lunes, 22 de abril de 2019

MAGDALENAS DE MIEL, PASAS Y MASCARPONE


MAGDALENAS DE MIEL, PASAS Y MASCARPONE



Ingredientes
4 Huevos
200 gr de mantequilla en pomada
200 gr de harina
1 Bolsa de levadura en polvo
100 gr de pasas sin pepitas
150 gr de azúcar
Mermelada de uva de “”PLISTO”,    www.plisto.es
Para la decoración:
125 gr de mascarpone
75 gr de miel
12 Avellanas u otro fruto seco para decorar, una uva, etc.

Elaboración
En un bol mezclamos los huevos con el azúcar, batimos muy bien hasta que estén espumosos y doble su volumen. Añadimos la harina con el sobre de levadura, mezclamos bien y vamos añadiendo poco a poco la mantequilla, mientras mezclamos muy bien hasta integrar  los ingredientes y tener una masa con una textura homogénea.

Añadimos las pasas, mezclamos bien para que toda la masa tenga bien incorporadas las pasas.

Precalentamos el horno a 180º.

En moldes de magdalenas que sean bonitos, ponemos una cucharada de masa y sobre ella una cucharadita de “mermelada de uva” de “PLISTO” www.plisto.es, sobre esta otra cucharada de masa, así hasta terminar la masa.

Metemos en horno  durante 20, minutos, luego sacamos y dejamos enfriar.

En un bol, mezclamos el mascarpone con la miel hasta obtener una masa pastosa.

Untamos las magdalenas con esta  mezcla  las magdalenas y sobre ellas un chorreoncito de miel, y encima una avellana o lo que más nos guste, yo he puesto avellanas que es lo que tenía a mano.

Riquísimas, sobre todo para los más golosos, pues con la mermelada de uva en la magdalena, le da un sabor diferente y exquisito.

¡Buen provecho!


LOMO DE BACALAO ASADO CON HIERBAS Y MOSTAZA


LOMO DE BACALAO ASADO CON HIERBAS Y MOSTAZA

Si hay algo típico en la gastronomía andaluza en Semana Santa, son los platos elaborados con bacalao, y si para ello usamos bacalao de “EDERPESCA Y DERIVADOS S.L. (Bilbao)” www.ederpesca.com , bacalao importado de las aguas frías del Atlántico Noreste, de Islandia e islas Feroe, la calidad, el sabor y la textura de este, hacen que las recetas resulten exquisitas.



Ingredientes
400 gr de bacalao desalado de “Ederpesca” www.ederpesca.com
8 Tomates cherry
1 Cucharada de mostaza vieja
1 Cucharada de albahaca picada
1 Cucharada de aceite de oliva virgen extra
1 Cucharada de perejil picado
3 Cucharadas de pan rallado
Sal
Pimienta negra recién molida

Elaboración
Precalentamos el horno a 180º.

Cortamos el bacalao en porciones y lo colocamos en una fuente para horno debidamente engrasada, salpimentamos.

Esparcimos la mostaza vieja sobre las porciones de lomos de bacalao.

En un bol con el aceite, las hierbas y el pan rallado, lo mezclamos bien, y untamos con esta mezcla los lomos  de bacalao.

Cortamos los tomates y los colocamos en la fuente donde están las porciones de bacalao, y cubrimos también con la mezcla  de hierbas y pan rallado.

Metemos la fuente en el horno y horneamos durante 15 minutos aproximadamente.

Servir cada porción de lomo en su plato y sobre el rociamos un poco de aceite de oliva virgen extra, acompañado si deseamos con puré de patatas.

¡Buen provecho!

miércoles, 10 de abril de 2019

MAGDALENAS AMOR DE PRIMAVERA


MAGDALENAS  AMOR DE PRIMAVERA



Ingredientes
1 sobre de levadura en polvo
6 cl de nata liquida
Perlas de azúcar multicolor
200 gr de queso de untar
3 Cucharadas de leche
150 gr de azúcar glas
100 gr de frambuesas
3 Huevos
Una pizca de sal
150 gr de chocolate negro
100 gr de mantequilla
150 gr de harina
100 gr de chocolate blanco

Elaboración
Precalentamos el horno a 180º.

En una cacerola derretimos la mantequilla a fuego muy bajo, cuando comience a derretirse agregamos 100 gr de chocolate negro, y dejamos que se derrita... Retiramos del fuego y dejamos enfriar 1 minuto, añadir los huevos y la leche y mezclamos muy bien batiéndolos enérgicamente.

En un bol, mezclamos la harina, el azúcar, la levadura en polvo, la pizca de sal y los 50 gr de chocolate negro restante, mezclamos bien, y añadimos la preparación de chocolate y mantequilla, batimos muy bien para integrar todos los ingredientes.

En una placa de horno, ponemos los moldes de magdalenas y sobre ellos ponemos una cucharada de masa. Untamos con la masa de frambuesas, previamente trituradas, cubrimos con el resto dela masa 2/3 partes de cada molde. Metemos en el horno durante 15 minutos, sacamos y dejamos enfriar.

En una cacerola, al fuego, ponemos la nata liquida y llevamos a ebullición, retiramos del fuego y añadimos el chocolate blanco picado, dejándolo enfriar unos minutos.

Vertimos sobre un bol y batimos enérgicamente y agregamos el queso, mezclamos muy bien y dejamos reposar en el frigorífico 1 hora.

Con la ayuda de una manga pastelera con boquilla de estrella, adornamos las magdalenas con la crema de chocolate blanco, espolvoreamos con las perlas de azúcar multicolor, colocando en el centro una frambuesa (o fresa si se desea s/gusto).

Servir frio.

¡Buen provecho!

ENSALADA DE PIMIENTOS ASADOS Y TOMATES


ENSALADA DE PIMIENTOS ASADOS Y TOMATES



Ingredientes
2 pimientos asados (rojo o amarillos, para darle color a la ensalada) pelados y limpios.
4 Tomates en rodajas
6 Tomates secos (en aceite) picados
3 Filetes de anchoas picados
3 Cucharadas de alcaparras
1 Cucharada de piñones (opcional)
12 Aceitunas negras sin hueso
85 ml de aceite de oliva virgen extra
1 Cucharada de vinagre balsámico
1 Cucharada de jugo de limón natural
1 Cucharada entre ajo y perejil, muy picado
2 Cebolletas frescas picadas
Sal
Pimienta negra recién molida

Elaboración
Cortamos los pimientos en gajos, y los colocamos en un bol grande, cortamos los tomates y añadimos a los pimientos, añadir los tomates secos bien escurridos de aceite, agregamos las anchoas, las alcaparras, los piñones (opcional), y las aceitunas negras, removemos bien con cuidado.

En un bol aparte, ponemos el aceite de oliva virgen extra, el vinagre balsámico, el zumo de limón, el ajo y el perejil, las cebolletas picadas, salpimentamos al gusto. Removemos muy bien para integrar todos los ingredientes.

Esta vinagreta la vertimos sobre la ensalada. Removemos bien, y ponemos en el frigorífico 1 hora aproximadamente.

Servir en platos bien fresquita.

¡Buen provecho!

CREPES


CREPES



Esta receta es para hacer unos ricos  “crepes”, que nos servirán para hacer, dulces o saladas recetas, según el relleno que deseemos.

Ingredientes
300 gr de harina
3 Huevos
3 Cucharadas de azúcar
2 Cucharadas de aceite
50 gr de mantequilla
60 cl de leche
5 cl de ron

Elaboración
En un bol, ponemos  la harina, añadimos, el aceite, la mantequilla, el azúcar, mezclamos suavemente con una varilla, añadiendo la leche a medida que vamos batiendo, hasta obtener una masa consistente, liquida ligeramente espesa.

Calentamos una sartén antiadherente, untamos en fondo con una pizca de mantequilla, o bien pasando cada vez que vayamos a echar la masa unto con tocino (yo lo hago así). Vertimos un cucharon de masa y extendemos por toda la superficie del fondo de la sartén, y esperamos a que este cocido por un lado, antes de darle la vuelta y cocerlos por el otro. 

Siempre a fuego lento.

¡Buen provecho!

MUJERES DE AL-ANDALUS



MUJERES DE AL-ANDALUS

La situación de la mujer en el mundo islámico es uno de los temas más controvertidos y analizados. La causa se encuentra sin duda en las medidas fuertemente represoras que algunos países ponen en vigencia, merced a las interpretaciones que del Corán y los Hadits hacen las autoridades de unos países donde las decisiones políticas y religiosas se encuentran indisolublemente unidas.
La mujer aparece como la gran perdedora, una vez más, en el juego de la vida social, la gran víctima de las medidas que controlan los espacios y los poderes. Una y otra vez ve desaparecer sus posibilidades de seguir avanzando en una vía que le facilite el acceso a su propio papel y a ser ella misma, sin subordinaciones ni concesiones. Si el esfuerzo que, todavía hoy y después de todas las revoluciones y transformaciones, tiene que hacer la mujer en Occidente para que su condición femenina no sea una circunstancia condicionante para su quehacer en la vida social es enorme, se nos aparece como titánico y a veces heroico el que debe de aplicar la mujer en los países islámicos en general, sin más matizaciones.

