LA MEDICINA EN AL ANDALUS (III)
El aprendizaje
La enseñanza de la medicina se realiza en todo el Islan mediante tres sistemas:
La enseñanza de la medicina se realiza en todo el Islan mediante tres sistemas:
1.
Enseñanza privada, donde el maestro es el que otorga la iyaza (licencia)
para ejercer.
2.
Escuelas públicas, generalmente asociadas a un maristán, o en el mismo
centro hospitalario.
3.
Escuelas privadas.
La exigencia de superar un examen
para practicar la medicina aparece en Oriente en el año 931, la causa de
imponer este examen parece ser que fue la muerte de un paciente por una
negligencia médica, tras este luctuoso acontecimiento, el califa Muqtadir, obligó
a que todo el que quisiera ejercer la medicina tuviera que superar un examen
realizado por los más refutados médicos del momento. A finales del siglo X la
obligatoriedad de estos exámenes se introdujo en al-Andalus.
En la enseñanza personal privada
existía una estrecha relación entre profesor y alumno, era común que el alumno
viviera en la misma casa del maestro. La enseñanza recibida era teórica y
práctica, una vez que el maestro consideraba que su alumno tenía los
suficientes conocimientos le otorgaba la iyaza, para poder ejercer
la medicina y transmitir los conocimientos obtenidos.
La enseñanza institucionalizada se
cultivó en al-Andalus, principalmente en Córdoba, Sevilla, Granada, Valencia y
Toledo; pero no será hasta el siglo XIV cuando surgen las primeras madrasas -especie
de centros de estudios superiores-. La primera de ellas es la construida en
Málaga por el sufí Abu Allah al-Sahili en torno al 1334. Le sigue, en 1349, la
de Granada, fundada por el hayib Ridwan, bajo el reinado de
Yusuf (1333-1354)
Madrasa de Granada
La madrasa granadina
contaba con rentas propias que sufragaban el coste derivado del alojamiento de
estudiantes y de la actividad docente desarrollada por los maestros. Radicaba
este centro de estudios superiores enfrente de donde se encuentra actualmente
la Capilla Real [1]
Tenemos referencias de otro centro
de enseñanza de materias relacionadas con la medicina, por ejemplo el existente
en Guadix, dedicado especialmente a la botánica y la terapéutica en general. Su
director era Aben Farag (siglo XIV) uno de los grandes botánicos andalusíes.
La preocupación porque la
titulación para la práctica médica fuera lo más completa posible llevó, por
ejemplo, a Abu Giafar Ahmed ben Isaac al-Osaimi a escribir un libro con setenta
y siete temas sobre como examinar a los aspirantes a doctores, la obra se
titula "El método de examinar a los que desean probar sus
conocimientos en medicina".
En algunos casos, para estar
seguros de la pericia del médico, se requería un testimonio, por escrito, de
los pacientes que había tratado y curado; una iyaza expedida
en el Albayzín granadino, en 1496, a Abul Hassan Ali ben Muhammad, especifica
que fueron llamados a testificar a antiguos pacientes atendidos por él.
Anatomía
Existe la idea, no sin cierto
fundamento, que la aportación árabe al estudio de la anatomía fue inexistente,
debido a la prohibición coránica de diseccionar cadáveres. No es del todo
cierto tal aseveración. Al igual que en otros campos se observa que los
preceptos coránicos no eran siempre seguidos de forma taxativa. No sería de
extrañar que en el campo que nos ocupa ocurriera lo mismo.
Rhazes, Avicena, Alí Abas, y por
supuesto nuestro Abulcasis hicieron análisis anatómicos, la proliferación de
obras, incluso monográficas, apoyan esta teoría. Averroes consideraba que el
estudio de las partes del cuerpo, es decir la anatomía, es el objeto material
de la medicina.
Estudio anatómico
Abd al-Latif (1162-1231) investigó
más de doscientos esqueletos, demostró la unidad del hueso sacro y contradijo
la teoría que dividía la mandíbula en dos huesos; su lema era. "el
testimonio es más confiable que doctrina de Galeno". Los autores
andalusíes fijan en doscientos cuarenta y ocho los huesos del cuerpo humano
-los griegos no fijan en ninguna parte la cifra exacta de los huesos-. ¿Si no
se estudia el interior de un cuerpo humano, como se conocen estos detalles?,
esto parece ser una prueba que los médicos andalusíes si diseccionaban
cadáveres.
