sábado, 7 de abril de 2012

Historia de los musulmanes en al-Ándalus. La ciudad palaciega de Medina Azahara



La ciudad palaciega de Medina Azahara




Cuando 'Abd ar-Rahmán III proclamó el califato, en el año 929, la dinastía de los omeyas de al-Andalus había alcanzado el punto culminante de su poder. El califato quiso dejar patente su nuevo rango construyendo la ciudad palaciega de Medina Azahara (936 - 1010), situada a solo 13 kilómetros al noroeste de Córdoba, que convirtió en sede administrativa y gubernamental de su reino. Los trabajos de construcción de Medina Azahara progresaron rápidamente, pues, 'Abd ar-Rahmán III invirtió en ellos un tercio de todos los ingresos del Estado, con o que impulsó el proyecto de construcción más grande y ambicioso de su tiempo, que no fue superado en los siglo sucesivos.


La ciudad palaciega aprovechó su situación en una pendiente parecida a una terraza a los pies de Sierra Morena. Según al-Idrisi, un viajero cultivado que visitó las ruinas de la ciudad palaciega en el siglo XII, Medina Azahara se asentaba sobre tres terrazas. En el lugar más alto estaba el palacio del califa, que destacaba respecto a los otros palacios por su ubicación aislada. El palacio simboliza de manera impresionante el poder del califa, que desde este lugar podía mirar más allá de la ciudad y de los límites de su territorio. Se supone que este palacio es uno de los primeros edificios que se construyeron en Medina Azahara. En la terraza media había edificios del gobierno y palacios, así como las salas de recepciones y las viviendas de funcionarios importantes. Entre la terraza media y la inferior se encontraba la mezquita, sobre una colina artificial que unía la zona cortesana de la terraza media con la zona de sencillas viviendas de la terraza inferior. En el año 941 se pudo celebrar en la mezquita el primer salat ÿumu'a del viernes, ya que al parecer la mezquita fue construida en tan solo 48 días por un millar d trabajadores. En el año 945 se ha documentado una primera recepción grandiosa en la ciudad palaciega, y poco tiempo después el califa debió de trasladar allí su casa real y su ceca. La supervisión de los trabajos de construcción de Medina Azahara le fue encargada más tarde, todavía en vida del califa, a su hijo y sucesor al-Hakam II.


Fuentes históricas relatan que los trabajos de construcción de Medina Azahara duraron más de 40 años, es decir, 25 años bajo el gobierno de Abd ar-Rahmán III y 15 años bajo el reinado de al-Hakam II, es decir, del 961 al 976. Además de impulsar la ampliación de la Gran Mezquita de Córdoba, al-Hakam II también ejerció seguramente una gran influencia en algunas construcciones palaciegas de Medina Azahara, sobre todo en las salas de recepciones, los jardines, baños e instalaciones de fuentes.


Con la muerte de al-Hakam II en el año 976, los trabajos de construcción del edificio oficial de Medina Azahara fueron probablemente suspendidos, aunque todavía se trabajó en los edificios de la terraza inferior, que no tenían reilación directa con el distrito del palacio. Allí se extendía la ciudad con sus casas sencillas, cuarteles, jardines y mercados. Fuentes históricas mencionan la existencia de manufacturas estatales e incluso la existencia de una prisión subterránea.


La importancia de Medina Azahara como ciudad palaciega y sede del califato se redujo cuando Almanzor, primer ministro y regente del califa Hisham II, todavía menor de edad, fundó en las cercanías de Córdoba la residencia de Madina az-Zahira (978 - 980). El final de3 Medina Azahara no llegó, sin embargo, hasta el año 1010, cuando grupos rebeldes bereberes redujeron a cenizas el que había sido el monumento más característico del calid¡fato de Córdoba, si bi8en las ruinas de la ciudad palaciega estuvieron pobladas al menos hasta principios del siglo XII.


