LOS JUDÍOS EN AL ANDALUS
8 ABR, 2011
MAX BERY
La presencia judía en España es muy antigua , pero se presentó en
olas discontinuas. Inscripciones funerarias trilingües- hebreo, griego,
latino—atestiguan que desde los primeros siglos de la era cristiana algunos
judíos habían alcanzado ya la península ibérica. En el siglo séptimo los
soberanos visigodos, los nuevos dueños de la península, convierten a los judíos
a la fuerza, persiguen a los conversos y finalmente los reducen a la
esclavitud.
No se sabe mucho de la fecha de llegada de las principales olas,
probablemente en los primeros siglos del Imperio romano. Se supone que
procedían del Oriente musulmán, sobre todo del Irak abasida y que partieron
hacía el oeste en el momento que el mundo musulmán explotaba en tres partes ,
Irak, Egipto y España. Lo cierto es que esta población judía era poco
importante, tal vez representaba memos del 1% de la población ibérica. Pero muy
pronto, en la imaginación de los judíos sefardís se operó un mito de origen :
se consideraron como los descendientes de familias nobles de Jerusalén,
llegadas a España a raíz de la destrucción del Templo por Nabucodonosor, en 586
A.C. o después de la destrucción del segundo Templo por Tito en el año 70. Este
origen les confería un prestigio muy especial.
Hay poca información sobre ellos durante los dos siglos que
siguieron la conquista musulmana, en 711.En realidad es una nueva comunidad que
surge a mediados del siglo decimo, en la época del califato de Córdoba.
Con la presencia de los musulmanes, entre los siglos 10 y 13 se puede hablar de una edad de oro para las comunidades judías de Córdoba, Lucena, Granada, Sevilla , Toledo pero también más al norte de Zaragoza, musulmana hasta 1118 o también Tudela, donde nació el gran poeta y pensador Juda Halevi.
Con la presencia de los musulmanes, entre los siglos 10 y 13 se puede hablar de una edad de oro para las comunidades judías de Córdoba, Lucena, Granada, Sevilla , Toledo pero también más al norte de Zaragoza, musulmana hasta 1118 o también Tudela, donde nació el gran poeta y pensador Juda Halevi.
Se han guardados rastros naturalmente de los personajes ligados
al mundo de las cortes de los príncipes. Es paradojalmente su condición
de”dhimmi “que incitaba los gobernadores a utilizar sus servicios, confiándoles
responsabilidades políticas: estos judíos, totalmente dependientes de la buena
voluntad de los poderosos, sin apoyo en la sociedad, siempre podían ser
descartados.
Bajo el califato de Córdoba, en el siglo decimo, se desarrolló
una amplía cultura letrada hebraica donde destacó una personalidad excepcional:
Hisdai ibn Shaprut ( 915- 970). Pertenecía a la corte de Abd al-Rahman III,
donde ejercía las responsabilidades en la gestión de las relaciones
diplomáticas entre el califato y las potencias cristianas (fue él que entró en
contacto con el imperio Khazar). En su relación con la comunidad judía , Ibn
Shaprut favoreció la toma de independencia de los sabios talmudistas locales en
relación a las academias de Irak, cuyas decisiones predominaban hasta entonces.
Pero es sobre todo en el siglo once, con la fragmentación del
califato de Córdoba en pequeñas principados (las taifas) que el papel de los
judíos toma importancia en la vida política y que abre la época más brillante
en el plan cultural, por que cada reyezuelo trataba de atraer sabios,
pensadores y poetas. La situación recuerda a la Italia del Renacimiento: una
fragilidad política, centros de poderes que se enfrentan y se debilitan
mutuamente; y una brillantez cultural en el marco de una emulación en estas
distintas cortes.
El ejemplo más edificante es el de Samuel Ibn Nagrela (933-1056),
el ministro principal del rey de Granada. Este maestro de la poesía hebraica
profana, pero también un sabio talmudista era, por otra parte, un jefe de
guerra, que continuamente conducía al combate los ejércitos de Granada contra
Sevilla o sus aliados, entre 1038 y 1056. El vizir del Rey, impresionado por
las cualidades y la perfección del idioma árabe utilizado por Ibn Nagrela ,
recomendó al soberano, en su lecho de muerte, que éste le sucediera, asunto muy
revelador sobre la influencia que ejercían los letrados judíos en este onceavo
siglo.
El dominio del idioma y de la escritura árabes, era un elemento
poderoso para poder acceder a la fortuna y al poder. En el siglo 13 un autor
oriundo de Granada, pero establecido en el sur de Francia, Juda ibn Tibbon
escribe un testamento espiritual a su hijo, en el cual le induce a estudiar el
idioma árabe, recordándole el ejemplo de Samuel ibn Nagrela.
