LOS PASADIZOS DE LA ALHAMBRA
El
monumento nazarí guarda un entramado de
mazmorras y subterráneos
FERNANDO VALVERDE Granada
Hacia
el año 1485, en la Batalla de Lucena caía preso el rey de Granada, Boabdil el
Chico. Fue puesto a buen recaudo en un torreón en Porcuna (Jaén), donde esperó
su liberación. En otro lugar, en la Alhambra de Granada, en el interior de unas
mazmorras se encontraban unos prisioneros cristianos. "Tenían que
permanecer vivos porque su valor estaba en el posible intercambio que se
hiciera por Boabdil, así que fueron bien alimentados y recibieron un buen
trato, aunque permanecieron durante semanas en la Alcazaba" secretos,
explica Jesús Bermúdez, asesor técnico de Arqueología del Patronato de la
Alhambra y el Generalife.
La
Alhambra tiene centenares de historias que contar relacionadas con cada uno de
sus rincones. Cada fuente, acequia, torre, palacio... guarda el peso de la
memoria como si se tratase de un libro abierto. Sin embargo, algunas de las
páginas de ese libro permanecen ocultas debajo de la piedra o entre las
diferentes estancias del monumento. "La Alhambra está llena de pasadizos,
mazmorras, subterráneos... Hay que tener en cuenta que hubo muchas
conspiraciones y que fue concebida en parte con una finalidad defensiva, así
que es normal que estos lugares estén ahí".
Todo
un entramado de oscuros y estrechos pasadizos recorren la colina roja, sobre la
que se encuentra el monumento. El Patronato los tiene catalogados y trabaja
para su conservación y estudio. "Están en diferentes niveles de la
arquitectura y hay que cuidarlos. Por ese motivo no están abiertos al público, porque
no resistirían el volumen de visitantes que hoy en día tiene el monumento. Son
lugares frágiles que solo pueden visitarse en circunstancias
excepcionales", explica Bermúdez que, en esas circunstancias, es un guía
privilegiado para recorrerlos.
En
la zona de la Alcazaba lo que predominan son los silos y las mazmorras. Los
primeros tenían como función guardar alimentos, fundamentalmente grano y
semillas, además de diferentes utensilios. Los segundos era los lugares en los
que se encerraba a los cautivos. En la mayoría de los casos se trata de grandes
oquedades en el suelo de las que es imposible salir sin unas escaleras. De este
modo, la huida era imposible y no era necesario someter a los presos a una
vigilancia permanente. "De todas formas, eran lugares muy polivalentes. En
época de guerra los silos también solían ser empleados para guardar
prisioneros", aclara.
Sala de los secretos |
Entre
los múltiples pasadizos, destacan los que conectan diferentes estancias del
palacio. Su estrechez y oscuridad son angustiantes. "En época nazarí por
ellos andarían con pequeñas antorchas y estaban destinados al servicio y la
guardia, imaginamos que para los cambios de turno", expone el arqueólogo.
Los más impresionantes son los que siguen la conocida como calle de Ronda, que
pudo servir también como zona de escape ya que llega hasta la misma torre de
Comares. "Eran una forma rápida de abandonar el palacio y seguro que
pudieron ser muy útiles en situaciones complicadas".
También
por encima del muro Adarve, conocido como El
Paso, hay un pasadizo de guardia que se reconvierte en túnel en la
zona de los palacios nazaríes, atravesando torres y recintos arquitectónicos
siguiendo la línea de la muralla. También existen túneles que conectan la
Alhambra con la ciudad, en concreto con campos abiertos donde se practicaba la
cetrería, de la que eran muy amantes los habitantes de los palacios de la
Alhambra, lo que hace pensar que fueran empleados para llegar allí sin correr
el riesgo de salir de la ciudad amurallada.
Los
diferentes túneles, pasadizos, mazmorras... pertenecen a épocas muy diversas.
En la alcazaba la mayor parte son originarios, fueron construidos en el mismo
momento en el que se levantó el edificio, en el último tercio del siglo XIII.
Los que existen en la zona de los palacios nazaríes tienen su origen a mediados
del siglo XIV. Los últimos fueron construidos ya por los cristianos, que tenían
la misma costumbre que los anteriores habitantes de la Alhambra. El Palacio de
Carlos V tiene estructuras muy similares que tuvieron la misma función de facilitar
una huida o albergar cautivos.
"Son
algunos de los lugares más misteriosos del monumento, parte del patrimonio
enorme que supone la Alhambra", explica el arqueólogo, para el que se está
desarrollando "una importante labor de seguimiento de su estado e
intervenciones constantes para mantenerlos de la mejor manera posible, aunque
de momento es imposible abrirlos al público general salvo en ocasiones muy
limitadas como las que ya se practican, como los cursos de verano que el centro
Mediterráneo ha desarrollado este año",
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