La edificación de Medina Azahara


El área fortificada de Medina Azahara forma un rectángulo de 1518 metros de longitud por 745 metros de anchura; hasta ahora han sido excavados aproximadamente un 10% de los restos. Las excavaciones anteriores se realizaron sólo en las terrazas superior y media, y por lo tanto tan sólo afectaron directamente al distrito palaciego. Las edificaciones de la terraza inferior o de la planicie no se han excavado hasta ahora, aunque se ha podido detectar la posición de otras edificaciones por medio de las fotografía de infrarrojos, que podrían, con el desarrollo de excavaciones, aportar otras informaciones sobre la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad palaciega.


En la posición más alta de Medina Azahara se encuentra el palacio del califa, conocido como la Casa Real (Dar al-Mulk). El palacio se distingue por la decoración de su muros y por el revestimiento del suelo en forma de mosaicos. hasta el momento, el palacio es accesible a los visitantes debido a las medidas de consolidación.


Al lado del palacio se ve una hilera de edificaciones, caracterizadas la mayoría de las veces por un patio interior grande y casi cuadrado. Se trata de edificios administrativos y gubernamentales. Así, al lado del palacio hay un complejo un con patio de forma trapezoidal, alrededor del cual se agrupan series de habitaciones conservadas de manera incompleta. Este complejo de viviendas se halla a casi dos metros por debajo del colindante palacio del califa, para el cual estaba reservada la terraza superior, si bien sobresale unos siete metros por encima de las otras edificaciones de la terraza media, de manera que la delimitación de las diferentes terrazas no era tan unívoca, como cabría deducir de las fuentes históricas.


La construcción situada en el ángulo noroeste de la terraza media estaba al parecer reservada a la servidumbre y a la guardia del califa. Se une a ella otro complejo de viviendas con dos patios casi idénticos, separados el uno del otro por una rampa. Debido a la estructura de los patios casi idénticos de ambas casas, se suele llamar a este complejo de edificaciones, situado aproximadamente a ocho metro más abajo que el palacio califal, las explanadas gemelas. La explanada izquierda, es decir, la occidental, tiene un gran patio de forma rectangular, cuya extensión de norte a sur es de aproximadamente 20 metros, mientras que su extensión de este a oeste es de más de 14 metros. El patio está rodeado por tres de sus lado d por series de habitaciones, de las cuales la serie frontal del norte es la mejor conservada. La sala media de la serie de habitaciones del norte mide 3,50 por 9,82 metros y es la estancia principal de la edificación.


Las habitaciones adyacentes son algo más pequeñas y todas tienen una profundidad de 3,5 metros. DE las explanadas gemelas, la occidental es la que alberga el conjunto de viviendas nobles de este complejo, mientras que la explanado oriental estaba reservada a las actividades económicas.


Directamente bajo las explanadas gemelas se ubica un patio en forma trapezoidal situado a unos siete metros de profundidad. Tiene una longitud de 27,40 metros y en su centro una anchura de unos 8 metros. En él convergían diferentes caminos de la ciudad palaciega, por lo que esta zona estaba especialmente bien vigilada y fue denominada "complejo de los vigilantes". El complejo de los vigilantes no sólo daba acceso a las explanadas gemelas situadas más arriba, sino que desde él tambié3n se alcanzaban los edificios situados al sur de la ciudad palaciega, destinado a viviendas para personalidades importante, como los familiares del califa, sus ministro y visires y los altos funcionarios de la corte.


