Fuente: arabespanol.org
Vino al mundo SA’ID AL-ANDALUSI, en una época de inestabilidad política para
AL-ANDALUS. Tras la muerte del excepcional militar y estadista Ibn Abi’Amer
(Almanzor), ocurrido a comienzos del Siglo XI, se produjo un
enfrentamiento civil (fitna) que produjo la fragmentación del califato Omeya de
Córdoba, apareciendo pequeños estados, los llamados reinos de taifas.
Hay muy pocos datos para reconstruir la biografía del cadí
Sa’id, se dice que era descendiente de notable linaje, su familia procedía de
Córdoba, de donde huyó durante la fitna a Almería, que entonces era una
próspera ciudad comercial y primer puerto de al-Andalus, donde nació en el año
420/1029 Abu-L-Qasim Sa’id ibn Ahmad ibn ‘Abd al-Rahman ibn Muhammad ibn Sa’id,
llamado posteriormente Sa’id al-Andalusí por las fuentes árabes orientales,
mientras que en su propia tierra se le denominaría con los toponímicos
al-Qurtubí (el cordobés) y al-Tulaytuli (el toledano), bien debido a su origen
familiar, bien por la ciudad donde residió desde la juventud hasta su
muerte. Su abuelo, Abu-L-Mutawif’Abd al-Rahman, ocupó el cargo de cadí (Juez)
en Medina Sidonia; su padre tuvo un cargo oficial de cierta importancia en
Córdoba.
Se desconoce dónde realizó sus primeros estudios y cuándo abandono su ciudad
natal. Es probable, sin embargo, que en Almería aprendiera a leer y que, dado
el ambiente familiar, pronto recibiera lecciones de Fiqh o derecho islámico y
de hadit o tradiciones, siendo adolescente, Sa’id viajó por al-Andalus y, al
parecer, siguió algunos cursos en Córdoba. Con diecisiete años se instalo
definitivamente en Toledo, ciudad que había vivido momentos políticamente inestables,
durante el califato y que durante los Reinos de Taifas vivía momentos de
esplendor cultural, concretamente bajo la dinastía de los Banu dí-L-Nun. En la
ciudad del Tajo, completó su formación intelectual con excelentes maestros,
según informa el propio Sa’id en su obra Tabaqat al-umam. Entre estos hay que
destacar al ilustre Juez de Talavera Ibn aL-Waqqasi, natural del pueblo
toledano de Huecas, que murió en el 489/1096, tras haber sobrevivió largos años
a su discípulo. Un segundo maestro de Sa’id fue el científico aragonés
aL-Waydis, quien influyó decisivamente en su formación matemática, como lo
reconoce el mismo en las Tabaqat.
Y Abu Ishaqb Ibrahim b. Lupp b. Idris aL-Tayibi conocido como
aL-Quwaydis. Era originario de Calatayud, ciudad que abandonó para establecerse
en Toledo, donde realizó sus estudios. Destacó en el campo de la aritmética, la
geometría y los repartos sucesorios, materias que enseñó durante largo tiempo,
y conoció también la astronomía. Yo estudié con él muchas de estas ciencias.
Tenía, además, un gran dominio de las lengua árabe, materia que había enseñado
durante largo tiempo en Toledo.
También fue discípulo del gran escritor e intelectual cordobés Ibn Hazm. En Las
Tabaqat Sa’id no lo afirma explícitamente. Pero, en la larga referencia
bibliográfica que le dedica, muestra haber tenido una relación estrecha con Ibn
Hazm, pues alude a una carta personal de éste a propósito de la fecha de su
nacimiento y a una información oral facilitada por su hijo Abu Rafi al-Fadl,
sobre la inmensa producción literaria del escritor cordobés. Además el cadí
toledano escribió una obra de tema religiosos que parece la continuación del Fisal
de Ibn Hazm.
Otro maestro de Sa’id habría sido, según una fuente fidedigna el tradicionista
de Guadalajara Abu Huhammad al-Qasim ibn al Fath, versado en Corán, Fiqh y
Hadit.
También se dice que fue otro de sus maestros Abu Ya’far Ahmad ibn Jamis ibn
‘Amir ibn Domingo: aunque de éste no se tienen pruebas documentales de que
fuera su maestro, solo aparece en dos ocasiones citado en la Tabaqat uno como
Matemático y después como Médico.
Se puede distinguir de Sa’id, la amplia formación intelectual con tres núcleos
de interés: el científico, jurídico e histórico; este último es básico para
poder valorar la contribución del cadí toledano a la cultura de al-Andalus.