No es extraño entonces que cualquier testimonio que nos aporte la historia sobre la forma positiva en que se ha resuelto el eterno dilema del papel de la mujer sea bienvenido y a veces mitificado. Tal ha sucedido con el caso de al-Andalus y la forma en que en ese espacio-tiempo casi mítico, se logró que la mujer adquiriese un protagonismo y una influencia, insólitos en aquellos siglos oscuros de la Edad Media y en aquel mundo islámico, tan condicionado por una manera de ver el mundo que interpreta el papel de la mujer como secundario y siempre supeditado al hombre.
Para algunos historiadores, la mujer al-Andalus gozaba de una libertad y una capacidad de acción casi iguales, sin precedentes y sin posible parangón en el resto de Europa. Estudios más desapasionados y menos influidos por el mito del paraíso perdido han podido determinar que tal estimación es en sí por lo menos, exagerada. El conocimiento del papel que jugó la mujer en al-Andalus se encuentra limitado por la falta de datos sobre aspectos socioeconómicos y de vida cotidiana y a la vez no se debe contemplar como un todo homogéneo, dado que existen importantes matices que diferencian, por ejemplo, el ámbito rural, el urbano, la mujer árabe o la mujer beréber, la de la clase superior o la del vulgo.
Como ha dicho Santillana, "desde el punto de vista religioso y ético, la mujer musulmana es igual que el hombre; tiene los mismos deberes morales y religiosos; en la vida futura, al hombre y a la mujer le esperan los mismos castigos y las mismas recompensas ( .. ) Pero si en el terreno religioso y moral musulmán la mujer es igual que el hombre, en el terreno civil, es decir político y jurídico, se la considera bastante inferior, tal y como señaló lbn faldum". A la vista está que las interpretaciones de los mandatos coránicos han ido recibiendo el sesgo que se les ha ido dando, inclinando la balanza la mayor parte de las veces en contra de esa consagrada igualdad entre el hombre y la mujer.
En el plano social y de la comunidad, más allá de las declaraciones de principios o de las normas dictadas, destaca un hecho que quizá explique muchos de los factores que afectan a las actuaciones femeninas en la historia de al-Andalus, aunque no con carácter exclusivo: en la concepción del mundo propia del Islam, no sólo hay una separación controlada entre el mundo femenino y el mundo masculino, sino que, previamente, existen esos dos mundos separados, con sus especificidades, sus territorios acotados, sus rituales y reglas internas de funcionamiento.

Más allá de los criterios de igualdad o superioridad que prevalezcan, a través de las interpretaciones de las escuelas jurídicas, el hecho cierto es que se concibe la existencia de un universo exclusivamente femenino, en el cual la mujer, en tanto que tal, desarrolla unas cualidades que le son propias, para las cuales está especialmente dotada y que realiza más eficazmente que el hombre. Ese mundo femenino ha sido y es en el Islam, el caldo de cultivo del que surgen las obras y las protagonistas, a veces como una manera organizada de elaborar las respuestas que la sociedad masculina requiere de las mujeres, a veces como ámbito de actuación de las mujeres mismas. Ninguna cultura como la islámica ha dedicado tanta atención a la mujer ni ha puesto tan de relieve su presencia en el complejo tejido de las relaciones sociales.
No hay que considerar que el mundo femenino islámico se encuentre como encapsulado del conjunto social, sino que es receptivo y refleja los parámetros vigentes, respondiendo a su vez con sus propias creaciones específicas De ahí que cuando citamos esos nombres femeninos singulares que destacaron en determinados campos, no debemos considerarlos aisladamente del universo exclusivo en que aparecieron, ni de su interrelación con el mundo masculino propiamente dicho, más o menos dispuesto a reconocer la significación de las obras de las mujeres.
Historiadores árabes, como lbn al-Abbar y al-Marrakusi en sus diccionarios biográficos, nos han dejado relaciones de nombres de personajes que estuvieron vinculados con algún aspecto del conocimiento, tanto por lo que se refiere a las ciencias religiosas como a las profanas. Hay también relaciones biográficas dedicadas a recoger ese protagonismo femenino en el mundo de la cultura, tales como la de Maslama b. al-Gasim y Abu Dawud al-Muqri. Dichas relaciones incluyen ciento dieciséis nombres de mujeres que "hicieron algo" en alguna de las ramas del saber: poetisas, lexicógrafas, copistas, gramáticas, ascéticas, juristas, matemáticas, médicas y astrónomas. De todas ellas, el grupo más numeroso es el de las que se dedicaron a la poesía (unas cuarenta). Las noticias que se nos dan de estas mujeres son muy limitadas y en ocasiones meramente testimoniales. Sin embargo, podemos considerar como significativo el hecho de que haya existido un empeño en reflejar las obras de estas mujeres por parte de los autores masculinos de las biografías, lo cual se justifica en una sociedad que, por lo menos, valora la presencia femenina en determinados ámbitos culturales, además de su efectiva participación. Tampoco hay que hacerse demasiadas ilusiones sobre dicha significación, pues tras el análisis de las referidas reacciones biográficas se desprende que adquirieron ese protagonismo ante la falta de hermanos varones, o siempre al amparo de padres ilustrados, y desarrollaron su actividad mayoritariamente en los círculos familiares o específicamente femeninos.

