AL-QASIM B. HAMMUD
Al-Qāsim b. Ḥammūd:
Abū Muḥammad, al-Qāsim b. Ḥammūd b. Maymūn b. Ḥammūd b. ‘Alī b.
‘Ubayd Allāh b. Idrīs b. Idrīs b. ‘Abd Allāh b. Ḥasan b. al-Ḥasan b. ‘Alī
b. Abī Ṭalīb, al-Ma’mūn (El Fidedigno). Marruecos, c.
345-6/958 – Málaga, ša‘bān del año 427/VI.1036. Segundo
califa ḥammūdí de Córdoba, descendiente de ‘Alī b. Abī Ṭalīb y de
Fāṭima, hija del Profeta. Según Ibn ‘Iḏārī, siguiendo a Ibn Ḥayyān, su
califato en dos etapas duró cuatro años y veintitrés días.
Califa hamudí
Biografía
Su
padre, Ḥammūd b. Maymūn, fue un notable de la zona de Arcila de familia árabe
fuertemente berberizada. Su madre se llamaba al-Bayḍā’ (Blanca) al-Qurayšiyya,
hija del tío paterno de su esposo.
En
las primeras semanas que siguieron al asesinato de su hermano ‘Alī
b. Ḥammūd, primer califa ḥammūdí de Córdoba, y el advenimiento de
al-Qāsim, se dio un pretendiente omeya —suscitado en el Levante de al-Andalus
por Jayrān, señor de Almería y el tuŷībí al-Munḏir b. Yaḥyà, señor de Zaragoza,
así como por otros notables—, del que esperaban los cordobeses una restauración
omeya que diera nuevo esplendor al califato ya moribundo, pero no llegó a
cuajar. El flamante califa omeya era un bisnieto de Abderramán III, llamado
‘Abd al-Raḥmān IV b. Muḥammad b. ‘Abd al-Malik, que se había retirado a
Valencia y había sido proclamado califa bajo el nombre de al-Murtaḍà, luego del
asesinato de ‘Alī b. Ḥammūd; mas viendo Jayrān y al-Munḏir que el nuevo
Califa no iba a ser manejable, decidieron antes de ir a Córdoba atacar a los
beréberes zīríes de Granada, a fin de deshacerse de al-Murtaḍà. Dicho y hecho,
dejaron al flamante califa cuasi abandonado ante el ejército beréber, y los dos
fautores califales se retiraron a Almería. Con todo, al-Murtaḍà pudo escapar y
refugiarse en Guadix, donde unos sicarios de Jayrān lo volvieron a apresar y lo
asesinaron.
En
el ínterin, las milicias bereberes ḥammūdíes de Córdoba y Sevilla
proclamaron a al-Qāsim como sucesor, vulnerando, pues, el testamento del
difunto califa ḥammūdí ‘Alī, que había nombrado a su hijo mayor Yaḥyà
heredero presunto y se hallaba entonces en Ceuta.
Al-Qāsim
se apresuró a trasladarse de Sevilla, ciudad de la que era gobernador, a
Córdoba para recibir el juramento de fidelidad de los cordobeses, que se lo
prestaron el martes 4 de ḏū-l-qa‘da de 408/25 de marzo de
1018, tres días después de la muerte de su hermano menor ‘Alī. El nuevo califa
había sobrepasado los 61 años de edad el día de su proclamación.
Yaḥyà,
a quien correspondía la herencia de su padre, no estimó conveniente oponerse de
momento a la proclamación de su tío, pero no descuidó asegurar sus dominios:
Málaga, donde estaba su hermano Idrīs, y las plazas africanas. Al-Qāsim por su
parte designó como heredero a su sobrino Yaḥyà y le dio a su hija Fátima como
esposa. Cuando Yaḥyà más tarde reciba propuestas de los beréberes de Córdoba
que el califa al-Qāsim había postergado, ofreciéndole su apoyo para ocupar el
Trono, entonces Yaḥyà se desplazó a Málaga, enviando a su hermano y
lugarteniente Idrīs a Ceuta.
Mientras,
la capital cordobesa conoció durante tres años seguidos una verdadera paz.
