LOS JUDÍOS EN AL-ÁNDALUS ENTRE
LA TOLERANCIA Y LA PERSECUCIÓN
Los ojos de Hipatia Ene 1st, 2016 1 Comentario
Por Eduardo
Montagut Contreras. Doctor en Historia
Moderna y Contemporánea
La situación de los judíos con la llegada
de los musulmanes a la península Ibérica mejoró claramente en relación con la
que padecían con en el reino visigodo, cuestión que debe tenerse en cuenta a la
hora de explicar el apoyo que dispensaron a los invasores. Los judíos vieron
reconocido el derecho al libre ejercicio de su culto, y conservaron sus
comunidades en los lugares donde estaban asentados, destacando su presencia en
Córdoba, por ejemplo. Vivían en barrios propios y separados de la población
musulmana con sus sinagogas, aunque debían solicitar un permiso para
levantarlas, con sus propias leyes y autoridades, como el basi, que
representaba a la comunidad judía de un lugar ante las autoridades musulmanas.
Los judíos, como los mozárabes, debían pagar impuestos territoriales –jarach- y
personales, la chizya.
Los judíos fomentaron el desarrollo
cultural y científico en Al-Ándalus, en las épocas de tolerancia. La medicina
andalusí debe mucho a los judíos. Por otro lado, es indiscutible el
florecimiento de la cultura sefardita con ejemplos como los del médico y rabino
Maimónides o Bahya Paquda, que escribió una obra fundamental de la mística
judía popular hasta el siglo XIX.
En general, la convivencia en Al-Ándalus
las tres religiones fue tensa, con épocas de intolerancia y otras de mayor
tolerancia. La época de las taifas fue bastante favorable para los judíos,
aunque también se dieron algunos episodios de persecución religiosa, como el
acontecido en Granada en 1066. La situación de relativa tolerancia cambió a
partir del siglo XII con la llegada de almorávides y almohades, pueblos del
norte de África que intentaron frenar el avance cristiano sobre las taifas
musulmanas, y que se caracterizaban por una interpretación muy rigurosa de la
religión islámica frente a lo que se venía haciendo en Al-Ándalus. Este
rigorismo afectó a los mozárabes y a los judíos. Las alternativas para estos
colectivos pasaban por la conversión al Islam o la emigración hacia los reinos
cristianos. Ese fue el caso del mencionado Maimónides que tuvo que emigrar ante
el fanatismo almohade.
En el reino nazarí de Granada los judíos
estuvieron obligados a llevar signos especiales en su vestimenta para
diferenciarlos, principalmente un gorro amarillo frente al tradicional turbante
del resto de la población. Pero los nazaríes debieron ser bastante tolerantes
con los judíos. Cuando estalló la oleada antijudía en 1391 en Castilla muchos
judíos emigraron a Granada, provocando un enriquecimiento demográfico,
profesional y económico. Pero tampoco debemos exagerar el número de judíos en
el reino de Granada, ya que debía ser poco más de un millar en vísperas de la
entrega de la Alhambra a los Reyes Católicos en enero de 1492.
Así pues, estamos hablando de una
historia con largas épocas de tolerancia con otras de intransigencia y
persecución. Es difícil saber dónde vivían mejor, si en los reinos cristianos o
en Al-Ándalus. La periódica intolerancia hizo que bascularan entre los dos
territorios.
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