Fidel Fernández Martínez [2]
comenta. "los pacientes pobres, servían como motivos de enseñanza.
Un proverbio popular en Granada decía: "se aprende a escarificar en la
cabeza de los desheredados". Una vez muertos se utilizaban los
cadáveres para llevar a cabo la disección, previo permiso del sultán, que
parece no era muy difícil de conseguir.
El continuo debate que se daba
entre la racionalidad y la ortodoxia religiosa, y no sólo en el mundo islámico,
demuestra la inquietud de ciertos intelectuales por demostrar que no sólo no
son incompatibles sino que pueden coexistir sin menoscabo para la lógica y
racionalidad. Esto es lo que me empuja a creer que la medicina musulmana, y por
ende la andalusí, estudió la anatomía del ser humano, teniendo como una de sus
fuentes de conocimiento la disección de cadáveres humanos, y no sólo de monos o
cerdos.
Medicina interna - Patología
En el campo de la patología, los
médicos andalusíes alcanzaban un gran nivel, sobre todo alrededor del siglo
XII, época en la que viven los tres grandes clínicos que dio al-Andalus a la
medicina medieval: Avenzoar, Averroes y Maimónides.
Averroes dice que no hay que
conformarse con escuchar el relato de la dolencia del enfermo, sino que se
precisa escudriñar una porción de síntomas: " Fijaos primero en la
plétora, luego estudiad detenidamente el pulso y la orina, enseguida, los
síntomas de cada órgano en particular".
Averroes ya elaboró una lista de
enfermedades e intenta su descripción monográfica. La rubéola y la viruela
aparecen mu bien estudiadas.
En diversos tratados médicos
andalusíes se habla de la palpitación de las manos, de la amarillez del blanco
de los ojos, y de la importancia que hay que dar al enfermo que marche con la
espalda encorvada.
Con Abulcasis se avanza en el
estudio clínico y en la exploración de los enfermos - dio una de las primeras
descripciones de la hemofilia, y fue uno de los primeros en dar una buena
descripción de la lepra-. Con Avenzoar se inician vivisecciones, se vislumbra
la función digestiva, con sospecha de que el intestino inferior puede absorber
líquidos alimenticios, de donde se dedujeron la aplicación de enemas de leche.
En el siglo XII progresa
rápidamente la medicina interna. Ya son habituales las vivisecciones y las
autopsias. Se distinguen, entre otras afecciones, las pericarditis, de los
abscesos del pericardio, y de las endocarditis. Se habla de hipertrofia del
corazón y de las retracciones en los orificios valvuladores. Se distinguen las
úlceras corrientes de estómago. Se demuestra que viruela sólo puede aparecer
una vez en la vida; que el reuma articular se adentra, en ocasiones, dando
metástasis, en las vísceras profundas. Se comunica que los agentes morbosos,
transmigran de unos órganos a otros; que el cerebro es el órgano que sirve para
la memoria, la reflexión, y la imaginación.
Más adelante, durante la peste que
asoló Almería, médicos andalusíes como Ibn Jatima o Ibn al-Jatib, nos explican
que la infección podía realizarse por medio de los vestidos y objetos
domésticos, por los barcos que llegaban de un lugar infectado y por gentes que
portaban la enfermedad, aunque ellos mismos estuvieran indemnes. Pleno acierto
en todas las apreciaciones.
NAzaríes son los médicos que nos
informan, por ejemplo, de que hay una enfermedad producida por animalillos
diminutos, que no se ven sin el auxilio de una lente, estamos ante los primeros
parasitólogos.
Cómo se habrá observado la
aportación de la medicina andalusí en la detención de enfermedades y en su
descripción patológica es de un valor incalculable.
La enfermedad en el
mundo islámico medieval
La protección al
enfermo en el mundo islámico medieval
(continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario