DATILES: EL FRUTO
REMINERALIZANTE (Al-Andalus)
El
dátil como el higo, es uno de los frutos secos emblemáticos del Mediterráneo.
La estación fría es la época natural para degustarlos.
Se
dice que un beduino resiste tres días de marcha con un dátil: “En el primero
como la piel, en el segundo el fruto, en el tercero el hueso”. Lo que para
nosotros puede ser un postre o un
capricho, en el desierto hace posible la vida. Por eso las palmeras datileras
son objeto de veneración allí donde se cultivan. Simbolizan la unión entre el
cielo y la tierra, y su presencia junto a las casas es signo de hospitalidad.
Es el árbol que inspiró las columnas de los templos, el pilar del cielo, según
afirma la palabra griega Phoenix. En muchas mezquitas, como en Córdoba, las
columnas evocan la forma de las palmeras. Y en los paisajes más ásperos, la
dulzura de su fruto augura el paraíso.
La
palmera procede de Mesopotamia (Irak) y es el árbol emblemático de los oasis.
Por eso se dice que han de tener “los pies en el agua y la cabeza en el fuego”
para dar su abundante cosecha.
El
dátil llamado “mana del desierto”, que tiene fama de antiafrodisiaco entre los
pueblos del norte de África, es un fruto rico en calorías, potasio, hierro y
magnesio. Cuando hay que comer fuera de casa son un alimento muy valido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario