LA CIUDAD MUSULMANA DE MÁLAGA
En
el año 743 los árabes entran en la ciudad, a la que llaman Mālaqa (مالقة). Su
importancia entonces no es mayor que la de otros asentamientos vecinos como
Bezmiliana o Archidona, capital de la cora de Rayya, demarcación administrativa
que se estableció en el territorio correspondiente a la actual provincia de
Málaga. Con el establecimiento del Califato de Córdoba en 929 y ya como capital
provincial, Mālaqa adquiere mayor importancia, que se incrementa bajo la
dinastía de los Hammudíes, alcanzando su máxima expansión durante la época
nazarí.11
Medina
La
morfología de la Mālaqa nazarí corresponde al modelo clásico del urbanismo
islámico medieval, constituido por la medina, el castillo y los arrabales. El
perímetro amurallado de esta época rodeaba los que en la actualidad se
considera el centro histórico. El eje central de la medina unía la alcazaba con
la puerta de Antequera, conectando la plaza de las Cuatro Calles (en la
actualidad plaza de la Constitución), el zoco y la mezquita mayor. La ciudad se
configura en trazados transversales a este eje central, destacando el eje de
calle Granada, que se extendía desde la citada plaza hasta la salida del camino
real de Granada, a través de la puerta homónima, y que concentraba varias
mezquitas y casas señoriales. El restante sistema viario se caracterizaba por
su trazado sinuoso de calles estrechas, de las que algunas han perdurado hasta
hoy, como es el caso de calle Ascanio.12
Alcazaba y castillo
La
alcazaba se comenzó a construir en 1065 por orden del rey Badis y fue ampliada
en época nazarí. Se sitúa en el lado oriental de la medina y está rodeada por
tres murallas. El recinto exterior albergaba la plaza de armas y contenía los
accesos a la medina. En el recinto interior se situaban las dependencias
palaciegas y un pequeño barrio intramuros.13 La alcazaba estaba comunicada con
el castillo de Gibralfaro a través de un camino protegido por una doble muralla
o coracha, utilizada para el suministro de alimentos de los soldados. El
castillo adquiere su fisionomía definitiva durante el reinado de Yusuf I
(1333-1354), aunque algunas de sus partes estas datadas en épocas anteriores.
Consta de dos recintos amurallados y dos áreas interiores: la alta, donde se
encontraba la mezquita del castillo, un pozo de origen fenicio, baños y la
torre mayor; en la zona baja se situaban las caballerizas y la residencia de la
tropa.14
Complementando
el sistema defensivo de la ciudad existían una serie de torres vigías
esparcidas por el actual término municipal y municipios vecinos, de las que aún
se conservan la torre del Prado, también conocida como torre de Fajardo o torre
de Campanillas, situada junto al barrio de Colmenarejo; la torre de la Quirosa
o de la Alhaja, en la zona de Los Almendrales; y la torre de los Verdiales, en
la zona del mismo nombre. De las torres de Cerrado de Calderón, de San Telmo,
de San Isidro y del Río, sólo quedan algunos restos. Otras torres aún en pie
son de origen cristiano.14
Murallas
La
muralla de la medina comenzó a levantarse en época califal. Arrancaba desde la
alcazaba en línea recta hasta la puerta de Granada, sin envolver a la alcazaba.
Continuaba por el lado sur de la plaza de la Merced y calle Álamos, desde donde
partía el muro que rodeaba al arrabal de Fontanella. Seguía por calle Puerta de
San Buenaventura, entrada al mencionado arrabal, y calle Carretería hasta la
puerta de Antequera. Desde este punto, la muralla se extendía paralela al río
Guadalmedina hasta adosarse a las Atarazanas. Proseguía hasta el castillo de
los Genoveses, situado en la actual plaza de la Marina, y por Cortina del
Muelle hasta alcanzar de nuevo a la alcazaba.11
El
recinto amurallado se abría al exterior a través de varias puertas. Las
mencionadas puertas de Granada (Bab al- Funtanalla), San Buenaventura y de
Antequera (Bab al- Jawja), situadas en el lado norte, siendo la última la
principal entrada a la ciudad. Por el lado del río se abría la puerta del
Puente. Al sur, las puertas del Mar (Bab al- Bahr), Baluarte, Espartería (Bab
al- Faray) y de los Siete Arcos. Y por último las puertas Oscura y de la Caba,
que comunicaban la medina con la alcazaba.11
Arrabales
Al
otro lado del río se situaba el arrabal de los mercaderes de la Paja o arrabal
de Attabanim, correspondiente al antiguo barrio de El Perchel.11 Este arrabal
comenzó a tomar forma durante la época hammudí, habiendo estado anteriormente
ocupado por huertas y pequeñas estructuras para su explotación. Se ha
constatado la extensión del arrabal hacia el norte hasta la calle de La
Trinidad y al sur, hasta la playa, donde han aparecido restos de una muralla.