Como científico, Sa’id se oriento preferentemente en este campo hacia la
astronomía y las matemáticas, escribió una obra de astronomía que, por
desgracia, se ha perdido, pero que a través de diversas fuentes judías podemos
reconstruir su labor científica en cuanto astronomía. Contribuyó de manera
decisiva a la elaboración de las renombradas Tablas Toledanas junto a su
compañero de investigación Walad al-Zarqiyal. En ella se seguía el método del
Sind Hind, de origen indio, modificado después por Ibn al-Adamí, que Sa’id y
al-Zarqiyal perfeccionaron con cálculos más exactos, y en virtud del cual se
formulaba la teoría de la trepidación de las estrellas fijas, es decir el
movimiento de acceso y receso, contrario a las doctrinas ptolemaicas.
Merece subrayarse la labor de mecenas y de organizador llevada a cabo por Sa’id
a través del círculo científico impulsado y dirigido por él, pues a partir de
éste se consolidará en Toledo una tradición científica y literaria de cuyos
logros se benefició durante varios siglos la cultura europea medieval, gracias
sobre todo a las traducciones del árabe.
La aportación de Sa’id al-Andalús a la ciencia medieval como historiador en su
obra Tabaqat al-Umam, sus biografías de matemáticos, astrónomos y médicos han
representado en el pasado, y siguen representando también hoy, un instrumento
bibliográfico imprescindible para el estudio de la ciencia antigua y medieval,
en particular de la India, Grecia y del Islam medieval, tanto oriental como
occidental. Incluso aquellos que no se le han dedicado una nota biográfica, lo
utilizan con frecuencia como fuente histórica.
Es muy considerable la aportación de Sa’id como jurista. Tuvo un reconocimiento
público al ser nombrado Juez de Toledo por el gobernante de esta ciudad Yahyá
ibn Ismail al-Ma’mun. De hecho, ya entonces comenzó a ser conocido simplemente
por “el cadí Sa’id”. Sabemos que fue un jurista muy prestigioso, pero ninguno
de sus biógrafos indica a que escuela jurídica pertenecía.
Ibn Baskuwal, nos informa de dos innovaciones procesales introducidas por
Sa’id: la admisión como medio de prueba en un proceso civil de un solo testigo,
más el juramento correspondiente respecto (el derecho islámico obligaba a
presentar dos testigos idóneos como prueba), y la validez jurídica de un
testimonio escrito siempre que fuera confirmado por dos testigos (por lo
general, no se admitía un escrito como prueba, dado el peligro de que pudiera
ser falsificado).
El Sa’id como historiador. Consta que escribió una Historial Universal y quizá
también una Historia de al-Andalus, que no se ha conservado.
Durante casi dos siglos son cientos de Andalusíes los que viajaron a
Damasco, Alejandria, Qayrawán y Fustat para aprender de maestros orientales.
Desde finales del Siglo X al-Andalus pasa a un proceso de creación de cultura
en todos los campos del Saber. Se introduce la muwassaha y el zéjel en poesía,
renovándose también la prosa árabe mediante un estudio menos afectado y más
lleno de vida. También en este período en al-Andalus hay un sorprendente
florecimiento científico y filosófico. Ningún país europeo podía rivalizar ya
con al-Andalus.
El trabajo incansable del cadí Sa’id y otros muchos sabios andalusíes convirtió
al-Andalus en foco permanente de cultura a donde viajaban estudiosos orientales
y europeos deseosos de aprender Ibn Hazm de Córdoba decía:
Los
andaluces se han abierto un camino amplio, fértil y dilatado en el dominio de
las ciencias de las “lecturas” y las tradiciones, en el conocimiento de una
gran parte del derecho islámico, en la inteligencia de la gramática, de la
poesía, de la lexicografía, de la historia, de la medicina, de las matemáticas
y de la astronomía.
Este
insigne juez e investigador astronómico y gran historiador de las ciencias
murió el día 6 de Julio del 462/1070 en Toledo, a los 42 años de edad, fue el
visir de la corte toledana y prestigioso jurista Ibn al-Hadidi, el que se
encargo de todos los detalles de su entierro, al-Andalus perdía a uno de sus
más ilustres sabios.
Solo
tenemos constancia de cuatro obras escritas, tres de ellas están citadas
explícitamente por él mismo en Las Tabaqat al-Umam y que por tanto fueron
escritas antes de dicho libro, cuya redacción concluyó el año 460/1068, y una
cuarta obra conservada, las Tabaqat.
· Bibliografía:
Historia de la filosofía y de
las ciencias o libro de las categorías de las naciones.
Kitab
Tabaqat al-Umam (Sa’id al-andalusí)
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