GASTRONOMÍA EN AL-ANDALUS. GASTRONOMÍA NAZARÍ.
UN TRATADO NAZARÍ SOBRE ALIMENTOS: AL-KALÃM `ALÀ L-AGDIYA DE AL-ARBŪLÏ.
.
"al Andalus es el nombre con el que se conoció el Estado Islámico
que fundaron los musulmanes en la Península Ibérica (711-1492) "
Al-Kalām `ala l-agdiya es un tratado
nanzarí sobre alimentos, manuscrito obra de Abü Bakr `Abd al-`Aziz b. Muhammad
b. `Abd al-Aziz b. Ahmad al-Arbūli al-Ansāri, en su forma castellanizada Abú
Ben Abdalacís al-Arbuli o simplemente al-Arbuli, científico andalusí del siglo
XV, originario probablemente de Arboleas, en la provincia de Almería. En su
obra afirma:
"Para la conservación de la salud la causa
principal son los alimentos, pues si se emplean como es debido se conserva la
salud del hombre y se reparan los daños que hayan sufrido los cuerpos."
De este manuscrito se conserva
copia (*) en la Biblioteca
Nacional, fechada entre 1414 y 1424, de él ya habló el arabista Francisco
Javier Simonet en el siglo XIX y ha sido recientemente traducido por el
catedrático almeriense Amador Díaz García, al que debemos agradecer haber
recuperado a un gran personaje y una magnífica obra de contenido muy rico,
variado e interesante para conocer como era la alimentación en al-Andalus, y
especialmente en el reino nazarí de Granada. Esto que aquí reproducimos es
un extracto del estudio, traducción y obra
de D. Amador Díaz García: "Un tratado nazarí sobre alimentos: al-kalam ala
l-agdiya de al-arbuli".
Es un estudio
bromatológico de las cualidades de diferentes tipos de alimentos y algunas
recetas al final de la obra. Está dividido en nueve capítulos (bāb),
y éstos en secciones o apartados (fasl), distribuidos del siguiente modo:.
Capítulo I.—
Cereales y leguminosas.— Sobre las características alimenticias del
trigo, la cebada, el sorgo, el panizo, el frijol enano, el arroz, las habas,
los garbanzos los altramuces, las lentejas, las alubias, la espelta, el sésamo,
la linaza y el cañamón..
Capítulo II.—
Propiedades que adquieren los cereales al cocerlos o elaborarlos.— En él se
mencionan el trigo y los diversos tipos de pan que con él se elaboran, el pan
ácimo, el pan cocido bajo ceniza, el pan de aceite, las sopas, los macarrones,
la ‘asīda o gachas espesas hechas de harina de trigo, manteca y miel, a veces
sazonadas con hierbas del tiempo, el ŷašiš, trigo mondado y triturado, la sémola
de trigo (samīd), el alcuzcuz o cuscús, los fideos, los diversos tipos de masas
fritas, como buñuelos o bašmātāt, hechos con dátiles, las almojábanas o tortas
de queso y harina, los productos derivados de la cebada, el agua de cebada, y
los panes hechos de mijo u otras semillas feculentas.
Capítulo III.—
Carnes.— Contiene la descripción de las peculiaridades de las carnes de
cordero añal, camero, borrego, camero viejo, ovejas lactantes, vacas, ternera
lechal, cabra, choto lechal, animales castrados, liebre, conejo, ciervo, onagro
y camello. Un apartado especial dedica su atención a los órganos y miembros de
los animales, tales como músculos, cabezas, sesos, patas, mamas, criadillas,
ojos, hígados, bazo, corazón y riñones, finalizando con la mención de la grasa,
manteca y sebo..
Capítulo IV.—
Carnes de aves.— Habla de las cualidades de las carnes de aves y pájaros, deteniéndose
en las características de la carne de paloma, perdiz de Egipto, tortola, paloma
zurita, codorniz, gallos, zorzales, gansos y ánades. En un apartado a este
capítulo, se refiere a las diferentes partes y órganos de las aves, tales como
las alas, cuello, buches, asaduras y sesos.