Si tenemos en cuenta el corto alcance de las conquistas femeninas en los ámbitos de la vida cultural, todavía hoy en nuestras sociedades contemporáneas, la presencia de estas mujeres en la historia de la cultura andalusí resulta especialmente significativa, más aún dentro del contexto con que enmarcamos a la sociedad musulmana medieval y sus correspondientes estereotipos, muchas veces dictados por realidades más cercanas en el tiempo y pertenecientes a ciertos países islámicos.
El caso de las poetisas de al-Andalus merece una consideración aparte, por lo que representa de aportación de las mujeres a la cultura andalusí y a la vez por resultar significativo, como florecimiento de un mundo femenino particular y vuelto sobre sí mismo. De las 116 mujeres recogidas por la profesora Mª Luisa Avih, cuarenta y cuatro cultivaron la poesía, en mayor o menor medida, con mayor o menor dedicación, dentro o fuera de un contexto de cultura literaria global. Se trata de una proporción ciertamente alta, que viene a confirmar la tradición musulmana que asigna a la mujer cualidades especiales para la práctica de la música y la poesía. En efecto, son las artes a las que más debe su esplendor la civilización islámica en general y la cultura andalusí en particular. De la mayoría apenas sí contamos con unas pocas líneas, que han quedado como testimonio de su quehacer literario. Otras han pasado a formar parte de la imagen ampliada de unas mujeres que dejaron huella en la vida cultural andalusí y sirven de referencia casi obligada, y no solamente en un contexto exclusivamente femenino, sino general.
Nació en Córdoba el año 994 y era hija del califa al-Mustakfi. Su posición privilegiada en lo social le da un carácter excepcional, aunque la personalidad de Wallada hubiese destacado de todos modos. Como apenas se conservan nueve poemas suyos, de los cuales cinco son satíricos, se ha visto rodeada de una cierta fama de atrevida y mordaz. Además algunas alusiones un poco subidas de tono, en sus versos, seguramente unidas a las represalias de sus enemigos, motivaron que pasara a la historia como inmoral y libertina, a lo cual contribuye el hecho de que no se casó nunca, y se le conocieron varios amantes. En las referencias biográficas, aunque un tanto tendenciosas, que existen sobre ella, y también por los versos de su amado, el poeta lbn Zaydun, podemos percibir una Wallada sensible y refinada, que reunía a literatos y pensadores de la Córdoba califal, con el espíritu que, varios siglos más tarde, se dio en los salones parisinos de los siglos XVII y XVIII.
Como si se tratase de una divisa, que proclamaba su independencia y sentido de libertad, llevaba estos versos suyos bordados en su túnica:
"Estoy hecha por Dios para la gloria, y camino orgullosa por mí propio camino. Doy poder a mi amante sobre mi mesilla y mis besos ofrezco a quien los desea".
Dos siglos más tarde, en Granada floreció Hafsa al-Rukkunyya, famosa por la elegancia de sus versos, y por haber protagonizado una doble historia de amor, con el poeta Abu Yaffar y con el gobernador almohade de la ciudad. Estos apasionados romances simultáneos inspiraron ingeniosos cruces de poemas, donde se asoman románticas alusiones a los celos, el secreto de los encuentros, e incluso el temor, porque uno de los dos amados de Hafsa tenía derecho de vida y de muerte sobre todos sus súbditos y la vida de Abu Yaffar corría peligro, cosa que efectivamente acabó confirmándose en un trágico destino.
La última parte de la vida de la poetisa estuvo dedicada a la enseñanza, en Marraquech, capital del imperio almohade, donde fundó una escuela en que aprendían las mujeres del harén las artes de la caligrafía y la poesía, en la corte del califa al-Mansur.

