martes, 16 de mayo de 2023

LOS TRABAJOS DE LOS MORISCOS

 

LOS TRABAJOS DE LOS MORISCOS

Los moriscos, en casi toda Andalucía, se dedicaban a los trabajos agrícolas en su mayoría. En la Alpujarra destaca el uso del cultivo de regadío (por medio de acequias), el aprovechamiento del difícil territorio, y, además, la producción de la seda (donde podemos recalcar los municipios de Órgiva, Ferreira y Poqueira). Esta producción agrícola hacía que las relaciones que existían entre los moriscos del mundo rural y los de la ciudad de Granada fueran constantes, pues en la ciudad de Granada se encontraba un importante centro comercial e industrial de este mercado. En ella se realizaban numerosos tratos, además de venderla en bruto, o convertida en mantos, paños o ropajes, en la alcaicería de Granada. Los constantes contactos entre los alpujarreños y granadinos, permitió planear la sublevación, llegando incluso, las autoridades de Granada, a querer expulsar a todo morisco no vecino de la ciudad. Esto se debió a otro factor importante y es la competencia entre las telas granadinas y las traídas de fuera de Andalucía, desde castilla. Se calcula que pudo haber casi 4000 telares antes de la expulsión de los moriscos del reino de Granada, encargándose cada familia de estos, recogiendo una media aproximada de 40 mil o 50 mil capullos de seda.

La mayoría de la población morisca sevillana se dedicaban a trabajos relacionados con el Alcázar, las atarazanas, y los caños de Carmona. También encontramos abundantes trabajadores moriscos en sectores como la yesería, la carpintería o de albañiles, en menor medida. También los encontramos como herreros, torneros, plateros… además encontramos a muchos moriscos relacionados con la producción del pan. En lo que respecta a otras comarcas del reino de Sevilla, como el Aljarafe, encontramos una importante relación de estos moriscos con la producción frutícola de las huertas del Aljarafe. En otras localidades del reino, como la Algaba, encontramos a moriscos dedicados a la labranza, además de algunos albañiles y algún herrero. Parece que estos mantenían vínculos estrechos con los moriscos de la capital. Los mudéjares algabeños se acabarán transformando en moriscos en 1502, casi de forma simultánea a los de la capital sevillana.

También poseían esclavos, que solían liberar antes de morir, como Inés de Medina, una morisca que libero a su esclava Francisca. Sin embargo, la posesión de esclavos no indica un nivel socioeconómico alto, si no, como dijimos antes, son gente de clases humildes y trabajadoras. Ejemplo de esto es la ciudad de Antequera, con una enorme mayoría morisca esclava, frente a una minoría en libertad. Sin embargo, la mayoría de estos moriscos se dedicaban a las labores del campo o domésticas.

En lo que respecta a la población morisca del reino de Córdoba, si bien hay una mayoría de trabajadores en el campo, trabajando como labradores, hortelanos o simples trabajadores del campo, hay una mayoría de trabajadores en el sector secundario, dedicándose a la zapatería, la construcción o como horneros. Todo esto se vio acentuado por la llegada de los moriscos granadinos tras la Guerra de la Alpujarra. En lo que respecta al reino de Jaén, encontramos que la mayoría de estos se dedican a los trabajos en el campo (una constante en toda la sociedad o grupos moriscos) o a la artesanía, con casos como Andújar o Bedmar.

 

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