LEGADO ANDALUSÍ: LAS
APORTACIONES ÁRABES A NUESTRA CULTURA
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Literatura Médica
Islámica en al-Andalus
.
Al Andalus es el nombre con
el que se conoció el Estado Islámico que fundaron los musulmanes en la
Península Ibérica (711-1492).
Los médicos árabes, al describir las enfermedades de los órganos y del
cuerpo en su conjunto, la ordenación que adoptan es la alejandrina, es decir,
inician su descripción comenzando por las enfermedades de la cabeza (cabello,
cerebro, ojo, oído, nariz, boca, garganta, etc.), y terminan con las que
afectan a los pies.*
Sólo un médico se saltará el orden establecido, el cordobés Averroes (1126-1198), quien
dotará a su tratado, Libro de las
generalidades de la medicina -Colliget para el mundo latino- de una
originalidad, que, como afirman los especialistas, hace pensar en un plan de
estudios de una Facultad de Medicina, al distribuirlo en Anatomía y Fisiología,
Patología, Sintomatología, Farmacología y Dietética, Conservación de la salud y
Terapéutica.
La literatura médica islámica producirá,
dos tipos de redacciones:
Unas, que son tratados de higiene
o regímenes de salud, que se redactan ya por encargo de una autoridad en
particular, ya para el público en general, que recogen las formas de vida
adecuadas capaces de proporcionar al individuo la salud durante toda su vida.
Otras, que son extensos tratados
de patología, perfectamente estructurados y en los que puede encontrarse desde
los fundamentos filosóficos naturales de la medicina hasta las características
de todas y cada una de las enfermedades con sus respectivos tratamientos.
Pero generarán además libros de cirugía, oftalmología y farmacología. Valga
como ejemplo la obra del médico cordobés Ibn
Yulyul, quién además de formar parte del equipo que tradujo en Córdoba
el libro de la Materia Médica del
persa Dioscórides -obra que se
mantuvo como base de la medicina occidental hasta bien entrado el siglo XVIII-
compondrá en el año 982, como complemento del mismo, su obra titulada Libro de la explicación de los nombres
de los medicamentos simples tomados del libro de Dioscórides, en la
página que identifica los nombre griegos de los medicamentos imples, Ibn
Yulyul, realiza esta tarea indicando el mayor número de sinónimos posibles
conocidos en distintas lenguas, desde el árabe hasta el latín, pasando también
por otras como el persa, el siriaco y el hindú.
Y la obra del malagueño Ibn
al-Baytar (m. 1248). al-Yami`
(Colección de medicamentos y alimentos). Ingente composición ordenada
alfabéticamente, en ella se estudian alrededor de 1.400 medicamentos y
alimentos extraídos de los reinos vegetal, animal y mineral -de los cuales más
de 300 son aportaciones árabes- exponiéndose con todo detalle las cualidades
físicas y las funciones terapéuticas de cada uno de ellos; e igualmente, el
proceso de ejecución de las recetas, las dosis y sus formas de administración.
Considera su autor que la botánica y la farmacología son ciencias de apoyo a la
medicina.
Por lo que atañe a la cirugía -como afirma Schipperges- "con la cirugía árabe no sólo se transmitió el conocimiento
de amplias partes de la anatomía y de la fisiología, sino también de numerosas
especialidades, desde la obstetricia hasta las otalgias, oftalmías y
odontología".
La aportación más importante en el campo de la cirugía se debe a otro
médico andalusí, al cordobés Abu-l-Qasim
al-Zahrawi (926-1013) -Abulcasis para el mundo latino- quien en el
libro 30 de su extenso tratado, Tasrif
(Libro que permite actuar a quien quiere prescindir de otras complicaciones),
ofrece abundantes aportaciones propias.
Consta la obra de tres
partes, y en ella trata el autor de la naturaleza del hombre y su temperamento;
anatomía, patología, clasificación de las enfermedades, síntomas y
tratamiento,higiene, dieta y farmacología, con especial atención a las drogas
que se encuentran o utilizan en al-Andalus. La anatomía es desarrollada con
gran cuidado por ser disciplina indispensable para el cirujano y en patología
se analizan 325 enfermedades.
