LOS SERENOS ANDALUSSÍES DE MÁLAGA
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Francisco Lancha
La inseguridad ciudadana no es
problema de hoy. En la época medieval constituía una plaga contra la que se
veían impotentes las autoridades. En Al Andalus estaba muy extendida,
especialmente en los principales núcleos de población o medinas (ciudades) dotadas
de aljama (mezquita mayor), según el código de Yusuf I, “el vencido de Salado”.
Entre éstas se contaba la medina de Málaga, que se extendía desde la ribera del
río, al oeste, y seguía por las actuales calles de Carretería y Álamos para
enlazar, en la Puerta
de Granada, con la Alcazaba ,
en el monte de Gibralfaro, a cuya falda se remansaba el mar.
Para seguridad de los vecinos se
establecieron unos vigilantes nocturnos, conocidos en Al Andalus bajo el nombre
de porteros, lo que proviene de que en aquel país hay caminos con portales que
se clausuraban bajo cerrojo después de hacerse la noche, según Al Maqqari, en
Kitab Nafh al Tit, en versión de Claudio Sánchez Albornoz, traducción de O.
Machado. Posteriormente, la entrada principal de la casa se denominó portal,
que estaba abierto durante el día y se cerraba por la noche.
En el relato citado se agrega que
en cada calle había un vigilante en cuyo puesto está colgado un farol. Tiene un
perro guardián y armas preparadas para defenderse de la astucia de los
andalusíes, de la malicia de algunos y de su arte de engañar en materia de
fechorías, hasta el punto de que escalan los edificios elevados, abren cerrojos
difíciles y llegan a asesinar al durño de casa por temor de que los denuncie y
luego los persiga la justicia. Añade Al Maqqari que es raro que en Al Andalus
pase un día sin que se oiga que la casa de fulano fue violada ayer o que a
fulano lo degollaron los ladrones en su lecho.
El texto que nos ha servido de
referencia precisaba que el auge o la disminución de estos hechos está en
relación con la energía o la blandura del gobernante, pero aunque incurra en un
exceso de violencia y su espada gotee sangre, no cesan tales actos, habiendo
llegado las cosas a tal extremo que se ha ejecutado a una persona por causa de
un racimo de uvas que robó en una viña; y así por el estilo. Pero, no obstante,
no se acaban los ladrones en Al Andalus. La utilidad de los serenos medievales
malagueños, figura hoy desaparecida, data de varios siglos atrás y no sólo
abrían puertas o portales, sino que demostraron su eficacia como vigilantes de
las zonas urbanas que tenían encomendadas a su protección.
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