MUDÉJARES Y MORISCOS
R.H. Shamsuddín Elía
Los mudéjares
(del ar.: mudayyan = domesticado, domeñado), eran los musulmanes de los reinos
hispanos medievales a quienes se les permitía quedarse en su lugar de
residencia, bajo determinadas condiciones. Esta categoría comenzó a ser común a
partir de la toma de Toledo en 1085.
A partir de ese momento existió la condición de mudéjar,
pero no la denominación. En los documentos oficiales o privados, escritos en
latín y en romance que hacen referencia a los mudéjares, se ignora absolutamente
dicho término, se habla de forma imprecisa de moros o sarracenos. Las morerías
y aljamas en ese tiempo van a ser algo así como ghettos de las ciudades
cristianas, acentuándose con ello el aislamiento de los mudéjares. En el siglo
XV, la política de los reyes de Castilla y Aragón se tornó violentamente
represiva, especialmente con la llegada a Granada del cardenal inquisidor
Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517).
Cisneros
impuso la cristianización de los musulmanes por la fuerza, inició persecuciones,
ordenó la quema de ocho mil manuscritos islámicos en la puerta de Bibarrambla,
en el acceso a la Alhambra ,
en 1499, y expulsar a quienes no se convirtieran al cristianismo. Por esa época
había dos clases de musulmanes: los unos eran mudéjares viejos, y los otros,
los granadinos, nuevos o moriscos. El sociólogo norteamericano Noam Chomsky,
nos dice al respecto: “En 1492, la comunidad judía de España fue expulsada
por la fuerza. Millones de moriscos tuvieron el mismo destino. En 1492, la
caída de Granada, que puso fin a ocho siglos de soberanía musulmana, permitió a
la Inquisición
española ampliar su bárbaro dominio. Los conquistadores destruyeron libros y
manuscritos estimables, riquísimos testimonios del saber clásico, y destruyeron
la civilización que había florecido bajo el dominio musulmán, mucho más
tolerante y más culta. El camino quedó allanado para el declive de España, y
también para el racismo y la brutalidad de la conquista del mundo” (N.
Chomsky, Año 501. La conquista continúa, Libertarias, Madrid, 1993, pág.12).
Los
conquistadores españoles repetirían esos crímenes en América contra las
espléndidas y sapientísimas culturas indígenas mesoamericanas, como en el caso
de la destrucción de los códices mayas por Fray Diego de Landa ( 1524-1579).
El mudejarismo
será el movimiento artístico hispanomusulmán bajo dominio cristiano, que
florecerá en España desde el siglo XIII al XVI, y en sus colonias hasta
principios del XIX con la denominación de “Colonial”. Hoy día, podemos apreciar
las iglesias mudéjares a lo largo y a lo ancho de toda América Latina, desde
Cuba hasta el norte argentino, como la bellísima catedral de la Virgen de la Candelaria , en la
población de Copacabana a orillas del Lago Titicaca, a más de 3.800 metros sobre el
nivel del mar, construida entre 1610 y 1620.
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