Bakr Muhammad ibn ‘Umar ibn Hayr. Literato andalusí. Sevillano, nació
en 1108. Murió en Córdoba en 1179. Abû Bakr Muhammad ibn ‘Umar ibn Hayr.
Literato andalusí. Sevillano, nació en 1108. Murió en Córdoba en 1179.
Lo poco que conocemos de su vida se lo debemos a lo que de su biografía él mismo consigna en su obra.
Estudió en Sevilla y Córdoba, sobresaliendo en todas las ramas del saber: tradiciones, gramática, literatura, etc. Nos aseguran sus biógrafos que aventajó a todos sus compañeros en estas materias. Sabemos también que su afición por los libros y la literatura le llevó a reunir una vastísima biblioteca.
Hombre, pues, de una elevada cultura, fue doctor en tradiciones, amén de eminente gramático, dedicándose preferentemente a la enseñanza de esta disciplina. Dícese de él que fue el maestro predilecto de la juventud cordobesa, llegando a alcanzar tan elevado número de alumnos que la lista con los nombres de éstos, le llenaban diez cuadernos con treinta hojas cada uno.
Fue imán de la mezquita de Córdoba, dirigiendo en ésta las preces públicas. Murió en esta población (1179), siendo sepultado en su propia casa, y trasladándose más tarde su cuerpo a su ciudad natal, donde recibió un multitudinario entierro.
Compuso un Indice de libros de diversas materias (Fihrist kutub wa-tawâlîfihi), donde nos da a conocer una lista de las obras que leyó durante su vida, acerca de las ramas del saber que más le interesaron, y añadiendo los nombres de sus redactores. Estos están clasificados según el lugar de su nacimiento: Sevilla, Córdoba, Almería, Algeciras, Granada y otras ciudades de Al-Andalus.
Esta obra fue editada por F. Galera y J. Ribera (Zaragoza, 1894/5) ocupando los volúmenes IX y X de la Biblioteca arábigo-hispana.
Lo poco que conocemos de su vida se lo debemos a lo que de su biografía él mismo consigna en su obra.
Estudió en Sevilla y Córdoba, sobresaliendo en todas las ramas del saber: tradiciones, gramática, literatura, etc. Nos aseguran sus biógrafos que aventajó a todos sus compañeros en estas materias. Sabemos también que su afición por los libros y la literatura le llevó a reunir una vastísima biblioteca.
Hombre, pues, de una elevada cultura, fue doctor en tradiciones, amén de eminente gramático, dedicándose preferentemente a la enseñanza de esta disciplina. Dícese de él que fue el maestro predilecto de la juventud cordobesa, llegando a alcanzar tan elevado número de alumnos que la lista con los nombres de éstos, le llenaban diez cuadernos con treinta hojas cada uno.
Fue imán de la mezquita de Córdoba, dirigiendo en ésta las preces públicas. Murió en esta población (1179), siendo sepultado en su propia casa, y trasladándose más tarde su cuerpo a su ciudad natal, donde recibió un multitudinario entierro.
Compuso un Indice de libros de diversas materias (Fihrist kutub wa-tawâlîfihi), donde nos da a conocer una lista de las obras que leyó durante su vida, acerca de las ramas del saber que más le interesaron, y añadiendo los nombres de sus redactores. Estos están clasificados según el lugar de su nacimiento: Sevilla, Córdoba, Almería, Algeciras, Granada y otras ciudades de Al-Andalus.
Esta obra fue editada por F. Galera y J. Ribera (Zaragoza, 1894/5) ocupando los volúmenes IX y X de la Biblioteca arábigo-hispana.
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