Taifa de Málaga
Reyes taifas de Málaga
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Dinastía hammudí (1026-1042)
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Dinastía eslava (1042)
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Dinastía hammudí (1042-1057)
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Dinastía Zirí (1073-1090)
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Dinastía Hassun (1145-1153)
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Dinastía Zanun (1229-1238)
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La Taifa de Málaga o Taifa mālaqui fue un reino independiente musulmán
que surgió en al-Ándalus en 1026, a raíz de la
desintegración que el Califato de Córdoba venía sufriendo
desde 1008, y que desaparecería
definitivamente en 1238 al ser conquistada
por el Reino nazarí de Granada.1 Entre su fundación en 1026 y su definitiva desaparición en 1238 se
pueden distinguir cuatro etapas históricas:
Índice
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La Taifa de Málaga hacia 1037.
La primera etapa de la taifa de Málaga
abarca un período de treinta y un años, en que sus reyes pertenecieron a la
dinastía hammudi, salvo un breve intervalo de apenas un año en que el trono fue
ocupado por un eslavo. Este período se inició en 1026 cuando Yahya I al-Mu’tali, bereber de la dinastía hammudí que fuera noveno califa de Córdoba, tras ser expulsado
del trono cordobés unió bajo su mandato la cora de Málaga y la cora de Algeciras.
Desde el primer momento Yahya I
al-Mu’tali contó con el apoyo de los ziríes de la taifa de Granada y se adjudicó el título de califa, que a partir de entonces utilizaron los reyes taifas malagueños
exclusivamente. Su reinado se caracterizó por el enfrentamiento con los
reyes abadíes de la taifa de Sevilla, que cristalizó en conquista de la taifa de Carmona, que debido a su posición estratégica, suponía una
amenaza directa sobre la taifa sevillana, que en breve la reconquistó. En 1035 la muerte de Yahya
I supuso la división del territorio en dos entidades independientes: la propia
taifa de Málaga, que pasó a ser gobernada por su hermano, Idris I al-Muta'ayyad,
y la taifa de Algeciras, que quedó en manos
de su sobrino Muhammad ben al-Qasim. Durante este reinado
siguieron las luchas contra los abadíes sevillanos, logrando derrotarlos
en Écija en 1039 con el apoyo de
las taifas de Almería, Granada y Carmona.
A Idris I le sucedió en el trono
malagueño Yahya II al-Qa'im,
quien se mantuvo en él solo un año, ya que en 1040 fue desplazado
por su tío Hasan al-Mustansir, quien a su vez
perdería el trono en 1042 a manos del eslavo Naya al-Siqlabi, con lo que la
dinastía hammudí se vio interrumpida durante un breve período. El asesinato de
Naya ese mismo año y la entronización de Idris II al-Alí, hermano de Hassan, supuso la
vuelta de la dinastía hammudí. Idris II reinó hasta 1047, cuando fue depuesto,
encarcelado y sustituido en el trono por su primo Muhammad I al-Mahdi, que se mantuvo en el
trono hasta que fue envenenado y sustituido por su sobrino Idris
III al Sami, en 1052 o 1053, según las versiones,
quien se mantuvo en el trono sólo durante un año, ya que asimismo fue asesinado
y sustituido por Idris II, quien ocupó de nuevo el trono, en una segunda etapa
que se prolongó hasta su muerte en 1054 o 1055. El trono pasó
entonces a su hijo Muhammad II
al-Musta'li y después al hermano de éste, Yahya
III al-Mahdi, quien sufrió la conquista de la taifa malagueña
en 1057 a manos de Badis ben Habús,
rey zirí de Granada.
Desde la conquista de Málaga en 1057 por
Badis ben Habús de Granada, la taifa malagueña fue gobernada durante diecisiete
años por un único rey dependiente de la taifa zirí de Granada. A la muerte de
Badis en 1073 esta situación
cambió, cuando sus nietos se repartieron el reino, correspondiendo a Tamim ben Buluggin ben Badis la taifa malagueña y a su
hermano Abd Allah ben
Buluggin ben Badis la taifa granadina. Inmediatamente se
produjo un enfrentamiento entre los dos hermanos, y una primera petición de
ayuda a los almorávides por parte del malagueño Tamim, que no dio
resultado. Años más tarde, en 1085, tras la conquista de Toledo por Alfonso VI, varios reyes taifas
recurrieron también a los almorávides para hacer frente al avance cristiano.
Tras desembarcar éstos en
Algeciras los almorávides derrotaron al rey castellano-leonés en la batalla de Zalaca, tras la misma, viendo la debilidad que
tenían los reinos taifas por sus continuas disputas internas, se enfrentaron a
ellos, conquistando la taifa de Málaga en 1090.
Durante los segundos reinos de taifas, se produjo la
tercera etapa de la taifa de Málaga, que abarca un período de sólo ocho años,
con un solo rey perteneciente a la dinastía Banu Hassun, Abu-l-Hakam al-Husayn, quien tras un período de dominación
almorávide de casi cincuenta años, aprovechó una revuelta popular para
expulsarlos y hacerse con el trono. Su impopular política tributaria y las
alianzas con reinos cristianos en contra de los almorávides, hicieron su
reinado muy impopular, provocando la llegada de los almohades y su suicidio en 1153.
Durante los terceros reinos de taifas se produjo la
última etapa de la taifa de Málaga, que abarca un período de nueve años, en que
el trono fue ocupado por Ibn Zannun,
miembro de la dinastía Banu Zanum, cuyo fallecimiento en 1238 supuso la
definitiva desaparición de la taifa de Málaga, que quedó incorporada al reino nazarí de Granada.
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