Con todo, la fama de
Abdulcais se debe al libro 30 y último del tratado, que es un completísimo
tratado de cirugía que se divide en tres partes: 1) La cauterización con
cauterios y con caústicos aplicada a 50 tipos de enfermedades. 2)
Intervenciones quirúrgicas. 3) Fracturas, dislocaciones y luxaciones.
El libro está ilustrado
con gran abundancia de dibujos de instrumentos quirúrgicos, que le aportan
extraordinario valor. Gozaría de gran prestigio en Occidente hasta el siglo
XVIII; traducido al latín por Gerardo de Cremona, se convirtió a partir del
siglo XII en el fundamento de todos los textos quirúrgicos medievales.
Los escritos que describen y tratan la enfermedad, como las grandes
enciclopedias de al-Razi (865-932), Avicena (980-1037), al-Mayusi (m. 983) y de los
andalusíes Avenzoar (m. 1162), y Averroes (1126-1198), cuyas
obras, el Taysir y el Colliget, son consideradas complementarias por ser la
primera un manual que incluye los conocimientos que el médico debe poseer y
todos los detalles de la terapéutica práctica; y la segunda, un tratado que
versa sobre los principios básicos de la medicina partiendo de las
generalidades, puesto que en él se estudian los elementos, las complexiones, y
la fisiología y anatomía del cuerpo hasta llegar a las particularidades con el
desarrollo de la higiene, los medicamentos, y las causas, los signos y la
curación de la enfermedad.
Una vez que estos tratados fueron vertidos al latín, entre finales del
siglo XI y finales del siglo XII, se hicieron todos ellos muy famosos y
populares. Porque, como afirma García Ballester, "aunque eran escritos extensos, estaban perfectamente
estructurados". Y porque en ellos era posible encontrar desde los
fundamentos filosófico-naturales de la medicina, hasta la características de
todas y cada una de las enfermedades, las formas de tratamiento quirúrgico y el
listado alfabético de las medicinas simples con sus características
complexionales, y toda una colección de recetas (los llamados Antidotarios)
extremadamenteútiles, no sólo porque ya venían preparadas para su dispensación
y aplicación, sino porque su composición venía avalada por la autoridad y el
prestigio del autor".
La cima indiscutible de la medicina medieval fue El libro del Canon de la medicina de Avicena (980-1037). Esta
obra, desarrollada en cinco libros, y divididos a su vez cada uno de ellos en
disciplinas, categorías, secciones y capítulos, recoge todo el saber médico de
su tiempo, desde la conceptuación de la medicina hasta la toxicología y la
dietética. Una vez fue traducido al latín por Gerardo de Cremona antes de 1187,
sería la base de la medicina occidental y se convirtió en la indiscutible
autoridad a lo largo de todo un milenio.
El primer libro de medicina que se redacta en lengua castellana: El sumario de la medicina del
médico zamorano, Francisco López de
Villalobos, tenga como base esta fuente árabe:la medicina medieval
castellana, cuya andadura se inicia a partir de las traducciones de los
tratados árabes. López de Villalobos redactó
su libro en romance, como hacen los médicos árabes, esto es, divulgar la
medicina mediante su composición en verso. Y, de una manera especial, en el
léxico que estará todo él salpicado de arabismos.
Una contribución importante a la medicina andalusí fueron también los
escritos que sus médicos compusieron sobre la peste negra. Entre ellos destaca
el opúsculo redactado por el médico granadino, Ibn
al-Jatib que le dio la fama entre los historiadores de la medicina
como el último de los grandes médicos andalusíes. En él defendió el punto de
vista racional al determinar que la peste era un plaga que se propagaba por
contagio y no un castigo divino, lo que significaba una audaz afirmación en una
época de rígida ortodoxia.
Ver también
UN TRATADO NAZARI SOBRE ALIMENTOS: AL-KALÃM `ALÀ L-AGDIYA de al-Arbülï, científico andalusí del siglo XV, originario
probablemente de Arboleas, en la provincia de Almería.
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