Desgraciadamente la luna de miel entre árabes y judíos no siempre
fue continua. Por ejemplo en Granada, después de la muerte de Samuel ibn
Nagrela ,su hijo le sucedió en sus funciones. Pero, en año 1066 un
levantamiento terminó con una masacre de judíos en la ciudad.
A fines del siglo XXI, cuando los Almorávides del Norte de África
llegaron para terminar con los combates entre los reyezuelos de las taifas y
resistir a los reinos cristianos del Norte, la situación cambió. El
enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, cada uno promoviendo su
entusiasmo religioso, llevaba mucho peligro para los judíos. Como sea el
desarrollo, cuando menos en el plan cultural siguió en una forma tan brillante
al principio del siglo XII, como en la época de los taifas.
Entre la mitad del siglo decimo y la mitad del doceavo se puede
hablar de un ““momento andaluz” de la cultura judía. Los judíos participan
plenamente en la vida política y cultural de Andalusía pero esta participación
no excluye un abandono de su propia cultura.
Este momento andaluz es también él de la formación de una cultura
sefaradí, que liga la herencia bíblico-talmúdica a la apertura a los
conocimientos profanos, filosofía, ciencias, letras, en oposición al judaísmo
ashkenazí, centrado únicamente en el estudio de los textos considerados como
revelados.
Esta edad de oro termina a partir del año 1140, con la presencia
Almohada. La instalación de esta dinastía llegada del Magreb, marca una ruptura
con la actitud de las sociedades musulmanas de la Edad Media. En nombre de su fe,
los Almohades persiguen tanto a los cristianos como a los judíos, tanto en
África del Norte como en España y terminan con el pacto dhimma.
Los conquistadores masacran a los oponentes, sean musulmanes o
dhimmis y operan conversiones forzadas bajo amenazas de muerte o de expulsión.
Una bulla del Papa Inocencio III, en 1205 subrayada la mansedumbre de la
Cristiandad, que tolera a los judíos, mientras los musulmanes los expulsan.
La mayoría de los judíos andaluses se convierten, aunque
siguiendo practicando su religión en forma clandestina. Fueron los primeros
marranos. En 1180, en época del tercer soberano almohada, un escritor judío que
escribe en árabe, Josef ibn Aqnin, entrega un testimonio detallado sobre la
discriminación que son victimas esos conversos , sospechosos de judaizar en
secreto. Se les separa de sus hijos para que estos sean criados por musulmanes,
se les obliga a utilizar una vestimenta distinta (un gorro para ridiculizarlos,
ropa oscura, etc..), en resumen toda una serie de medidas destinadas a
rebajarlos.
Con la caída del poder almohada, entre 1229 y 1248, algunas
comunidades judías resurgen, lo que no fue el caso de las comunidades
cristianas que desaparecieron totalmente en el Norte de África.
A pesar de los múltiples problemas hay que reconocer que no todas
las comunidades judías fueron perseguidas durante este periodo. Algunas
pudieron guardar sus tribunales rabínicos y practicar su culto. Moisés
Maimónides, después de haber dejado Córdoba, vivió unos años en Fez, a la sazón
bajo dominio almohada.
Sin embargo, muchos judíos huyeron de El- Andalus hacía el Éste,
llegando a otras posesiones musulmanas, como en el caso de Maimónides, hacía el
Norte, instalándose en la Castilla cristiana, donde el rey Alfonso VII los
recibe, o también hacía el Sur de Francia, en el Languedoc. Es el caso por
ejemplo de Juda ibn Tibbon cuyo hijo Samuel fue el traductor al hebreo de la
Guia de los Perplejos de Maimónides, escrita en árabe, así como de numerosas
obras científicas y filosóficas árabes ,a la vez de tener una obra filosófica
propia, en donde se revela la influencia de Averroes.
Con la Reconquista, un capítulo nuevo de la historia de los
judíos de España se abre, el cual durará tres siglos. Sin embargo se mantienen
las formas de inserción de la comunidad en el interior de la sociedad: las
minorías están afuera, pero al mismo tiempo los distintos grupos religiosos
están todos adentro; pertenecen a una misma sociedad, que funcione precisamente
gracias a la especialización de cada uno de estos grupos en las
responsabilidades económicas y sociales, indispensables al conjunto.
España tiene un recorrido histórico original por que no pasa,
entre la Edad Media y los Tiempos Modernos, del encierro a la tolerancia, pero
toma el camino inverso: del pluralismo religioso y cultural a la homogeneídad.
Es el sentido de la secuencia abierta en 1391, con los progroms contra los
judíos su expulsión en 1492 y que se cierra en 1525, cuando una decisión
oficial confirma la validez de la conversión de los últimos musulmanes ,conseguida
anteriormente por la fuerza. A partir de este momento, oficialmente existen
cristianos en España
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