La evocación de sus amores parece reflejarse en este poema, con románticas metáforas, que tituló Relámpago:
"Preguntad al relámpago tremolante, mientras la noche está en calma, cómo es que me produce debilidad, al recordar a mis amados. Su efecto ha sacudido en mi corazón un pálpito y la abundante lluvia de su nube, me hizo llover el párpado".
La imagen de la poetisa andalusí, de corte, ilustrada, que personifica Wallada tiene su contraparte en esta granadina que vivió en el siglo XI o XII y se hizo famosa por su ingenio y su habilidad con la sátira. Nazhun mereció un elogio muy significativo por parte de sus contemporáneos, pues lbn Said, a quien debemos otras referencias de mujeres escritoras, dijo de ella que "sus poemas a veces eran superiores a los de los hombres".
La habilidad de los poetas en Al-Andalus se ponía a prueba en una costumbre que practicaban los amantes de los juegos metafóricos y el ingenio condensado en unos pocos versos. Consistía en comenzar un poema y lanzar el reto a alguien para que lo continuase. Existen numerosas anécdotas en ese sentido y de cómo tanto hombres como mujeres cultivadores de la poesía alcanzaron la fama y el prestigio por haber sabido aprovechar la oportunidad que les brindaba el destino de lucirse ante algún notable o gobernante con su pericia versificadora. Tal le sucedió precisamente a la granadina Zazhun, que supo demostrar su espontaneidad ante el gran poeta al-Kutandi, cuando éste visitó al poeta ciego al-Majzumi, que estaba dando lecciones a la poetisa. Al-Kutandi propuso al ciego que continuase este verso: "Si tú vieras a quien hablas...". Como al-Majzumi titubease y no acertase a encontrar las palabras adecuadas, Nazhun se le adelantó y siguió así el poema:
"Mudo quedarías del fulgor de sus alhajas. Brota la luna, en su cuerpo, por doquier y, en su ropaje, la rama juega".
Un verso dicho a tiempo y en un rasgo de espontánea inspiración fue el que le valió a la lavandera Rumaikyya el amor del rey de Sevilla, al-Mutamid, cuando supo acabar el poema que había iniciado el rey poeta, mientras paseaba junto a sus cortesanos, por la ribera del Guadalquivir. Al menos así lo quiso la tradición y la leyenda, consagrando una escena que resume el refinamiento culto de los tiempos dorados de al-Andalus.

- Autor: Mª Dolores Fernández Fígares - Fuente: Webislam


Publicado por al-Andalus en 3:23 


martes, 9 de abril de 2019

RELACION AFECTIVA MUJER Y HOMBRE EN AL ANDALUS


RELACIÓN AFECTIVA MUJER Y HOMBRE

En cuanto a la relación afectiva que unía a los dos sexos, hemos de señalar que en al-Andalus se alcanzó un profundo nivel amoroso. Los hombres y los jóvenes se entretenían en lugares públicos haciendo la corte a las mujeres y lanzándoles los mejores piropos.

Tampoco faltan datos sobre relaciones apasionadas, amorosas o sexuales, que se dispensaban por amor o simplemente por placer entre hombres y mujeres. Mencionaremos, a modo de ejemplo, un fragmento del jurisconsulto Ibn Hazm sobre la virilidad de algún hombre que, aunque era feo de aspecto y tenía mal carácter, más de una mujer estaba perdidamente enamorada de él. Cada vez que adquiría alguna nueva concubina, ésta no le ocultaba el odio que sentía hacia su desgraciada y poco afortunada persona. La joven mantenía durante días el sentimiento de rencor hacia su amo, hasta que éste lograba llevarla a la cama. Haciéndole el amor una vez tras otra, no tardaba en conquistar su corazón, llegando la concubina a enamorarse locamente de él. Y cuando algún amigo le preguntaba por las razones del éxito que tenía con las mujeres, él decía que: "sólo Dios sabe que soy muy lento en eyacular. En mi compañía, la mujer alcanza su orgasmo e, incluso, llega a alcanzarlo por segunda vez antes de que yo logre el mío. Una vez acabado el coito, mi órgano permanece en perfecta erección, durante un buen tiempo. En el transcurso del acto, mi pecho no aplasta el suyo, salvo si tiene como objetivo abrazarlo. Según sube mi pecho, baja mi trasero".

