jueves, 19 de julio de 2012

Historia de los musulmanes en al-Ándalus. Los libros plúmbeos del Sacro Monte (Esbozo; para insertar en ·La literatura morisca")



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(ESBOZO; PARA INSERTAR EN "LA

LITERATURA MORISCA")








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Quizá pueda considerarse los Libros Plúmbeos del Sacromonte como la obra maestra de la literatura morisca, por su interés para los cristianos y por su hermosura literaria; pero a la vez expresan fervientemente la espiritualidad morisca.

Puede darse por resuelta ya la cuestión de su autenticidad, en sentido negativo. Pero son los verdaderos Apócrifos Granadinos y como tales, lo que interesa en ellos es la historia y el sentido de su espiritualidad.

Su historia, bien sabida, es la extrema opresión de la comunidad islámica en Granada en el siglo XVI, obligada a una conversión que se haría, en general, bajo la reserva mental de la taqiyya.

Su sentido, lo interpreto como un audaz intento de nada menos que una islamización del cristianismo. No un simple sincretismo, sino la voluntad de llevar hasta sus últimas consecuencias la afirmación islámica de que su revelación culmina, pero no niega las revelaciones anteriores, lo que permitiría desarrollar, para los autores de los Libros, los elementos islámicos presentes en el cristianismo, de tal manera, que los cristianos pudieran aceptarlos.

Por eso, el centro de los Libros Plúmbeos debe verse en la Chahada cristiana que aparece muchas veces en ellos, con fórmulas ligeramente distintas. Por ejemplo:

No hay dios sino Dios,
Jesús, Espíritu de Dios.

No hay contradicción en ella con la Chahada islámica, sino, en la ortodoxia islámica, propedéutica o preparación. Para los musulmanes, Jesús es el Sello de la Santidad, como Mahoma es el Sello de la Profecía. Puede concebirse una Chahada cristiana que prepare para la Chahada islámica.

Consecuentemete, la espiritualidad que aparece en los Libros es un firme monolatrismo al Dios Altísimo, a la manera musulmana, apenas distraído por el culto a Cristo propio de los cristianos. El "Kitab al hikam ad Din", o "Libro de las sentencias acerca de la Ley" es un maravilloso devocionario islámico y también cristiano, un compendio de fórmulas aforísticas que recuerdan constantemente lo esencial de la fe en Dios, que puede ser leído tanto por cristianos como por musulmanes, lo cual es claramente lo que los autores pretendían. ¡Un libro común para musulmanes y cristianos!

La veneración a Jesús hijo de María -denominación islámica- se explicita una y otra vez, en conformidad con la ortodoxia islámica porque no se afirma nunca que sea Dios, fuera de algunas formulaciones trinitarias que se podría decir que quedan abiertas a la interpretación. Sin embargo, no se ponen supuestas palabras de Jesús, a diferencia de los Evangelios Apócrifos. ¿Se trata de respeto religioso? ¿De no caer demasiado fácilmente en un rechazo por parte de la Iglesia, motivado por la obligada atención de ésta a lo canónico?

Por este motivo, quizá, la figura histórica más relevante en los Libros Plúmbeos es María, la Virgen también venerada por el Islam, de la que el Corán conserva también el "Ave María" de Gabriel.

Ella da pie al más bello de los Libros Plúmbeos, que es el "Kitab minha as silha Maryam al Adra" o "Libro del Coloquio de Santa María Virgen", que es una versión del "Libro de la Escala de Mahoma" que inspirara también la "Divina Comedia".

Tiene como ésta el mérito de ofrecer a la imaginación cristiana una visión analógica del Paraíso y del Infierno que están por desgracia casi ausentes en nuestras Escrituras. Pero lo más notable, para los granadinos, es que esta visión del Paraíso parece una transfiguración de la Vega de Granada, pues la hermosísima y sobrenatural ciudad de las cuatro puertas no puede menos que recordar a todos los granadinos y entre ellos a los autores, la realidad natural de Santa Fe, entre los vergeles y las alamedas del llano, lo mismo que las cuevas que se mencionan en otro lugar recuerdan las del mismo Sacro Monte.

Apuntaré que, desde entonces, el Valle del Darro, junto al que está este Monte Sacro, se llama Valparaíso.

La otra figura que aparece frecuentemente en los Libros es la del Apóstol Jacob, lo que parece un reconocimiento de la devoción hispánica.

Por lo demás, otro de los elementos que pueden verse en ellos es la exaltación de los árabes y de la lengua árabe, lo que equivale a un lamento angustiado en aquellos momentos y a una llamada a los cristianos para que respetasen a los vencidos y los hiciesen suyos en cierta medida. Para esto, se sabe que los Libros arabizan a San Cecilio, el Patrono de Granada, llamándole Cecilio Abenalradi, y a su supuesto hermano San Tesifón, de quien se dice que se llamaba Abenathar.

¿Qué ha sobrevivido de esta llamarada que encendió en los siglos XVI y XVII a Granada y los cristianos granadinos y también a los españoles?

Físicamente, mucho: la gran Abadía del Sacromonte; su espléndida Biblioteca; el Sello de Salomón, convertido en uno de los símbolos de Granada; la romería anual de San Cecilio, en la que los granadinos suben festivamente al Monte, una romería tradicional islámica.

Espiritualmente, poco. ¿Qué repercusión tuvieron los Libros Plúmbeos en el entusiasta culto contemporáneo a la Inmaculada, a la que en Granada se labró la primera Columna de la Cristiandad, que prefigura la de la Piazza di Spagna de Roma?

Pero quedan las palabras de los mismos Libros. Quizá haya llegado el tiempo en que musulmanes y cristianos podamos leerlos conjuntamente, como una palabra común, apócrifa, pero espiritualmente verdadera. Éste es el momento de agradecer a Miguel José Hagerty que en 1980 transcribiera la versión castellana que hizo de los mismos Adán Centurión, Marqués de Estepa, por lo que los tenemos en la lengua del Siglo de Oro, convertidos así en una obra de nuestra literatura.

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