BAYBARS. FRAGMENTOS DE SU VIDA. 3.- EL COMERCIANTE DE
ESCLAVOS
“Es conveniente, señor
nuestro, que compres para nosotros una partida de esclavos con el dinero del
sultanato, para que los musulmanes obtengan la victoria”. Cuando el rey oyó
estas palabras, dijo: “hayy Sâjîn, tú serás mi representante para comprarme lo
necesario”, Sâhîn bajó del diván a su palacio, y le dijo a uno de sus esclavos:
“toma esta carta y vete con ella al jeque comerciante de esclavos, y házsela
llevar”…. Cuando [el comerciante de esclavos] llegó a la presencia del visir,
lo saludó, y él le devolvió el saludo, y le hizo sentarse a su lado,
agasajándolo. Le dijo: “el rey me pide una partida de esclavos que convengan al
sultanato; se trata de setenta y cinco mamelucos, veinticinco circasianos,
veinticinco abjazos y veinticinco georgianos, ¿qué dices?” Él respondió: “su
alteza el visir, esto no se encuentra aquí, tal como lo has descrito”. Le dijo:
“¿y qué opinas?”; él respondió: “hay un hombre en al-Husayniyya que es
comerciante y viaja, y conoce lo que buscas. Lo llaman ´Alî al-Warâqa, debes
acudir a él”.
… [´Alî al-Warâqa] se fue con el siervo hasta que llegaron al palacio del visir… Dijo [el visir]: “has de saber que lo que te pido sólo es por necesidad, y mi propósito es llevarlo a cabo. Es una petición del sultán”. Preguntó: “¿y cuál es, visir del tiempo?”. Respondió: “setenta y cinco esclavos impúberes, que sean de tres razas: circasianos, georgianos y abjazos”. Le dijo: “visir, comprendo los signos, comprendo las hablas y las lenguas, pero si viajo en busca de esto, se me echará encima la gente inoportuna, por las deudas que tengo con ellos”; luego añadió: “por tu cabeza, hace tres días que no llevo comida a mi familia y tengo muchas deudas. Es sorprendente para mí, porque fui un comerciante famoso y mi dinero se ha hundido en los mares, y el resto ha sido saqueado en los baldíos. Quizá los deudores me cojan el precio de los esclavos y salga trasquilado”.
Cuando el visir oyó lo que dijo, le respondió: “no temas, el asunto es sencillo. Pero, cuéntame por qué conoces las lenguas y sabes mi origen por lo que has oído de mi lenguaje”. Le dijo: “sí, te conozco, visir del tiempo. Tu padre es turco y tu madre magrebí”. Le dijo: “sí, es como has dicho, y ahora vete a tu casa, y cuando llegue mañana, preséntate a mi en el diván”. Le dijo: “oír es obedecer”, y el visir le impuso el manto de honor, y ordenó que le dieran cien dinares.´Alî se alegró con lo que le había dado el visir y cesó su preocupación y su tristeza…. Al día siguiente se encaminó al diván… El Âga Sâhîn le dijo: “señor sultán, éste es el que traerá los esclavos”. Dijo: “´Alì, ¿tú harás eso?”, respondió: “sí, príncipe de los creyentes”. Dijo: “has de saber que te pido otra cosa, que es un esclavo especialmente para mi, que tenga las condiciones que te menciono: que sea astuto, fuerte y sagaz, que sepa de memoria el Corán y que su rostro sea bello; que se llame Mahmûd y que tenga siete marcas de viruela en la frente y un mechón de león entre los ojos. ¿Qué dices sobre esto, ´Alî? Le dijo: “señor mío, si encuentro estas condiciones te traeré lo que pides”. El rey le dijo: “toma esta bolsa y este traje y si encuentras lo que he descrito, cómpramelo”. Luego le dijo el rey al visir: “dale el precio de los esclavos y dale también setenta y cinco trajes reales, y entrégale el mando de honor. Escríbele un documento por el cual sea el jeque comerciante de esclavos”. El visir Sâhîn respondió: “príncipe de los creyentes, este hombre está endeudado y quizá lo atrapen los deudores, le quiten los esclavos y la mercancía y no consigamos sino pérdida”. El rey dijo: “escríbele una orden del sultán con la prohibición de interceptarlo en los países y menciona en ella que todas las deudas que tiene ´Alî se descontarán del impuesto”. Le escribió esto y salió del diván después de coger los dirhams, los regalos y los trajes”.
Ana Ruth Vidal Luengo, La dimensión mediadora en el mito árabe islámico: La
Sirat Baybars, Eirene, Universidad de Granada, 2000, pp. 284-286.
Etiquetas:
Baybars, Esclavos, Literatura, Mamelucos, Personajes
BAYBARS. FRAGMENTOS DE SU VIDA. 1- CUALIDADES DE UN
VISIR
“Una misiva del príncipe de
los creyentes, el rey al-Zahir, al rey Bas Qirán, al que hacemos saber que ha
surgido en nuestro diván una pelea, y tu visir ha sido el causante de que se
hay suscitado, por lo arrogante y deslenguado que es. El resultado ha sido que
ha acabado siendo víctima de su descuido y precipitación. Si sabías que tu
visir era tonto y charlatán, ¿por qué lo enviaste al diván de los reyes?
Hubiera sido más propio de ti enviar a otro, sabio y experimentado, y con
educación en el hablar en los consejos de reyes y visires. Esto es lo que ha
ocurrido, la paz sea contigo.”, Sirat
Baybars, 258-259.
“La Sirat al-malik al-Zahir Baybars” (La vida del rey
al-Zahir Baybars) es la biografía mítica de uno de los personajes más
destacados de la historia árabe-islámica, el sultán mameluco Baybars. El sultán
alcanzó su mayor fama por la gran ofensiva que desplegó entre 1265 y 1273
contra los cruzados, instalados en la costa sirio-palestina. En su gobierno se
alternaron las operaciones bélicas con las relaciones diplomáticas. Tuvo buenas
relaciones comerciales con los emporios comerciales italianos, sobre todo con
Génova, también selló alianzas con el emperador bizantino Miguel VIII
Palaleologus (1261).
Datos y fragmento extraídos
de Ana Ruth Vidal Luengo, La dimensión
mediadora en el mito árabe islámico: La Sirat Baybars, Eirene,
Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada, 2000.
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