LOS DESCENDIENTES DE IBN HAFSUN.
A
su muerte, dejaba Ibn Hafsun cuatro hijos. Cha´far, el mayor que se había
convertido al cristianismo junto con su hermana Agéntea, mientras que los otros
tres, Sulayman, Abd al-Rahman y Hafs, parece que se mantenían dentro del
islamismo. Bobastro quedó en manos del mayor, quizás el más parecido a su padre.
Abd al-Rahman III pensó que los hijos del rebelde, como solía ser frecuente,
muy pronto empezarían a enzarzarse entre ellos. No por ello, dejó de hacer
campañas, todos los años, en Andalucía, dejándose ver por Bobastro. Acabar
completamente con este problema todavía iba a costarle , otros diez años.
Cha´far ben Umar ben Hafsun, mientras tanto, solicitó una tregua
al emir, que se la concedió, después de recibir rehenes y tributos como
garantía de fidelidad. Su tercer hermano, Abd al-Rahman, se instaló en Ojén, de
donde le desalojó un destacamento omeya. Llevado a Córdoba, acabó sus días como
calígrafo, arte para el que estaba particularmente dotado.
DESCENDIENTES
DE IBN HAFSUN
Cha´far y Sulayman no se llevaban bien y, es muy posible que, infiltrados
o espías de la causa omeya, se dedicasen a avivar estas diferencias. El 30 de
octubre de 920, Cha´far moría asesinado en Bobastro y enterrado junto a su
padre a la manera cristiana. A pesar de que los éxitos de Abd al-Rahman
III eran cada vez mayores y el nido de águilas de Bobastro estaba cada vez más
copado, Sulayman, dueño de la situación en esta plaza, no rendía las armas. En
927, por fin, Sulayman cayó en una escaramuza , no lejos de Bobastro. Fue
decapitado y el cadáver enviado a Córdoba y colgado.
Ya sólo quedaba el cuarto hijo, Hafs, que se hizo cargo de
Bobastro, pero con pocas esperanzas de poder continuar resistiendo. Sa´id ben
al-Mundhir, visir del emir, asedió la plaza con intención de tomarla de una vez
por todas. Resistió durante seis meses, al cabo de los cuales, Hafs se dio
cuenta de que todo era inútil Escribió al emir ofreciéndole la
rendición y el abandono de Bobastro. El 19 de enero de 928, la bandera blanca
de los omeyas, se enarboló en la torre más alta de la fortaleza. Hafs y los miembros
de su familia, fueron enviados a Córdoba, donde el emir les dejó vivir sin
estorbarles, pues se habían rendido sin combatir. Sin embargo, su hermana
Argéntea, convertida al cristianismo el mismo día que lo hicieron su padre y su
madre, se encerró a vivir en un convento de la capital. Pero luego, buscó el
martirio, junto a una cierta Ulfura, y lo consiguieron ambas el 13 de mayo de
937. Fue ejecutada por el crimen de apostasía, ya que nació musulmana y se pasó
al cristianismo y, ademas, se dedicó a insultar a la religión islámica.
al-andalus....libro de Concha Masiá.
Publicado
por al-Andalus en 4:00
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