En el sur, el complejo de los vigilantes se abre a otros palacios de la ci8udad. Se ha de mencionar en particular un complejo de edificios que se identificó como la "casa del visir Ya'afar al-Mushafi" gracias a una inscripción. Ya'afar fue nombrado en el año 961 primer ministro del califa al-Hakam II y fue una de las personalidades más influyentes de la corte. Su casa se divide en tres zonas: una zona oficial para la representación, la zona de vivienda del visir y las estancias del personal de servicio. En la zona representativa de la casa había un salón basilical de tres naves al que se accedía a través de un pórtico que daba paso a un gran patio cuadrado. Tras el salón basilical se extendía la vivienda privada con sus numerosas habitaciones de paso, a las que estaban adosadas las viviendas de la servidumbre. Desde el gran patio de la casa se llegaba a un pequeño baño privado, denominado "casa con alberca", que también se podía alcanzar desde un edificio palaciego vecino. Este complejo de edificios está compuesto por dos construcciones casi idénticas, cuyos pórticos, antaño exquisitamente decorados, se abren hacia las partes angostas del patio. Restos arqueológicos y características de la decoración del edificio conservada en fragmentos permiten clasificar este palacio en la fase temprana de Medina Azahara. Se supone que 'Abd ar-Rahmán III construyó este palacio para su hijo y sucesor al-Hakam II. En la parte norte de este palacio hay un "patio con pilares" algo más elevado, que se llama así debido a su patio central rodeado de pilares. En el patio casi cuadrado, que abarca una superficie total de 440 metros cuadrados, se encontraron fragmentos de un sarcófago romano que evidentemente había sido reutilizado como pila.


En realidad, un edificio sólo se puede identificar si en él se han conservado inscripciones o si hay fuentes históricas que informen de su función Es curioso que en Medina Azahara se distingan dos tipos de edificios los que tienen grandes patios interiores con series de habitaciones a su alrededor, modelo procedente de la antigüedad y que está extendido por la zona mediterránea, y los que tienen salones basilicales, que servían para la representación. La mezquita y el salón de recepción de Medina Azahara son de este tipo.


La mezquita de Medina Azahara se construyó en el año 941 en la parte este de la ciudad. Sus cimientos, descubiertos en las excavaciones, corresponden a un salón de cinco naves que discurren perpendicularmente a la pared de la quibla.


Las dos naves laterales exteriores se prolongaron hasta superar el fontispicio, casi como e la Gran Mezquita de Córdoba, y se continuaron de forma circular como galería en torno al patio de la mezquita, situado delante. Es obvio que la Gran Mezquita de Córdoba sirvió de modelo para la mezquita del palacio. La mezquita de Medina Azahara, de la que sólo se conservan los cimientos, no es ciertamente la única mezquita de la ciudad palaciega, pero así es la única que se distingue por su inmediata proximidad al distrito del palacio. Directamente delante de la mezquita se encuentra una casa que era utilizada para las abluciones (mawwadda), como se cabe suponer por los numerosos depósitos de agua de este complejo de edificios.


Los grandes salones de recepción de Medina Azahara


Una distribución del espacio comparable a la de la mezquita de Medina Azahara sirve de base para los dos grandes salones de recepción de la ciudad palaciega que han sido reconstruidos. Los dos salones de recepción son de tiempos del califa al-Hakam II, y por lo tanto fueron construidos algo más de diez años después que la mezquita.


En la terraza media llama la atención un gran salón de cinco naves con pórtico, ante el que se extiende un gigantesco patio cuadrado de 2.500 metros cuadrados. El palacio está ubicado en la parte oriental del distrito del palacio y hasta la fecha ha sido llamado "Dar al-Jund" (casa del ejército). Debido a las múltiples y a veces cambiantes funciones de los salones basilicales, este edificio no se ha podido identificar con seguridad. De todos modos, cabe suponer que esta construcción servía para fines representativos, ya que en la antigua literatura especializada se le denomina a menu7do salón de recepción . Como en estos grandes salones también acostumbraban a tener lugar juntas, últimamente el edificio se relaciona con el aparato administrativo de Medina Azahara. Actualmente el edificio recibe el nombre de "Casa de los Visires" (Dar al-Wuzara) y se supone que en él se reunían los visires. entre sus deberes se contaban dar órdenes, firmar contratos de venta y arrendamiento, expedir documentos y aclarar cuestiones de jurisprudencia.


