ةA-XARQIYYA. بسم آلله آلرحمان آلرحيم
Con este nombre se designa desde
hace más de mil años a una comarca. La que mira a la salida del sol, el xarq,
la que queda hacia el oriente en la provincia de Málaga, “LA AXARQUÍA”. En
ella, escondidas como “mudéjar” o “morisco”, se guardan aún muchas de las
esencias que hicieron de Al-Andalus la luz de occidente. Recuperarlas bajo la
dignidad de su identidad andalusí, es la intención de estas páginas, así como
resaltar los valores derivados de aquella época, cuando el sentido de la
existencia humana rolaba en torno a la fe, teniendo en todo momento presente el
nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso.
Cuando Ignacio Olagüe demostró en
1969 que “Los árabes jamás habían invadido España”, le tomaron por un loco. A
día de hoy, cuando dichas tesis han sido comprobadas en base a estudios
genéticos, hay lugar para reconsiderar la historia oficial, la impuesta por
aquellos que conquistaron Al-Andalus y que ha sido mantenida durante más de
cuatro siglos. Esta Historia se basa en dos estafas fundamentales:
La primera consiste en la
invasión armada por parte de ejércitos árabes que sometieron a los habitantes
de la Península Ibérica hasta imponerles la cultura árabe y la religión
islámica. Esta es la justificación que los dirigentes de los reinos del norte,
en gran medida descendientes de estirpes centroeuropeas, utilizaron para
justificar la conquista de los territorios del sur, presentada como una
necesaria reconquista, política y confesional, dirigida por la espiritualidad
del apóstol Santiago “matamoros”.
La segunda es la expulsión de los
andalusíes, de sus legítimos territorios, haciéndoles emigrar a la otra orilla
del Mediterráneo, lo que en aquel tiempo se conocía como tierras de berbería o
“tierras de moros”, de tal modo que se presenta a la actual población de la
Península Ibérica como descendiente de cristianos viejos o de ascendencia
castellano-aragonesa, cuando esta prácticamente se limita a la nobleza, señorío
y cúpula militar de entonces.
Una y otra se han mostrado falsas
e intencionadamente manipuladas. Para un mejor conocimiento de la primera,
recomendamos las obras de Ignacio Olagüe “La Revolución Islámica en Occidente”
y la de Roger Collins “La Conquista Árabe (711-797). Respecto a la segunda,
recomendamos las obras sobre los moriscos de Domínguez Ortiz, Bernard Vincent,
Mikel de Epalza y sobre todo de Govert Westerveld, relativa al caso concreto de
los moriscos de Murcia, pero que es extensible al resto de los territorios de
Castilla o Aragón.
“Sabido que para someter a un
pueblo, es preciso borrar la memoria de su verdadera historia, porque conocerla
implica acumular experiencia o suma de puntos de referencia que permiten
comparar, y en consecuencia elegir, la de todos los pueblos fue adulterada, a
conveniencia del poder. Y destruida la de aquellos que fueron sometidos al
imperio de depredadores, en lo material y por extensión en lo intelectual,
fuesen extraños o propios.” (África Versus América. La fuerza del paradigma.
Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia.)
Es solamente un afán por
facilitar el conocimiento, liberar la Historia y dar carácter de normalidad a
un pasado que siempre se quiso oscurecer y desarraigar. Esto no llevará sino al
entendimiento con la pluralidad que desde siempre habitó estas tierras.
Quiere ser éste un homenaje a
AQUELLOS ANDALUCES, los que dieron nombre al “andalusiyya”, “a-xarqiyya”,
“al-hama”, “al-mihyara”, “mayurqa”, “balansiyya”, “isbiliyya”, “garnata”,…….,
hombres que hicieron de la Península Ibérica el foco de civilización más avanzado
de Occidente, siendo el asiento del posteriormente llamado Renacimiento
Europeo, y que hubieron de abandonar su tierra ante la negación de su cultura
por aquellos que les sometieron. A los que les fue negada su lengua como medio
de expresión, sus propiedades para mayor acúmulo en manos de poderosos y su
religión, como medio de desarraigo y sometimiento social y cultural, daremos
desde aquí, voz tardía y reconocimiento para que sus hijos, tengan elementos de
conocimiento y capacidad con la que recuperar su identidad perdida.
En estas páginas iremos
depositando nociones de historia, la pasada y la presente, relativas a la
cultura andalusí, para que estén disponibles a todo aquel interesado en su
consideración, por si contribuyen a la toma de conciencia de lo que fue el
fracaso de una convivencia y la posibilidad de un progreso en común, a fin de
que las luces y sombras del pasado nos sirvan como referente para el presente.
Un pueblo que olvida su Historia, está condenado a repetirla, un pueblo que la
ignora, está condenado a desaparecer.
Que el Único, el Altísimo, el
Dador de Vida e infinitamente Misericordioso guíe nuestra mano y conciencia
para mantenerlas en el recto camino de la humildad y objetividad.
“No me parece disparatado decir
que Al-Andalus sigue existiendo. No como tal, claro está; sino como una
espléndida y singular muestra de continuidad en la añoranza y en el mundo de
los imaginarios, como una huella que pervive señalando caminos, como una
realidad histórica, mezclada con otras, que infunde inspiración, recrea formas
e informa pensamientos y actitudes. Se adapta a los tiempos y a las modas, y a
los imperativos políticos, sobre una base que, para la Península Ibérica, para
España en particular, y para el Magrib, para Marruecos en especial, orbita en
el eje rocoso y acuático de la frontera del Estrecho de Gibraltar; esa, que es
nuestra frontera Sur para unos y nuestra frontera Norte para otros.” Gil
Grimau, R. “La frontera Sur de Al-Andalus”
http://www.andalucia.cc/axarqiya/
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