HISTORIA DE RONDA
Ronda
es una de las ciudades más antiguas de España. Sus orígenes se remontan al
Neolítico, según los descubrimientos arqueológicos realizados en su casco
antiguo. Sin embargo, la presencia del hombre por estas tierras es mucho
anterior. De ella son buena prueba una serie de yacimientos en cuevas, entre
los que destaca la Cueva de la Pileta, por ser uno de los mejores exponentes
del arte rupestre del Paleolítico andaluz.
Durante
la Prehistoria Reciente se asistiría a una proliferación de asentamientos por
todo el territorio que, en lo que atañe a los restos que han llegado hasta
nuestros días,quedarán representados por una de sus manifestaciones culturales
de mayor relevancia y monumentalidad, como son las necrópolis megalíticas:
Dólmen del Chopo, de Encinas Borrachas, entre otros.
Será
en esta época, pues, cuando se consoliden igualmente los dos poblados más
importantes de la comarca, Acinipo y Ronda, aunque sus períodos respectivos de
apogeo no se den sino con posterioridad; el primero en época romana y el
segundo en la medieval.
De
la ocupación romana de la Península quedan en nuestro área numerosos vestigios,
entre los que se hallan los descubiertos en la propia ciudad de Ronda. Pero,
sin lugar a dudas, es el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Acinipo
el que goza de mayor importancia,dado el estado de conservación del mismo así
como de algunos de los elementos más emblemáticos de una urbe clásica, como es
el teatro.
Desaparecida
Acinipo, tras el período convulsivo que supuso la caída del Imperio Romano, el
centro de atención se dirigirá hacia Ronda, la cual, aún siendo un núcleo muy
reducido durante la primera Edad Media, será desde entonces la protagonista de
todos los avatares históricos que se dieron cita en este territorio.
De
éstos, el que destaca por su trascendencia y por el legado cultural que nos ha
dejado y que aún es perceptible en muchas de sus manifestaciones (urbanismo,
gastronomía, tradiciones, sistemas de cultivo, etc), fue el período islámico.
Es
en este momento cuando Ronda se configura y consolida como ciudad, llegando a
ser la capital de una de las Kuras (Provincias) en las que se dividió
al-Andalus (la de Takurunna) e, incluso, constituirse en reino independiente
(los llamados reinos de taifas) tras la desarticulación del califato cordobés.
Pero
el papel más significativo, y por el que es mejor conocida, le llegará con el
reino nazarí de Granada, ya que su proximidad a los territorios conquistados
por los castellanos le supondrá eregirse, tanto a la ciudad como a la comarca,
en enclave fronterizo de especial importancia.
Con
la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos(1485) se producirán profundas
transformaciones económicas y culturales que aún hoy es posible apreciar en la
fisionomía de la estructura urbana: apertura de plazas antes inexistentes,
ensanches de calles, etc.
La
ubicación de Ronda en un promontorio rocoso le ha conferido a lo largo de la
historia un marcado valor estratégico y defensivo. En época musulmana se
localizaba la Medina Musulmana, claramente delimitada tanto por la barrera
natural que supone la garganta excavada por el Guadalevín como por las propias
murallas de la ciudad.
De
la importante cerca amurallada conservada debemos destacar la puerta de
Almocábar situada en el sector sur de la medina, construida en el siglo XIII y
reestructurada en el periodo de Carlos V. Esta puerta toma su nombre de la
palabra “Al-maqabir“, cementerio, por estar cerca de la necrópolis principal
extramuros, según costumbre islámica. Fue una de las puertas principales de
acceso a la ciudad y daba entrada al Barrio Alto, actualmente del Espíritu
Santo y a la medina musulmana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario