viernes, 8 de marzo de 2013

Historia de los musulmanes en al-Ándalus. El litoral granadino, un legado de los moriscos


EL LITORAL GRANADINO, UN LEGADO DE
 
LOS MORISCOS
 

La costa de la ciudad española de Granada es conocida por sus playas y sus suaves temperaturas, sin embargo, la llamada Costa Tropical tiene mucho más que ofrecer al visitante. Conquistados por los musulmanes en tiempos remotos, los pueblos del litoral de Granada son el espejo perfecto para conocer el legado que los moriscos dejaron a su paso por Andalucía, en el sur de España.

Para recorrer la Costa Tropical, nada mejor que seguir la ruta del geógrafo árabe Al-Drisi, recuperada por la Fundación El Legado Andalusí, que comienza en Vélez de Benaudalla, un pequeño pueblo enclavado entre las Alpujarras y la Costa Tropical. Su nombre árabe, que puede traducirse como “el valle del hijo de Alá”, sus angostas calles y monumentos moriscos reflejan un claro aire musulmán que no dejará indiferente al viajero, según informa el periódico “El Nuevo Herald”.

Al adentrarse en el pueblo se divisa la torre del castillo que, junto al jardín nazarí y la iglesia del Rosario, componen el legado monumental más destacado del territorio.

La abundante presencia de agua, esencia de vida y belleza para los musulmanes, es otro ejemplo de su herencia. La fuente más conocida es la que se encuentra en el Paseo del Nacimiento, a la que acuden los vecinos de los pueblos colindantes para rellenar innumerables garrafas de agua fresca que cae de la fuente de piedra.

La herencia morisca también se conserva en la gastronomía veleña, de la que destaca la repostería y, especialmente, los pestiños y roscos de Vélez, elaborados de forma artesana, tal como lo hicieran los árabes siglos atrás. El visitante puede disfrutar de esta joya repostera en el establecimiento “Conchita”, un negocio familiar que elabora estos dulces desde hace veinte años.

Un buen momento para visitar Vélez es el día San Antonio, patrón del municipio quien, según sus habitantes, concede pareja a todo aquel que se lo pide; ésta es su festividad más importante junto con la de Moros y Cristianos, en la que los vecinos, ataviados con los ropajes de la época, representan una batalla en la ladera del castillo.

Siguiendo el cauce del río Guadalfeo se llega a la Costa Tropical, el lugar más turístico de la provincia granadina. La primera parada es Motril, pueblo de mar conocido por el cultivo de la caña de azúcar que fue considerada, durante mucho tiempo, el oro dulce del litoral andaluz.

Tras conocer los entresijos de la caña de azúcar, el viajero puede continuar la ruta en Salobreña, que a lo lejos enseña su castillo morisco, asentado en lo alto del cerro para vigilar al pueblo de casas blancas que reposa en la ladera de la montaña. Este castillo fue construido siglos atrás como residencia árabe, mientras que en la actualidad sirve de escenario para las cenas medievales que se celebran a la luz de la luna estival. Nuestra siguiente ruta es Almuñécar donde se encuentra el castillo de San Miguel, construido por los árabes como residencia de descanso de los monarcas en los meses de invierno. Desde este monumento se pueden contemplar los tres peñones que, según la fábula, son los cuerpos petrificados de los jóvenes que pretendían a la princesa que habitaba en el castillo. Junto al Peñón del Santo se avista la playa de San Cristóbal, donde acuden los turistas en verano, y a sus pies duerme la escultura de Abd Al-Rahman I quien, tras la matanza de su familia, desembarcó en Almuñécar en el año 755

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