Toma de Málaga
(1487)
Se conoce como la toma de Málaga al
asedio llevado a cabo en 14871 mediante el cual los Reyes Católicos conquistaron la
ciudad de Málaga a los musulmanes en el marco de la Guerra de Granada. El asedio fue un largo evento de unos
cuatro meses de duración y supuso un episodio sangriento en la guerra final por
la conquista del Reino nazarí de Granada.
Historia [editar]
La plaza de Málaga estaba muy bien
defendida. La ciudad estaba rodeada por una muralla defensiva y por arrabales igualmente
amurallados y la alcazaba estaba comunicada
con el castillo de Gibralfaro mediante
una coracha doblemente amurallada. Lo defendían 15.000 gomeres africanos y
guerreros malagueños.
El rey Fernando el Católico salió de Córdoba con un ejército
de 20.000 jinetes, 50.000 peones y 8.000 soldados de apoyo. A este contingente se unió la
artillería mandada por Francisco Ramírez de Madrid que salió
de Écija. El ejército tomó la decisión de atacar primero Vélez-Málaga1 para posteriormente avanzar sobre Málaga.
Los espías de los nazaríes transmitieron los movimientos de los cristianos, sin embargo, tanto
Málaga como Vélez-Málaga se encontraban sin su señor, el Zagal, que debido a los eventos que se desarrollaban en Granada se encontraba en la capital del reino. Los habitantes de Vélez
escaparon a las montañas y al castillo de Bentomiz.
La táctica del rey Fernando le dio la
iniciativa al Duque de Cádiz el cual, tras montar una empalizada, durante
varios días asedió Gibralfaro hasta abrir una pequeña brecha en un muro. Sin
embargo cuando la toma parecía inminente los granadinos contraatacaron con una
incursión nocturna que causó algunas bajas a los cristianos entre ellos los
familiares más directos del Duque que salieron heridos.
Hubo un gran desaliento y por esto
Fernando hizo venir a Isabel para animar a sus hombres pero esto casi le cuesta
la vida a la propia Reina debido a un atentado planificado desde intramuros.
En lo puramente militar las bombardas de
Fernando fueron cambiadas de emplazamiento para apuntar a una torre que
precedía un puente de acceso. Sin embargo los artilleros cristianos idearon una
forma nada convencional de volar aquel punto de resistencia, colocando un cañón
cargado de pólvora debajo del edificio. Esta voladura propinó un fuerte golpe
moral a los defensores musulmanes.
Agobiados por el calor y el
desabastecimiento las tropas malagueñas lanzaron una última desesperada
ofensiva sobre el campamento cristiano pero fueron engullidos por la
superioridad de los Reyes Católicos.
Tras este episodio vinieron las
capitulaciones que se cerraron el 18 de agosto. Así pues los musulmanes se
rindieron y el poderoso ejército castellano entró en la ciudad.
Liberación de los cautivos de Málaga por los Reyes Católicos, de José Moreno Carbonero. 1930. (Museo de Málaga).
El asedio de la ciudad fue uno de los más
largos de la Reconquista, duró varios meses y
cortó el suministro de alimentos, rindiéndose el 13 de agosto de 1487 y entrando los
reyes triunfalmente el 18 de agosto.2La población fue castigada a la esclavitud o a pena de muerte, con excepción de veinticinco familias que pudieron permanecer
en Málaga, como mudéjares, en el recinto de la
morería. La conquista de Málaga supuso un durísimo y definitivo golpe para el
reino nazarí de Granada que perdía así su principal puerta marítima.
El rey Fernando II de Aragón decidió aplicar
un castigo excepcional y se negó a conceder una capitulación honrosa para los
vencidos. Excepto el grupo del mercader Alí Dordux, que rindió la ciudad a
espaldas del arráez Hamad al Tagrí o
El Zegrí, que resistiría en el castillo de Gibralfaro unos días más.3 Los 15.000 supervivientes fueron convertidos en esclavos.
En pago a las tropas que acompañaban a
los conquistadores se produjeron los repartimientos. Entre 5.000 y 6.000 cristianos extremeños, leoneses,
castellanos, gallegos y levantinos repoblaron la provincia, de los que unos mil
se asentaron en la capital. En un primer momento se levantaron cuatro
parroquias en la ciudad: las iglesias del Sagrario -dedicada a San
Pedro, fundada en 1488 y reconstruida en el siglo XVIII-, San Juan, Santiago y Santos Mártires. La ciudad se extendió
extramuros con la creación de los conventos de La Trinidad, Capuchinos, Los
Ángeles y el Santuario de la Victoria.
1. ↑ Saltar a: a b Andrés Bernáldez;
Fernando de Gabriel y Ruíz de Apodaca (1870). Historia de los reyes
católicos C. Fernando y Doña Isabel. Impr. que fue de J.
M. Geofrin. pp. 224-. Consultado el 4 de diciembre de 2012.
2. Volver arriba↑ Francisco
Martínez de la Rosa (1834). Hernan Perez del Pulgar, el de las hazañas: bosquejo histórico.
Tomas Jordan. pp. 115-. Consultado el 4 de diciembre de 2012.
3. Volver arriba↑ Juan de Mata
Carriazo y Arroquia (1971). En la frontera de
Granada: edición facsímil. Universidad de Sevilla.
pp. 346-. ISBN 978-84-338-2842-2. Consultado el 4 de
diciembre de 2012.
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