Al-Qāsim no estaba desprovisto de ciertas dotes políticas y su avanzada edad lo
inclinaba a la moderación; de ahí que hasta gozase de cierta popularidad entre
la población. Al hacerse cargo del poder decretó una amnistía general y abolió
las medidas de su hermano ‘Alī, que obligaban, entre otras cosas, a la gente
acomodada a pagar personalmente el equipo y el mantenimiento de un soldado.
Poco a poco se ganó la animadversión de las milicias beréberes, hasta el punto
de que el califa empezó a desconfiar de ellos, por lo que reclutó en el norte
de África mercenarios negros que empleó como guardia de corps. Algunos le
atribuían opiniones ši‘íes; pero no las dejaba transparentar. Su talante
moderado atrajo a la corte a jefes esclavones amiríes de Levante, tales como
Jayrān y Zuhayr, confiándoles el mando sobre sus regiones, Almería al primero,
y Jaén, Baeza y Calatrava al segundo.
Con
el tiempo las relaciones entre el califa y su heredero presunto, su sobrino y
yerno Yaḥyà b. ‘Alī se fueron deteriorando; el segundo se había dado buena maña
para acrecentar sus apoyos (Jayrān de Almería siempre dispuesto a venderse al
señor del momento, le aseguró su participación). Cuando se sintió lo
suficientemente fuerte, se sublevó contra su tío en Málaga, un día de rabī‘
I de 412/15 de junio de 1021, y acto seguido marchó contra Córdoba.
Su
tío al-Qāsim, inseguro de los cordobeses, abandonó la capital el 22 de rabī‘II de
412/5 de julio de 1021 y se fue a refugiar a Sevilla, ciudad de la que había
sido antaño gobernador. Los beréberes se fortificaron en el alcázar de Córdoba
esperando la llegada de Yaḥyà b. ‘Alī, que entró sin dificultades en la ciudad
y tanto los cordobeses como los beréberes se pusieron de acuerdo para
proclamarlo califa. La jura tuvo lugar el primero de ŷumādā I de
412/13 de agosto de 1021.
Mientras
al-Qāsim seguía titulándose califa y emir de los creyentes en Sevilla, y como
tal lo reconocían sus habitantes; lo cual fue piedra de escándalo en al-Andalus
ver reinar a dos califas a la vez. Pronto Yaḥyà no pudo mantenerse en Córdoba,
su desmesurado orgullo le enajenó los apoyos beréberes y sintiéndose amenazado
optó por huir a Málaga. Aprovechó la situación su tío al-Qāsim para volver a
Córdoba de inmediato y entró en la ciudad el martes 17 de ḏū-l-qa‘da de
413/11 de febrero de 1023. Los cordobeses le renovaron el juramento de
fidelidad y al-Qāsim revocó la designación de heredero que había formulado a
favor de su sobrino Yaḥya, otorgando la herencia de su precario califato a su
hijo Muḥammad.
El
viejo califa reinó esta segunda vez siete meses y algunos días, hasta que el
martes 21 de ŷumādā II de 414/9 de septiembre de 1023 la gente
de la ciudad se levantó contra él y sus beréberes, a los que el califa no podía
sujetar. Intentó impedir la llegada de toda clase de víveres y reducir por
hambre a los cordobeses; pero al final al-Qāsim debió abandonar la ciudad para
no volver el 16 de ramadán de 414/2 de diciembre de 1023.
Enseguida
los cordobeses nombraron califa al omeya ‘Abd al-Raḥmān V al Mustaẓhir, hermano
menor del desastroso califa Muḥammad II al-Mahdī, iniciador de la guerra civil
que llevaría al califato de Córdoba a su extinción. En vano al-Qāsim buscó
refugio en Sevilla, esta vez los habitantes le cerraron las puertas y
expulsaron a sus familiares del alcázar; finalmente se refugió en Jerez, donde
su sobrino Yaḥyà pronto vino a sitiarlo, obligándolo a capitular y desde donde
sería conducido cautivo a Málaga. Permaneciendo en ese estado hasta la muerte
de Yaḥyà b. ‘Alī; entonces su hermano y sucesor Idrīs mandó estrangularlo en
prisión, corría el mes de ša‘bān del año 427/junio de 1036.
Era por esas fechas un anciano octogenario. El cadáver fue entregado a sus dos
hijos, Muḥammad y Ḥasan, que a la sazón residían en Algeciras.
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Autor/es
Felipe
Maíllo Salgado
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