jueves, 12 de septiembre de 2019

SAID AL-ANDALUSI



Fuente: arabespanol.org

  -Abd Fatah Checa.
        Vino al mundo SA’ID AL-ANDALUSI, en una época de inestabilidad política para AL-ANDALUS. Tras la muerte del excepcional militar y estadista Ibn Abi’Amer (Almanzor), ocurrido a comienzos del Siglo XI, se produjo  un enfrentamiento civil (fitna) que produjo la fragmentación del califato Omeya de Córdoba, apareciendo pequeños estados, los llamados reinos de taifas.

         Hay muy pocos datos para reconstruir la biografía del cadí Sa’id, se dice que era descendiente de notable linaje, su familia procedía de Córdoba, de donde huyó durante la fitna a Almería, que entonces era una próspera ciudad comercial y primer puerto de al-Andalus, donde nació en el año 420/1029 Abu-L-Qasim Sa’id ibn Ahmad ibn ‘Abd al-Rahman ibn Muhammad ibn Sa’id, llamado posteriormente Sa’id al-Andalusí por las fuentes árabes orientales, mientras que en su propia tierra se le denominaría con los toponímicos al-Qurtubí (el cordobés) y al-Tulaytuli (el toledano), bien debido a su origen familiar, bien por  la ciudad donde residió desde la juventud hasta su muerte. Su abuelo, Abu-L-Mutawif’Abd al-Rahman, ocupó el cargo de cadí (Juez) en Medina Sidonia; su padre tuvo un cargo oficial de cierta importancia en Córdoba.

        Se desconoce dónde realizó sus primeros estudios y cuándo abandono su ciudad natal. Es probable, sin embargo, que en Almería aprendiera a leer y que, dado el ambiente familiar, pronto recibiera lecciones de Fiqh o derecho islámico y de hadit o tradiciones, siendo adolescente, Sa’id viajó por al-Andalus y, al parecer, siguió algunos cursos en Córdoba. Con diecisiete años se instalo definitivamente en Toledo, ciudad que había vivido momentos políticamente inestables, durante el califato y que durante los Reinos de Taifas vivía momentos de esplendor cultural, concretamente bajo la dinastía de los Banu dí-L-Nun. En la ciudad del Tajo, completó su formación intelectual con excelentes maestros, según informa el propio Sa’id en su obra Tabaqat al-umam. Entre estos hay que destacar al ilustre Juez de Talavera Ibn aL-Waqqasi, natural del pueblo toledano de Huecas, que murió en el 489/1096, tras haber sobrevivió largos años a su discípulo. Un segundo maestro de Sa’id fue el científico aragonés aL-Waydis, quien influyó decisivamente en su formación matemática, como lo reconoce el mismo en las Tabaqat.

        Y Abu Ishaqb Ibrahim b. Lupp b. Idris aL-Tayibi  conocido como aL-Quwaydis. Era originario de Calatayud, ciudad que abandonó para establecerse en Toledo, donde realizó sus estudios. Destacó en el campo de la aritmética, la geometría y los repartos sucesorios, materias que enseñó durante largo tiempo, y conoció también la astronomía. Yo estudié con él muchas de estas ciencias. Tenía, además, un gran dominio de las lengua árabe, materia que había enseñado durante largo tiempo en Toledo.

        También fue discípulo del gran escritor e intelectual cordobés Ibn Hazm. En Las Tabaqat Sa’id no lo afirma explícitamente. Pero, en la larga referencia bibliográfica que le dedica, muestra haber tenido una relación estrecha con Ibn Hazm, pues alude a una carta personal de éste a propósito de la fecha de su nacimiento y a una información oral facilitada por su hijo Abu Rafi al-Fadl, sobre la inmensa producción literaria del escritor cordobés. Además el cadí toledano escribió una obra de tema religiosos que parece la continuación del Fisal de Ibn Hazm.

        Otro maestro de Sa’id habría sido, según una fuente fidedigna el tradicionista de Guadalajara Abu Huhammad al-Qasim ibn al Fath, versado en Corán, Fiqh y Hadit.

        También se dice que fue otro de sus maestros Abu Ya’far Ahmad ibn Jamis ibn ‘Amir ibn Domingo: aunque de éste no se tienen pruebas documentales de que fuera su maestro, solo aparece en dos ocasiones citado en la Tabaqat uno como Matemático y después como Médico.

        Se puede distinguir de Sa’id, la amplia formación intelectual con tres núcleos de interés: el científico, jurídico e histórico; este último es básico para poder valorar la contribución del cadí toledano a la cultura de al-Andalus.

        Como científico, Sa’id se oriento preferentemente en este campo hacia la astronomía y las matemáticas, escribió una obra de astronomía que, por desgracia, se ha perdido, pero que a través de diversas fuentes judías podemos reconstruir su labor científica en cuanto astronomía. Contribuyó de manera decisiva a la elaboración de las renombradas Tablas Toledanas junto a su compañero de investigación Walad al-Zarqiyal. En ella se seguía el método del Sind Hind, de origen indio, modificado después por Ibn al-Adamí, que Sa’id y al-Zarqiyal perfeccionaron con cálculos más exactos, y en virtud del cual se formulaba la teoría de la trepidación de las estrellas fijas, es decir el movimiento de acceso y receso, contrario a las doctrinas ptolemaicas.

        Merece subrayarse la labor de mecenas y de organizador llevada a cabo por Sa’id a través del círculo científico impulsado y dirigido por él, pues a partir de éste se consolidará en Toledo una tradición científica y literaria de cuyos logros se benefició durante varios siglos la cultura europea medieval, gracias sobre todo a las traducciones del árabe.

        La aportación de Sa’id al-Andalús a la ciencia medieval como historiador en su obra Tabaqat al-Umam, sus biografías de matemáticos, astrónomos y médicos han representado en el pasado, y siguen representando también hoy, un instrumento bibliográfico imprescindible para el estudio de la ciencia antigua y medieval, en particular de la India, Grecia y del Islam medieval, tanto oriental como occidental. Incluso aquellos que no se le han dedicado una nota biográfica, lo utilizan con frecuencia como fuente histórica.

        Es muy considerable la aportación de Sa’id como jurista. Tuvo un reconocimiento público al ser nombrado Juez de Toledo por el gobernante de esta ciudad Yahyá ibn Ismail al-Ma’mun. De hecho, ya entonces comenzó a ser conocido simplemente por “el cadí Sa’id”. Sabemos que fue un jurista muy prestigioso, pero ninguno de sus biógrafos indica a que escuela jurídica pertenecía.

        Ibn Baskuwal, nos informa de dos innovaciones procesales introducidas por Sa’id: la admisión como medio de prueba en un proceso civil de un solo testigo, más el juramento correspondiente respecto (el derecho islámico obligaba a presentar dos testigos idóneos como  prueba), y la validez jurídica de un testimonio escrito siempre que fuera confirmado por dos testigos (por lo general, no se admitía un escrito como prueba, dado el peligro de que pudiera ser falsificado).

        El Sa’id como historiador. Consta que escribió una Historial Universal y quizá también una Historia de al-Andalus, que no se ha conservado.

        Durante  casi dos siglos son cientos de Andalusíes los que viajaron a Damasco, Alejandria, Qayrawán y Fustat para aprender de maestros orientales. Desde finales del Siglo X al-Andalus pasa a un proceso de creación de cultura en todos los campos del Saber. Se introduce la muwassaha y el zéjel en poesía, renovándose también la prosa árabe mediante un estudio menos afectado y más lleno de vida. También en este período en al-Andalus hay un sorprendente florecimiento científico y filosófico. Ningún país europeo podía rivalizar ya con al-Andalus.

        El trabajo incansable del cadí Sa’id y otros muchos sabios andalusíes convirtió al-Andalus en foco permanente de cultura a donde viajaban estudiosos orientales y europeos deseosos de aprender Ibn Hazm de Córdoba decía:

Los andaluces se han abierto un camino amplio, fértil y dilatado en el dominio de las ciencias de las “lecturas” y las tradiciones, en el conocimiento de una gran parte del derecho islámico, en la inteligencia de la gramática, de la poesía, de la lexicografía, de la historia, de la medicina, de las matemáticas y de la astronomía.
Este insigne juez e investigador astronómico y gran historiador de las ciencias murió el día 6 de Julio del 462/1070 en Toledo, a los 42 años de edad, fue el visir de la corte toledana y prestigioso jurista Ibn al-Hadidi, el que se encargo de todos los detalles de su entierro, al-Andalus perdía a uno de sus más ilustres sabios.
Solo tenemos constancia de cuatro obras escritas, tres de ellas están citadas explícitamente por él mismo en Las Tabaqat al-Umam y que por tanto fueron escritas antes de dicho libro, cuya redacción concluyó el año 460/1068, y una cuarta obra conservada, las Tabaqat.  

·       Bibliografía:
Historia de la filosofía y de las ciencias o libro de  las categorías de las naciones.
 Kitab Tabaqat al-Umam (Sa’id al-andalusí)


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