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REYES DE TAIFAS Y
LAS INVASIONES
AFRICANAS. APOGEO DE LA MEDICINA
ANDALUSÍ
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A la caída del califato de Córdoba los reyes de
taifas acogieron a los fugitivos de Córdoba, discípulos de las figuras más
descollantes de los maestros médicos cordobeses del siglo X.
Los reyes taifas de Sevilla y Toledo
fueron los focos más importantes de la ciencia de al-Ándalus. Son discípulos
de Ibn Yulyul, Hasday ibn Saprut y Abulcasis al-Zahrawi.
Después de la conquista de Toledo en
1085 por Alfonso VI muchos de los sabios acogidos en Toledo tuvieron que
acogerse al servicio de al-Mu´tamid de Sevilla. Así le ocurrió al botánico
Ibn Wafid y al primero de los Banü Zuhr.
Dos figuras importantes enlazan la
época de los taifas y la de los almorávides y almohades, que lejos de
significar el principio de la decadencia cultural de al-Ándalus continúan el
desarrollo alcanzado: Avenzoar y la gran figura de Averroes, con la cual se cierra
el siglo XII y de hecho se quiebra la continuidad de la cultura árabe
andaluza. Sólo en el siglo XIV resurgirá en la Granada nazarita con leve
fulgor la medicina y la cultura andalusí.
Fuera de este contexto está la figura
de Maimónides, pues su vida y su obra se desarrollan en el Egipto de Saladino
e hijos, pero como cordobés de fama universal, también le dedicaremos un
estudio a su vida y obra como médico.
Sin embargo Maimónides supo asimilar el
aristotelismo de Averroes, de tal modo que sus discípulos asimilaron su
doctrina a la de Averroes, y se lanzaron a la tarea de copiar, traducir y
comentar los escritos de Averroes. Averroes acaba adoptando la solución
aristotélica cuando ésta difiera de la de Galeno, siguiendo las ideas de
Avicena, en su famoso Canon, un intento muy creativo por encontrar una
síntesis que evitara las antinomias entre Aristóteles y Galeno.
Averroes en el siglo XII, coloca a la
medicina andalusí también llamada árabe occidental a la cabeza de la ciencia
médica medieval. La tradición aristotélica pasó a Europa por Toledo y Sicilia
y no por Salerno como la tradición galénico-alejandrina. Desde ahora la
"fisiología" será cardiocéntrica en vez de cerebrocéntrica. No se
rechaza la tradición galénico-platónica pero sí se reinterpretará desde
Aristóteles.
En al-Ándalus se pasará de un galenismo
ortodoxo alejandrino a un galenismo aristotélico. Es el largo camino, vía
Sydenham, hacia la patología moderna.
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