Capítulo V.—
Propiedades que adquieren las carnes al cocinarlas y prepararlas.— Describe las
propiedades de guisos de carne, tales como las aliñadas con cilantro o con
taßya, las carnes a la vinagreta o en escabeche (sikbaŷ), el zfrbaŷ, comida
compuesta de came condimentada con azúcar, almendras y vinagre, la carne cocida
en leche agria (madfra), las carnes con espinacas, calabaza, nabo, col,
coliflor o agua de cebolla. Habla después de las frituras hechas con grasa,
manteca o aceite, y de los asados, al horno, a la brasa, de la carne guisada
con trigo (harīsa) y con arroz.
Capítulo VI.—
Cualidades de los encurtidos (kawamij), especias, condimentos salsas y grasas o
aceites.— En el primer apartado habla de las virtudes de las salsas y
condimentos de mostaza, que pueden llevar también otros ingredientes, como la
ruda o el ajo, y la salsa de salmuera, vinagre y ajo. En el segundo apartado,
ofrece las características de especias y condimentos, tales como la sal, la
pimienta, la galanga, el jengibre, el comino, la alcaravea, el cilantro, el
vinagre, y la salmuera de pescado. Un tercer apartado está dedicado a describir
las virtudes de los aceites y grasas; de oliva, almendra, sésamo, y la manteca
derretida. El cuarto apartado se refiere al fuego sobre el que se guisa,
distinguiendo el fuerte y el lento, el de carbón y el de leña seca o verde.
Finalmente, en una quinta sección, trata de los diversos recipientes para
cocinar, enumerando las propiedades de los de oro, plata, cerámica vidriada (hantam), cobre, recubierto o no de estaño, hierro, plomo,
estaño y cristal. Acaba este capítulo con algunas recomendaciones a tener en
cuenta en la preparación de las comidas.
Capítulo VII.—
Pescados y anguilas.—. Después de describir las características del pescado
en general, de mar o de agua dulce. Entre estos últimos menciona al mújol y al
sábalo, y entre los peces marinos, el pagro, el salmón, el salmonete, el jurel,
la boga, la sardina, la melva y la lisa. Después habla de las anguilas, el
pescado salado y el camarón “que se saca del río de Sevilla”, detallando en
otros apartados las diversas partes del pescado, y la mejor manera de
cocinarlo.
Capítulo VIII.—
Leches y lacticinios.— En él se enumeran las características de la
leche fresca, la leche de cabra, de oveja, de vaca, sus ventajas e
inconvenientes, la leche desnatada, la leche cuajada, el requesón, el-‘aqïd,
especie de cuajada resecada, el queso fresco, el queso añejo y la mantequilla.
En una sección aparte habla de las propiedades de los huevos. Otro apartado
está dedicado a la miel y el azúcar. Finalmente, dedica su atención a diversos
tipos de dulces como el fälüdaÿ, el jabīs, los qatä’if, la zaläbiyya el gabīt.
La codorniz, la
perdiz, y la paloma, además de deshacer cálculos y excitar el apetito
sexual, según decía al Arbuli, servían para preparar unos delicioso pasteles
elaborados a base de estas carnes troceadas, huevos, almendras, canela y miel;
estos pasteles de hojaldre fueron los antecesores de la "bastela" marroquí,
que se elabora casi de la misma forma. En Murcia, existe un pastel tradicional,
llamado de carne, que sin duda tiene su origen en este tipo de empanadas.
Capítulo IX —
Frutas frescas y secas — Último existente, ya que el manuscrito está
incompleto. Describe las cualidades de los higos, las uvas, el agraz, las
pasas, los albaricoques, los melocotones, las granadas, los membrillos, las
manzanas, las peras, las toronjas, las ciruelas, la espata y la médula de
palmera, los dátiles y los plátanos.
Extracto del
estudio, traducción y obra de D. Amador Díaz García: "Un tratado nazarí
sobre alimentos: al-kalam ala l-agdiya de al-arbuli".
D. Amador Díaz Garcia
cita que la copia está recogida en el códice núm. 5240, antiguo 893, de la
Biblioteca Nacional de Madrid, registrado por Francisco Guillén Robles, en su
Catálogo de los manuscritos árabes de la Biblioteca Nacional de Madrid, (Madrid
1889): y que como los tratados del códice están fechados y ordenados
cronológicamente, se deduce que la copia fue realizada bajo el reinado de Yüsuf
III, de su hijo Muhammad VIII, o del usurpador Muhammad IX el Zurdca.
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