Una planta semejante a la de la Casa de los Visires se puede ven en el Salón Rico, que debe su nombre a la rica decoración del edificio. Se encuentra justo en el centro de la ciudad y presenta cinco naves con un pórtico transversal delantero flanqueado por compartimentos. Las medidas exteriores de este edificio son de 38 por 28 metros. Frente al palacio está el llamado "Gran Jardín". Desde el jardín se llegaba a través de la arcada de entrada del Salón Rico al pórtico, en el que hay una inscripción según la cual el edificio puede fecharse entre los años 953-954 y hasta 956-957. Se accedía a la nave central a través de una abertura de tres arcos flanqueada a su vez a la altura de las dos naves laterales colindantes por una abertura de dos arcos. Las tres naves centrales formaban el núcleo del Salón Rico, flanqueado por dos naves exteriores paralelas y divididas en dos cámaras. Estas dos naves exteriores están separadas de la estancia principal por un muro macizo. Las naves exteriores están unidas mediante grandes puertas en forma de arco de herradura con el núcleo del edificio de tres naves, así como con los compartimentos de ángulo al sur, que flanquean el pórtico.


La estancia principal está dividida por dos arcadas longitudinales compuestas por seis grandes arcos de herraduras. En la pared frontal de la nave central se ve un gran arco de herradura ciego, ante el que se sentaba el califa durante las recepciones y demás ceremonias cortesanas.


La decoración del Salón Rico


El Salón Rico se caracteriza sobre todo por su decoración. Así8, en la base del núcleo del edificio de tres naves hay grandes placas con motivos vegetales en relieve, en las que están representados árboles de la vida formados por un tronco central con ramificaciones complejamente entrelazadas que se alzan hasta una gran corona redonda de hojas y flores Las coronas de hojas de estos árboles de la vida recuerdan lejanamente las coronas de palmeras sasánidas recogidas por el arte omeya oriental del siglo VIII y que algo más de dos siglos después encontrarán nuevas formas en Medina Azahara. Las formas de las hojas y flores de estos paneles murales parecen, por el contrario, remitir al arte abasí de Samarra (siglo IX), que experimentó aquí un renacimiento. Al parecer, los artesanos que trabajaron en Medina Azahara conocían estos modelos procedentes de Oriente y los transformaron según el gusto local, con lo que finalmente nacieron las formas que nosotros hay día consideramos como características del arte califal de Córdoba y de Medina Azahara.


Ante el Salón Rico pasa un ancho camino a través del cual se llegaba al llamado Jardín Alto, así como a las edificaciones palaciegas situadas más al este. Justo delante del Salón rico hay un gran estanque, cuya superficie reflejó una vez la fachada del edificio, con lo que volvía a ponerse de relieve su significado. además, en el centro del Jardín Alto, sobre el eje central orientado hacia el Salón Rico, hay un pabellón concebido como una sala de tres naves, que de esta manera refleja fielmente en tamaño menor el modelo del Salón Rico. De este pabellón todavía se conservan los muros de cimentación, los pilares que lo flanquean y los cimientos de los pilares. El Salón Rico ocupa una situación central en el plano general de la ciudad palaciega y además es el centro de las miradas de la terraza media. El eje longitudinal del Jardín Alto con el pequeño pabellón en el centro está orientado hacia el Salón Rico, situado enfrente, realzando así su importancia. El tamaño del Jardín Alto es de aproximadamente 65 por 77 metros, lo que supone una superficie total de más de 5000 metros cuadrados. Está rodeado de un sólido muro que eleva el conjunto formado por el Salón Rico y el Jardín Alto en forma de podio sobre los edificios de la terraza inferior, es decir, de la llanura, salvando una deferencia de altura de más de 12 metros. Esto explica también el nombre de "Jardín Alto".


