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Abu Hamid al-Gharnati (árabe: nombre completo Abu Hamid Muhammad ben Abd
al-Rahman (o Abd al-Rahim) ben Sulayman al-Mazini al-Qaysi al-Gharnati) (1080-1170) fue un viajero andalusí y compilador de
maravillas del mundo antiguo (adjaib) que vivió en el siglo XII.
Autor de libros de viajes cómo ´El Regalo de los corazones y elección de
maravillas´ o ´El regalo de los espíritus´, visitó el norte de Africa, Siria,
lrak, Persia, Jorasán y el centro y sur de Rusia y Hungría. Pereció en el
transcurso de "Uno de sus viajes, en Damasco.
Nació en Granada en 1080, donde
estudió. Prosiguió sus estudios en Uclés (ár:
Uklis) y a los 30 años abandonó al-Ándalus. Estuvo viviendo
en Ifriqiya hasta 1117 ó 1118, momento en el que marchó a Egipto y estuvo en El Cairo hasta 1123. Viajó a Damasco y Bagdad, donde permaneció
cuatro años. En 1130 estaba en Abhar, en Irán, para luego llegar a
la zona de la desembocadura del Volga.
Unos años después lo encontramos en Hungría, donde vivió tres años
hasta 1153. Narró la vida
cotidiana de los húngaros bajo el reinado de Géza II de Hungría. Entre sus anotaciones
destacó la belleza de las mujeres húngaras de cabellos y ojos oscuros y piel
blanquísima, la abundancia de oro y riquezas naturales, y describió 78 ciudades
húngaras y sus asentamientos cercanos. Abu Hamid también dejó sentado que
incontables tribus pechenegas y uzbecas vivían en el
reino húngaro en sus propios asentamientos, y que el rey Géza II les permitía
la práctica libre de su culto musulmán, a cambio de que
asistiesen a los húngaros en las guerras contra el Imperio bizantino, gobernado por Manuel I Comneno. Abu Hamid también
dejó registro de que los pechenegos fingían ser cristianos, pero en secreto
practicaban su fe musulmana, pero que por el contrario los uzbecos no ocultaban
su religión. Por esta tolerancia, estas tribus incluso llamaban a Géza II
"rey", lo cual provocó
la queja del papado, que no estaba de
acuerdo con que el monarca húngaro permitiera la permanencia de musulmanes en
un reino cristiano. Sin embargo, el Papa no estaba en posición de contradecir
al rey húngaro, puesto que éste guerreaba contra los bizantinos, lo cual le
convenía al sumo pontífice.1
Tras esto, Abu Hamid viajó a Corasmia, Bujará, Merv, Nishapur, Ray, Isfahán y Basora, para finalmente
llegar a La Meca para cumplir el
peregrinaje. En 1155 se estableció en
Bagdad, pero seis años después se fue a Mosul, y de allí un tiempo a Siria, donde vivió en Alepo y luego en Damasco, donde murió en 1169/1170 a los 90 años.
En los últimos años de sus viajes,
escribió en Bagdad K. al Mu'rib an ba'd adja'ib al-Maghrib,
dedicado al visir Yahya Ibn Hubayra, y en Mosul escribió Tukfat
al-albab wa nukhbat al a'djab. En sus obras describe hechos maravillosos y
cosas extrañas vistas en sus viajes.
A él le debemos la creación en la curva
del río Níger, cerca de la mítica Tombuctú, de la localidad de Garnati. Hasta
allí viajó en aquel siglo XII el intrépido granadino dejando buena cuenta de su
recorrido en sus libros, un testimonio que pudo ser el antecedente del vínculo
de la ciudad de Granada y su reino con aquel otro reino perdido de Tombuctú
donde la familia de los Arma, una vez expulsados los moriscos de la península,
recopiló y conservó los manuscritos de su memoria familiar, siendo hoy estos
manuscritos el germen de la Biblioteca de Tombuctú, memoria africana de la
historia granadina.
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