CÓRDOBA. NORIA Y MOLINO DE
LA ALBOLAFIA
Texto de Alejandro Pérez Ordóñez
Fotografías de © Rafael Galán García
Uno de los elementos singulares que se
concentran en el área monumental cordobesa próxima a la mezquita Omeya y el
puente sobre el Guadalquivir es una gran noria o rueda hidráulica, integrante de los restos del Molino
de la Albolafia, de origen medieval, junto a varios más que se
sitúan en esta zona del cauce fluvial, en los llamados Sotos
de la Albolafia. La imagen de la noria es tan icónica que incluso
forma parte del escudo de la ciudad de Córdoba.
En lo que a nosotros nos interesa, es sabido que
en el periodo andalusí se introducen en la península Ibérica numerosas
innovaciones hidráulicas aplicadas sobre todo a la agricultura, destacando la
generalización de redes de acequias y otro tipo de conducciones en áreas
anteriormente poco productivas, generándose de este modo profundas
modificaciones en el paisaje agrícola que en algunos casos aún perduran, como
numerosas áreas de huerta levantinas. Así, destacó el empleo de norias (palabra procedente del árabe na’ura) para la extracción de agua de pozos o su elevación para ser
canalizadas hacia molinos, áreas irrigadas, etc. El agua se tomaba mediante
unos recipientes cerámicos, denominados cangilones
o arcaduces (del árabe qadus), que presentan característicos estrangulamientos o
acanaladuras para su fijación a la estructura de la noria.
Volviendo a la noria cordobesa, este ingenio se
encuentra situado sobre la margen derecha del Guadalquivir y, en origen, se
destinaba al aprovisionamiento de agua para regar las huertas del Alcázar. Hay
referencias documentales al molino desde finales del siglo VIII y estuvo en uso
hasta que la reina Isabel la Católica ordenó su desmontaje en 1492. El
arquitecto Félix Hernández reconstruyó la noria en 1965, y finalmente la que
contemplamos hoy es una nueva recreación instalada en 1994.
La arquitectura del molino responde a diversas adiciones de diferentes épocas, aunque la parte más antigua corresponde a la amortización de fragmentos de un acueducto almohade, del que se pueden apreciar un arco y el arranque de otro. A la arquería andalusí se añadieron los muros de sillería, recorridos por una imposta, y ya en época de Alfonso XI se hicieron unos arquillos mudéjares. Desde el siglo XVI deja su función de riego para convertirse en molino harinero y batán, pasando a manos del Cabildo Catedralicio, quienes construyen el tajamar cilíndrico y otras dependencias. En 1855 fue desamortizado, y tras pertenecer a varios propietarios privados fue embargado en 1914 por el Estado, que lo cedió al Ayuntamiento de Córdoba en 1965.
Los Sotos de la Albolafia son un área declarada Monumento Natural por la Junta de Andalucía en 2001, comprendiendo varias ramificaciones del cauce del río entre barras e islotes, fruto de las fluctuaciones históricas del curso fluvial, que acogen a diversas especies vegetales y animales, especialmente avifauna acuática, además del conjunto de molinos históricos de la Albolafia, de Téllez, de Enmedio y de San Antonio.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario