sábado, 7 de abril de 2012

Historia de los musulmanes en al-Ándalus. La orientación sur de la Mezquita Aljama de Almeria



La orientación sur de la Mezquita Aljama de Almería


La dirección del templo almeriense estaba alineado conforme a la qibla









Nicho del Minbar en Almería


El muro al que dirigen sus oraciones los musulmanes es el que está en qibla y en él está instalado el mihrab o nicho desde el que se dirige la oración. La llegada a España de Abderrahmán I “el inmigrante”, tendrá como principal consecuencia la fundación del Emirato Omeya en 756, una experiencia política y social cismática dentro de “la comunidad” musulmana. Una experiencia de convivencia entre los seguidores de las tres religiones del Libro (cristianos, judíos y musulmanes) que formalmente nunca rompió con el Califato Abasí, pese a que había exterminado a toda su familia y derrocado a la Dinastía Omeya, trasladando además la capitalidad de Damasco a Bagdad.


En un principio las oraciones de los musulmanes se dirigían hacia Jerusalén, pero al no aceptar los judíos la condición profética de Muhammad (la paz sea con él), se trasladó de modo definitivo la orientación hacia la Kaaba de La Meca. El mandato coránico establece claramente que: “las oraciones deben dirigirse hacia la Ciudad Sagrada de La Meca”.


Al extenderse el imperio árabe hacia los cuatro puntos cardinales surgió el problema de cómo orientar correctamente los mihrabs de oratorios y mezquitas, para así poder cumplir con las indicaciones del profeta.


Los árabes ya habían desarrollado técnicas astronómicas y matemáticas en el siglo VIII, heredadas del mundo greco-bizantino con el que habían entrado en contacto hacía siglos, y que alcanzarían su máximo desarrollo en el siglo X. Por tanto, la orientación de 158º en dirección Sur del muro de qibla de la mezquita de Córdoba (no la de 100º SE que sería la correcta), no fue fruto de un error o de una desorientación, sino algo muy medido y muy intencionado. La hipótesis más extendida es que orientaron la qibla en la misma orientación que las mezquitas de Damasco, que se orientaban y orientan en 164º en dirección Sur. Los 6º de diferencia no parecen demasiados si se tiene en cuenta que la orientaron con los medios de observación y cálculo del siglo VIII, descartando aquellas que están claramente erradas en su orientación, por exceder en demasía los 158º de Córdoba.


Durante años se especuló y se sigue especulando sobre el porqué de esta acción y hacia qué punto buscaban la orientación las mezquitas omeyas. La razón definitiva probablemente no se sepa nunca, entre otras cosas porque no podía hacerse público el motivo, pues se estaba contradiciendo, en un hecho muy importante, al propio profeta de los musulmanes.


Los hadices son los comentarios o dichos con los que el propio profeta Muhammad aclaró algunos puntos dudosos de la revelación coránica. El Hadiz 5º dice: “Quienes sigan con vida después de mi muerte verán muchas discrepancias. Por ello seguid mis enseñanzas y las de los califas rectos y bien guiados que me sucederán. Evitad las innovaciones, pues ellas son un desvío. Cualquier innovación en nuestra religión es rechazada”. Así pues, el cambio en la orientación de la qibla era una innovación y no precisamente pequeña.


La razón debió ser transmitida oralmente, muy al uso de las tradiciones árabes, de emir en emir y de califa en califa. Hasta hace no mucho se pensaba que la única mezquita en dónde se “permitió” esa extraña orientación o desorientación fue en Córdoba, sin embargo, recientes y numerosos estudios procedentes del arabismo español y de las universidades, demuestran que “la herejía” omeya o cordobesa, fue ampliamente secundada. En Córdoba, los restos de la antigua mezquita de Bujalance han permitido saber que la qibla se orientaba del mismo modo, los 158º en dirección SE, sin embargo, la mezquita de Medina Azahara si tenía la dirección adecuada, ciudad cuya edificación fue iniciada por el primer Califa Omeya Abderrahmán III, el mismo que trasladó la capitalidad almeriense de Pechina a la propia Almería.


Cuando el califato omeya fue abatido por los almorávides, desapareció con ellos el motivo de “su cisma”, aunque no su consecuencia. Los movimientos ortodoxos musulmanes del Norte de África, llevaban ya décadas buscando el modo con el que acabar y borrar de la historia el lujo, la ostentación, la tolerancia religiosa y el eclecticismo de “las herejías omeyas”. De hecho, se abatieron con especial saña sobre Medina Azahara, a la que consideraban símbolo de todos los males, y de la que se desconocía su emplazamiento hasta el siglo XX.


Pese a todo, los almorávides primero y los almohades después, siguieron manteniendo las dos tradiciones en cuanto a la orientación de las qiblas, conviviendo tanto la orientación Este o "Coránica" como la orientación Sur o "cordobesa".


La Mezquita Aljama de Almería


La fundación de la ciudad de Almería bajo las directrices del primer Califa Omeya Abderrahmán III, coincide en el tiempo con la fundación de la ciudad de Medina Azahara en Córdoba y mientras en la 1ª se levantó la mezquita Aljama en dirección Sur, hoy Iglesia de San Juan Bautista, en la 2ª levantaron la qibla con una admirable precisión Este, lo que sigue confirmando la intencionalidad, aunque se desconozca el motivo, de esa única experiencia orientativa en toda la historia del Imperio musulmán en Occidente.


La orientación Sur del mihrab de la antigua mezquita almeriense era algo sólo conocido dentro del mundo académico, pero no había trascendido al dominio público ni al de la divulgación periodística. El profesor almeriense Jorge Lirola aporta su descripción en “Almería andalusí y su territorio”, traduciendo para ello la obra del viajero alemán del siglo XV Jerónimo Munzer: “La antigua mezquita de Almería, convertida en iglesia, no sólo es el mayor templo de Almería, sino también uno de los más bellos del Reino de Granada. Está sustentado por ochenta columnas…En el centro del edificio hay un patio plantado de limoneros (no naranjos como en Córdoba), y enlosado de mármol”.


Córdoba creó una tendencia que a su vez se convirtió en una tradición, ampliamente estudiada por la profesora de la Universidad de Barcelona Mónica Rius en “La orientación de las mezquitas en Al-Andalus y el Norte de África”.


En Almería, probablemente la que guarda más restos árabes de todas las provincias españolas, podrían estudiarse tanto la orientación de los muros de las antiguas mezquitas que se transformaron en iglesias como las plantas de aquellas que sólo fueron derribadas, para confirmar qué tendencia siguieron y en qué medida e incorporar todo eso al acervo cultural común de los almerienses.



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