Disponemos de algunas referencias textuales sobre la homosexualidad (al-qatm) en al-Andalus. Notable era el número de maricones (al-qutama') y mariquitas (al-mujannathin) que había en Córdoba y Sevilla, llegando éstos a tener sus propios barrios, como el conocido con el nombre de derb Ibn Zaydun en Córdoba. Entre los célebres homosexuales de la Córdoba califal, mencionaremos al llamado al¬haydura, es decir, la alfombra de piel de borrego. En Sevilla fue célebre entre la alta sociedad literaria un chaval invertido que cobraba cincuenta dinares por hacer el acto sexual. Tampoco faltan noticias sobre el lesbianismo (al-sihq), distinguiendo entre las mujeres lesbianas que imitaban al macho de las consideradas hembras.

Dejando aparte las prostitutas contratadas en hospederías y alhóndigas, abundan las referencias que aluden a cortesanas (al-zawani), rameras (al-bagaya) y putas (al-qihab) que frecuentaban bares y lugares de placer, sin contar con las que tenían sus chulos o que entablaban amistad con vagabundos, criminales y delincuentes. Se mencionan también las salidas que hacían algunas mujeres consideradas de buenas familias para ser prostituidas.

Más datos tenemos sobre las alcahuetas y el arriesgado papel social que ejercían. En algunas descripciones poéticas se destaca su habilidad oral, con la cual casi lograban unir el agua con el fuego. Los mismos sacerdotes cristianos fueron más de una vez acusados de mantener relaciones sexuales, homosexuales o heterosexuales. En las fuentes se hace mención también al embarazo ilegal y a madres que mataron a sus bebés. Otras noticias nos acercan a la gente que carecía de afecto y a los que convivían en continua continencia sexual, así como a aquellos que llegaron a mantener relaciones sexuales con animales. Muy esclarecedor sería sacar a la luz el legado estético y pornográfico árabe medieval que permanece en buena medida en el olvido o considerado como un tema tabú, contrariamente a lo que opinaban los sabios medievales.
Publicado por al-Andalus en 9:48 

LEYENDA DELPATIO DE LOS LEONES. ALHAMBRA DE GRANADA


LEYENDA DEL PATIO DE LOS LEONES

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, llego desde África una princesa muy bella, inteligente y sensible, se llamaba Zaira, y venía acompañada por su padre que era todo lo contrario frío, cruel, tacaño y muy malvado.
La princesa venía muy ilusionada  a Al-Andalus, pero cuando llegó a la Alhambra y se alojó allí, quedó totalmente encantada con el lugar.

Andaba feliz, por sus jardines y paseos, le gustaba sentarse largas horas junto a sus fuentes y bañarse en sus albercas.
Pero su padre aborrecía todo aquello, sentía nauseas a cada paso y odiaba cada rincón, andaba farfullando palabras desagradables sobre todo y sobre todos.
Zaira estaba recluida en la Alhambra, su padre el rey no la dejaba salir a la calle ni hablar con nadie.
Además le había dado un extraño talismán que la obligaba a llevar colgado de su cuello.
Un día Zaira, se hallaba sentada en su rincón favorito de uno de los jardines, rodeado de fuentes, cuando saltó un muchacho la valla. Zaira se sobresalto pero el chico le dijo que no se asustara, que siempre la veía pasear por los jardines y que estaba perdidamente enamorado de ella.
Ella le dijo que se fuera inmediatamente que si su padre le sorprendía le cortaría la cabeza sin pensarlo, él o cualquiera de sus 11 hombres de confianza.
El chico, que se llamaba Arturo, se fue pero le prometió que volvería.
Y volvió... pero el rey le vio y le apresó encerrándolo en una mazmorra.
Zaira andaba desconsolada pensando que matarían a su único amigo, bagaba de habitación en habitación sin saber que hacer, hasta que llegó a la de su padre. Sobre la mesa, había un libro abierto.
Era un diario. Sin apenas darse cuenta comenzó a leer en una pagina cualquiera. Tenía fecha de cuando ella tenía un año y leyó sin pestañear:
  "Ya he matado al rey y a la reina. De la princesa Zaira me he apiadado. Gracias a mis 11 hombres, he conseguido ocupar el trono. Ahora creerá que yo soy su padre. Espero que la princesa no se entere nunca del maleficio de su talismán."

Zaira, confusa, llamó al rey y a sus 11 hombres y los reunió en el patio donde ella solía estar. Llorando, le preguntó al rey si aquello era verdad. El rey, convencido de que con sus 11 hombres al lado, Zaira no podía ni tan siquiera tocarlo, le dijo que era verdad. En ese mismo instante, Zaira recordó que su madre, le había echado un maleficio a su talismán: el día que Zaira supiera la verdad, al rey y a sus 11 hombres, les pasaría algo terrible. En ese momento el amuleto se activó. Zaira, sentía la rabia de un león, y eso dio lugar a que el talismán convirtiera al rey y a sus 11 hombres, en leones de piedra.
Desde entonces, a ese patio se le llama el "Patio de los Leones" y su fuente tiene 12 leones que son el malvado rey y sus secuaces.
Zaira rescató a Arturo y vivieron felices para siempre

Publicado por al-Andalus en 7:57 

ESTÉTICA Y VIDA AFECTIVA


ESTÉTICA Y VIDA AFECTIVA

Para consolidar la posición activa de la mujer dentro de la institución familiar, era costumbre entre los andalusíes otorgar a la novia regalos en forma de propiedades inmobiliarias, locales comerciales o centros artesanales mediante contratos jurídicos denominados al¬siyaqa. A continuación, el padre de la novia debía ofrecer a la recién casada los regalos matrimoniales del ajuar (al-swvar). La tradición consistía en mantener un cierto equilibrio entre lo ofrecido por el futu¬ro marido y por el padre de la novia en cuanto al valor material de sus respectivas ofrendas.

Los contratos matrimoniales no se firmaban según un modelo uniforme para toda la gente, como sucede en las actuales sociedades musulmanas, sino que se ajustaban tras llegar a un acuerdo sobre las cláusulas por ambas partes contratantes. Se trataba más bien de un acuerdo de carácter civil, cuyas condiciones debían ser respetadas durante toda la vida matrimonial bajo el control del juez.


Numerosos son los casos de mujeres que lograron repudiar a la segunda esposa con la que su marido había contraído matrimonio sin solicitar su opinión, simplemente porque habían previsto en su propio contrato matrimonial conservar dicha facultad. Tampoco carecemos de datos sobre mujeres que consiguieron repudiarse contra la voluntad de su esposo por haber incluido dicha cláusula como condición en su acta matrimonial.

Señalemos que la virginidad no figuraba normalmente como cláusula necesaria en las actas matrimoniales
. Más importancia tenía el estado jurídico de la mujer dispuesta a contraer matrimonio, como era ser soltera (bikr), divorciada o viuda. Se menciona la virginidad (al¬`udra) como condición solamente en el caso de que fuera solicitada por el marido y acordada por el matrimonio. Es cierto que los notarios so-lían distinguir en la redacción de las actas la mujer soltera (bikr) de la señora que había perdido su virginidad por un matrimonio anterior (thayyeb). Sin embargo, sólo la gente ignorante de la `amma confundía a la joven soltera que nunca había tenido marido (bikr) con la mujer que había conservado voluntariamente su virginidad ('adra'). Se trataba más bien de una discordancia conceptual del término virginidad, que aunque contenía un valor ético y social, no tenía ningún efecto legal. En numerosos casos los padres y tutores acudieron al notario para hacer constar en acta la pérdida natural o accidental de la virginidad de sus hijas preparadas para contraer matrimonio como solteras, tal como se recoge en el formulario notarial del algecireño al-Yaziri.
Produce estupor la interpretación negativa que se ha venido dando en Europa de la condición de la mujer en al-Andalus. Basta echar un breve vistazo sobre la situación de la mujer en las sociedades de Europa, incluso en los reinos cristianos del norte peninsular durante los siglos X y XI, para advertir que se trata más bien de una postura demagógica sin fundamento.

