Hafsa es una de las poetisas
arábigo-andaluzas más famosas de al-Andalus, y la más celebre de Granada.
Nació en 1135 y murió en 1191
Hafsa es una de las
poetisas arábigo-andaluzas más famosas de al-Andalus, y la más celebre de
Granada. Hija de un noble de origen beréber, rico e influyente personaje de
esta ciudad, nació hacia el año 1135 (año 530 de la Hégira), según la mayoría
de sus biógrafos, en la ciudad de Granada. Allí pasó su infancia y juventud en
un contexto de intensa agitación política, que asistió a la caída del Imperio
Almorávide y la instauración del Califato Almohade.
Alabada por su cultura
e ingenio, al igual que por su belleza, estas cualidades le permitieron ocupar
pronto un lugar destacado en la Corte almorávide de Granada, donde desarrolló
una intensa actividad literaria y educativa, y alcanzó rápidamente la fama.
Célebre también fuera de Granada, fue enviada a Rabat (1158) con un grupo de
poetas y nobles granadinos ante el califa Abd al-Mumin, quien le concedió el
feudo de Rakuna, cerca de Granada, epónimo del que procede el nombre con el que
fue conocida la poetisa, al-Rakuniyya.
Sería en el ambiente
cortesano de Granada donde conocería al poeta granadino Abu Yafar ibn Said, del
ilustre linaje de los Banu Said, con el que inició una pública relación amorosa
hacia el año 1154. A raíz de esta relación, ambos amantes desarrollaron un
intenso intercambio de poemas amorosos, que se han conservado hasta nuestros
días. Asimismo sus amoríos fueron cantados por los poetas de su grupo
literario. La situación se complicó en el año 1156, cuando llegó a Granada el
gobernador almohade, el príncipe Abu Said ‘Utmãn, hijo del Califa Abd al-Mumin,
quien se enamoró de la poetisa. En un principio, Hafsa rechazó al gobernador,
pero finalmente se convirtió en su amante, quizá cansada de las veleidades
amorosas de Abu Yafar o por presiones del príncipe hacia ella o su familia.
Esta situación originaría un conflictivo triángulo amoroso. Abu Yafar, que
había sido amigo y secretario del príncipe, hizo a éste objeto de sus sátiras,
y acabó participando en una rebelión política contra el gobernador, razón por
la que éste lo mandó encarcelar y finalmente asesinar en el año 1163, en
Málaga.
Hafsa lloró la prisión
y la muerte de su amante en sentidos versos y llegó a llevar luto de viuda por
él, a pesar de las amenazas del gobernador. Se retiró de la Corte, abandonando
finalmente la actividad poética y centrándose, a partir de entonces, en la enseñanza.
Vivió de este modo durante una parte importante de su vida, hasta que, hacia el
año 1184, aceptó la invitación del Califa Yaqud al-Mansur y se dirigió a
Marrakech para dirigir la educación de las princesas almohades. Allí permaneció
hasta 1191, año de su muerte.
Hafsa es la poetisa
arábigo-andaluza de la que se conserva un mayor volumen de su producción
poética, gracias, sobre todo, al interés de sus biógrafos y de la familia Banu
Said. En total, han llegado hasta nuestros días diecisiete poemas, de gran
calidad literaria. Heredera de la tradición poética árabe, sin embargo, Hafsa,
al contrario de lo que es habitual en ésta, es capaz de expresar, con gran
belleza, sus sentimientos reales en un leguaje llano y espontáneo. La mayoría
de sus versos son de tipo amoroso, dirigidos a Abu Yafar, aunque hay
algunos satíricos y de elogio a Abu Said, alcanzando la cima de su inspiración
en aquéllos en los que se lamenta de la prisión y muerte de su amante. Muestra
de las mujeres independientes y cultas de la época de esplendor de al-Andalus,
Hafsa fue muy respetada, a pesar de sus aparentes libertades, en su época y por
los biógrafos posteriores, que la consideraron como una gran poetisa. Ibn
al-Jatib dijo de ella: «Granadina, fue única en su tiempo por su belleza,
elegancia, cultura literaria y mordacidad».
Bibliografía
GARULO, T.: Diwán
de las poetisas de al-Andalus . Madrid: Hiperión, 1986, pp. 71-85.
DI GIACOMO, L.: «Une
poétese andalouse du temps des Almohades: Hafsa bint al-Hayyj al-Rakuniyya»,
Hesperis, 34 (1947), 9-101.
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