Tenía un trazado de planta ortogonal, con viviendas organizadas en torno a
patios con pozo, y contaba con canalización de abastecimiento y desagüe, así
como mezquitas y baños. Las actividades principales correspondían a la
industria tintorera y del cuero y las agropecuarias. Se tiene constancia de la
existencia de una residencia real del período almohade destruida durante el
asedio castellano, llamada Qars al-Sayyid, y situada junto a la actual Iglesia
de Santo Domingo, y de la torre de Zamarrilla, situada en calle Mármoles.14
La ciudad conventual
Bajo
la dominación castellana, la ciudad experimenta un cambio de usos y funciones
pero las modificaciones del trazado urbano son muy limitadas y se reducen
prácticamente a la apertura de calle Nueva. Trazada en 1491, esta vía, estrecha
para los estándares actuales, fue pensada para facilitar el tránsito de
mercancías entre la puerta del Mar, en el puerto, y la puerta de Antequera,
situada al noroeste de la zona amurallada, que constituía la entrada principal de
los productos agrícolas de las huertas del interior y alrededor de la cual se
ubicaban los almacenes.12
Con
el cambio de administración, las mezquitas comienzan a ser sustituidas por
iglesias. Sobre los cimientos de la mezquita mayor se empezó la construcción de
la Catedral de Málaga, cuyo arquitecto fue Diego de Siloé. Proliferan las
iglesias y conventos dentro del perímetro amurallado, como son las de San Juan,
los Mártires y Santiago. La primera orden religiosa que se asentó en Málaga fue
la de los Observantes de San Francisco en 1489, bajo el patrocinio de los Reyes
Católicos. Estos fundaron un convento a extramuros de la ciudad, junto al
Guadalmedina, al que llamaron San Luis el Real. A este le siguieron el convento
de los Ángeles, también de la orden franciscana, y el convento de las Clarisas
de la Concepción, construido en 1505.15
Asimismo,
una serie de órdenes religiosas erigieron sus conventos fuera del recinto
amurallado, dando lugar al establecimiento de vías de comunicación de trazado
radial desde la ciudad hasta los nuevos conventos. Dos de estos se construyeron
en los lugares donde se instalaron los campamentos de los Reyes Católicos
durante el asedio a la ciudad. El convento de la Trinidad se ubicó en el lugar
donde estuvo el campamento de Isabel de Castilla, mientras que el convento de
la Victoria se situó en el antiguo campamento de Fernando de Aragón. Los
restantes conventos que dieron origen al sistema radial de caminos fueron el
convento de Capuchinos, el convento de Santo Domingo y el convento de San
Andrés.12
Con
el paso del tiempo, las iglesias y conventos construidos fuera del recinto
amurallado empiezan a aglutinar población, dando lugar a la formación de nuevos
barrios extramuros que a menudo tomaron el nombre de estos conventos e
iglesias, como es el caso de los barrios de La Trinidad o Capuchinos.16 La
expansión de las órdenes religiosas continuó durante todo el siglo XVI y para
el siglo XVII, un tercio de la ciudad estaba ocupada por instituciones
religiosas. Se contaban entonces 15 conventos o monasterios de hombres y 9 de
mujeres.15 Por el contrario, los únicos edificios civiles importantes eran los
hospitales de San Juan de Dios, Santo Tomás y San Julián, el Consulado, la
Alhóndiga y la Casa del Cabildo.17
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