La mencionada interpretación, tan anacrónica como confusa, se empeñó en investigar el origen del adelanto social en al-Andalus a través de una lectura en los logros conseguidos por las sociedades europeas modernas, gracias a los fundamentos de la revolución francesa e industrial. Y para consolidar los resultados de esta desafortunada metodología, los mencionados ensayos se centraron en la existencia de algunos versículos del Corán y de la tradición atribuida al profeta, a través de las más oscuras interpretaciones teóricas realizadas por jurisconsultos tardíos de escasa credibilidad científica. Pocos son los trabajos de investigación sobre la historia concreta de la mujer en al-Andalus o en otros territorios de la Dar al-silm.

Las mujeres de la `amma gozaban, como los hombres, de libre acceso a los mercados, zocos, plazas y vías públicas sin prohibición alguna. Se reunían en los zocos de las telas y las hilanderías, en las orillas del río. Además, podían acceder a los baños públicos en unas horas determinadas. Tanto en Córdoba como en Sevilla, las mujeres participaban en la celebración de las fiestas y festivales y acudían a las explanadas, jardines y oratorios para disfrutar de los mejores momentos de ocio. En una noticia dada por Abu-l-Walid al-Tartusi, éste señalaba que en Córdoba los hombres salían en grupos con las mujeres para pasear. Y en Sevilla, las mujeres se reunían al borde del río para lavar la ropa y conversar en prosa, recitar poemas y contar chistes en compañía de los hombres. Mujeres y hombres paseaban con frecuencia en la prade¬ra de la plata, en el jardín de la novia y en el recreo de Alfunt, junto a la gran alberca.

Sólo las mujeres de las capas más altas de la sociedad no salían de casa. No se trataba de una cuestión religiosa, sino de tradición, según nos aclara el sabio erudito y jurisconsulto de la escuela malikí Ibn Rushd. Cuanto más categoría social tenían, más espeso era el velo con que se ocultaban al resto de la sociedad, a juzgar por una serie de datos textuales que hemos logrado recuperar. Sin embargo, la costumbre consistía en romper con esta tradición durante los días festivos, y sobre todo cuando se celebraban las fiestas mayores. Ni una mujer velada quedaba en aquellos días o noches en clausura dentro de sus casas o palacetes, según las referencias de al-Dabbi y de Ibn Jaqan.

Es cierto que una buena parte de las mujeres se inclinaba por ocultarse, por demostrar modestia, pudor y solemnidad. No obstante, la gran mayoría optó por mostrar su rostro, exponer su gallardía y dar publicidad a sus encantos. Se mostraban más bien moderadas en su forma de vestir y en su expresión corporal, tanto como en su forma de hablar. Era el comportamiento femenino denominado por la `amma como carácter al-mutamandil.

Era costumbre de aquellas mujeres presentarse en las reuniones maquilladas, adornadas y perfumadas. Las peluqueras no escatimaban ningún esfuerzo en embellecer a sus clientes, peinándolas con los mejores moños. Para sacar partido a su belleza, las mujeres se aplicaban exquisitos perfumes (al-`itr), fragancias (asnan), agua de rosas (ma'al-ward) y agua de azahar (ma'zhar). Se depilaban las cejas y las piernas y se pintaban tatuajes con una serie de utensilios como al-minsas, al-mintaj y al-minqas.


La estética rural optaba más bien por los productos naturales: el khol, para embellecer los ojos, la henna, para las manos y los pies, y al-siwak para la dentadura. Para pintar sus labios, las mujeres empleaban las cáscaras del almendro, y sobre todo la planta de al-zu`ayfira', que daba un hermoso color amarillento parecido al azafrán diluido. Las más atrevidas se pintaban con un tipo de carmín de labios de color rojo muy fuerte. Por otra parte, el autor del calendario de Córdoba (yawmiyat Qurtuba) nos aporta algunas noticias sobre el medicamento que se usaba para estrechar la vagina y mejorar la relación sexual. Cabría señalar que la estética figuraba como especialidad médica, cuyos logros reflejan el grado de interés que los andalusíes prestaron a la belleza.

Los hombres también cuidaban su aspecto físico. Utilizaban con frecuencia los productos básicos de maquillaje: el khol, al-swak y la henna. La costumbre consistía en recortar la barba y el pelo de la cabeza despejando las orejas y dejando caer el flequillo sobre las sienes. Pocos eran los que se afeitaban todo el pelo dejando la cabeza y la cara totalmente rapadas, porque aquel aspecto se consideraba como fealdad y falto de gusto. Los mozos de los pueblos se inclinaban por dejarse crecer el pelo.

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