Al este del Jardín Alto se halla, en la terraza inferior, otro jardín de estructura análoga, el llamado "Jardín Bajo". El visitante, que en un principio se acercaba a Medina Azahara desde la llanura, debía de sentirse muy impresionado por las edificaciones del palacio, lo que correspondía a los deseos del califa, que quiso dejar constancia visible de su poder con la construcción de Medina Azahara.


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El hallazgo de una mezquita revela nuevos datos sobre la urbe de Abderramán III

Fue el boom omeya del ladrillo. Y la mezquita escondida que los trabajos de excavación acaban de sacar a la luz en Medina AzaHara es, desde ayer, su máxima expresión arqueológica.

Siglo X. Córdoba se llenó de arrabales, de barrios residenciales de nueva construcción. Abderramán convirtió su emirato en califato independiente en 929, con Córdoba como capital. Andaban ya a la gresca suníes (los omeyas que ocupaban la Península) y chiíes (del norte de África). El omeya Abderramán III se independizó y erigió una urbe reflejo de su poder: así nació la ciudad palaciega de Medina Azahara, que comenzó a construirse a finales de la década de los treinta del siglo X a ocho kilómetros de Córdoba.

Sólo un porcentaje reducido -entre un 10% y un 30%- de lo que fue está al descubierto hoy. Se trata de la zona noble: las estancias reales, las administrativas, el rico palacio para los embajadores... Pero rodeando el alcázar se levantó una ciudad amurallada. Es ahí donde los arqueólogos acaban de descubrir la mezquita, una construcción del siglo X situada a 600 metros de las dependencias califales. El hallazgo replantea las dimensiones que hasta ahora se venían atribuyendo a la urbe palaciega.

Se trata de una mezquita de barrio en la que rezaban los fieles de a pie que vivían dentro de Medina Azahara y extramuros. El edificio tiene 25 metros de largo y 18 de ancho. Durante las excavaciones, el equipo ha dado con el mirab, la zona más sagrada del edificio. Pero los últimos hallazgos en este viejo lugar de las mil y una noches no se acaban ahí.

Según detalló Antonio Vallejo, director del complejo arqueológico, también se ha encontrado el alminar, la torre del templo desde la que se llamaba a la oración. A diferencia del resto de mezquitas localizadas en Córdoba, el alminar de este templo está situado en la zona sur y no al norte del edificio. El hallazgo podría hacer que se reconsidere la estimación de que en Medina Azahara llegaron a vivir unas 6.000 personas, aunque podrían ser muchas más.

Las excavaciones arrancaron en abril de 2007. Y los arqueólogos sabían donde tenían que buscar. En 1997 se elaboró un mapa del subsuelo que detalla, como si fuera una radiografía, qué es lo que podía ocultar la tierra.

El hallazgo de la mezquita coincide con el duro informe sobre el conjunto que acaba de hacer público Icomos, la organización no gubernamental que asesora a la Unesco en asuntos de patrimonio. El Icomosha instado a las administraciones a que eliminen los 240 chalés ilegales que se levantaron en los años noventa en la zona de protección del complejo. Icomosadvierte de que la catalogación del conjunto como Patrimonio de la Humanidad está en juego.

Y es que parece que esta ciudad siempre ha estado amenazada. La vida de medina Azahara fue breve, se abandonó en el siglo XI y sufrió un expolio que duró siglos. Los materiales de la ciudad se utilizaron para otros edificios de Córdoba y de urbes del Mediterráneo. El visitante sigue comprobando hoy día con estupor cómo algunas personas insisten en el intento de llevarse del recinto trozos de piedra con los que poder alardear delante de algún amigo o familiar. "Los patios de Córdoba están llenos de restos de aquí", comentan los vigilantes.

Los recientes hallazgos también arrojan luz sobre este asunto. Junto a la muralla se han encontrado amontonados sillares antiguos. Fueron colocados allí, según Vallejo, para luego ser transportados. "Pero algo debió ocurrir porque nunca se llegaron a mover".

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