Málaga se rinde hoy al día grande de la
reina de los mares.
Lunes 16 de Julio de 2018
VIRGEN DEL CARMEN
Los
marengos y las procesiones, tanto terrestres como marítimas, serán
protagonistas en la capital donde el momento más importante se centra en la
llegada de los tronos al mar cortejados por pescadores y marineros. Ferias y
fiestas en la provincia donde un gran número de municipios pasearán por su
litoral a su Virgen del Carmen
La tradición marcaba que la temporada de baño empezaba el
día de la procesión marítima. Mujeres y hombres vestirán el traje tradicional
de marengo, típico de estas fechas y acompañaran a la virgen en su baño anual.
La Virgen del Carmen despierta
fervor y pasión no sólo en los locales también en turistas y visitantes. Y la
fiesta una vez más estará en todo el litoral malagueño. Así en la capital uno
de los sitios clave será la barriada de El Palo, allí la Virgen saldrá en
procesión desde la Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias hasta su
embarque a las 20.45 horas donde se adentrara en el mar escoltada por una flota
de embarcaciones que recuerda a aquellos que se dejaron la vida en sus mares.
En Pedregalejo la salida de la procesión será a las 18.30 horas desde la
Parroquia Corpus Christi, se encaminará a la desembocadura del arroyo de los
pilones, donde tendrá lugar el embarque, acompañada por la banda de música de
la Paz
Una procesión marcada por nuestras tradiciones malagueñas.
Viva la Virgen del Carmen
La Virgen del Carmen es alérgica al boato y encorsetamiento de la Semana
Santa, huye de los romeros de las afueras para mezclarse con su gente por
barrios pesqueros y cascos antiguos
Javier Muriel Navarrete 18.07.2018
| 05:00
España tiene casi
6.000 kilómetros de costa, un regalo ecológico que es punto de salida de los
pescadores de este país, puerto de atraque del que se fue, zona de espera de
quienes añoran a los que buscaron ventura en ultramar, y lugar de celebración
de la devoción marinera por su patrona, la Virgen del Carmen. Y es que no
existe una Virgen más popular, más compartida, más celebrada. Distintas son sus
manifestaciones, su imaginería, pero una sola es su advocación, proteger a la
buena gente de la mar.
Según la tradición, el
16 de julio de 1251 la Virgen del Carmen se le apareció en Inglaterra a San
Simón Stock, un superior carmelita, y le entregó sus hábitos y el escapulario,
símbolo inequívoco del culto mariano de esa orden mendicante nacida en el Monte
Carmelo. En estos 767 años repiten que ese mismo día la Virgen prometió liberar
del purgatorio a todas las almas de las personas que vistieran el escapulario
durante su vida. El que muera ataviado con este escapulario no sufrirá las
penas del fuego eterno, dijo la Virgen más marinera. No es poca cosa tal
promesa.
Para mí la Virgen del
Carmen está en las curtidas manos del pescador, en las arrugadas cartas
navales, en las velas henchidas, a babor y a estribor, en la cresta de una ola,
en el levante o en el poniente, en la proa de todo deseo, en el uniforme de la
Armada, en los mapas del tesoro, en el bolsillo del armador, en la hermandad de
su tripulación, en el acierto de un sonar, en la firmeza del timón, en los
pecios hundidos, en la rosa de los vientos, en el ancla que te ata a los tuyos,
en lo insondable del océano oscuro, en las redes llenas, en las leyendas
marinas, en la estrella polar y en el astrolabio que la busca. El mar es su
hogar, el mar es su destino, y Ella, su reina y señora.
Este lunes, bajo una media
luna pluscuamperfecta, la Virgen salió de su hornacina y paseó su gloria por
las calles de cientos de pueblos y decenas de ciudades, portada por los suyos,
al ritmo de su Salve, con la cadencia veraniega y la curiosidad de quien se
acerca a admirar a su Hijo, con la devoción del olor a sal y el regusto a playa
serena. Porque la Virgen del Carmen es alérgica al boato y encorsetamiento de
la Semana Santa, huye de los romeros de las afueras para mezclarse con su gente
por barrios pesqueros y cascos antiguos, se mece al son de la alegría de una
banda fiel al tres por cuatro. Viva la Miiiigen, gritan unos; Ya está aquí la
Señora, susurran otros, pero todos coinciden en algo: en la adoración por el
rompeolas que, una vez al año, se hace mujer y madre. Una Virgen, su pueblo,
muchos mares, cero liturgia.
Mañana despuntará de
nuevo el alba y los barcos zarparán con rumbo a su obligado y duro destino.
Desde tierra veremos su estela, desde tierra sabremos que están protegidos.
Mañana, entre ecos del rosario de la aurora y retales de escapularios,
rendiremos debido respeto a la gente de la mar. Se lo merecen.
Que viva la Virgen del
Carmen. Salve, por siempre, Estrella de los mares.
Una procesión marcada por nuestras tradiciones malagueñas.
VIVA
LA VIRGEN DEL CARMEN
Estrella de los mares
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