LOS SEFARDÍES
Fernando Franco
Los judíos que vivieron
en los reinos cristianos de la península Ibérica, al igual que los que vivían
en zonas musulmanas, sufrieron grandes persecuciones, pero también vivieron
largos periodos de prosperidad y tolerancia, tanto bajo la protección de los
reyes cristianos como de los taifas musulmanes.
Los judíos españoles
fueron a menudo queridos por los monarcas, no precisamente por un amor
desinteresado, sino debido a los grandes beneficios que aportaban a las coronas
bajo las cuales buscaban protección. Se establecía entonces una relación
simbiótica entre la autoridad real y las aljamas. Las comunidades judías
servían para repoblar territorios que, tras los avances militares, quedaban
baldíos, también aportaban dinero y consejeros al rey, médicos, mercaderes y
otros profesionales cualificados a la comunidad, que hacían florecer la
economía allí donde se asentaban.
El año 1492 es una
fecha fatídica para los judíos españoles, establecidos en nuestra Península muy
probablemente desde el año 73 d.C., aunque hay quien afirma que se produjeron
los primeros asentamientos tras la primera dispersión realizada por
Nabucodonosor II, rey de Babilonia, en el año 587 a.C.
Conversión o expulsión
no había otra opción. Algunos abrazaron a Cristo, muchos optaron por el exilio,
según el historiador judío Yitzak Baer alrededor de 170.000 sefardíes marcharon
en amarga procesión atravesando los reinos de España, que no había
cristiano que no hubiese dolor de ellos -nos dice el cura Bernáldez en
sus crónicas- en dirección a los puertos marítimos y hacia Portugal, de donde
serían expulsados a su vez poco tiempo después.
En los puertos
embarcaron hacia el norte de África y los territorios orientales del Imperio
Otomano; más tarde se asentaron en Francia, Holanda, Inglaterra, Italia, los
Balcanes y otros países europeos.
Los sefardíes
adquirieron especial renombre por sus logros intelectuales en el contexto de la
cultura judía, baste mencionar a R. Moshe ben Maimón, más conocido como
Maimónides o también por sus iniciales: Ramban. Lo podemos considerar como el
más grande pensador judío de la Edad Media. Controvertido, levantó pasiones
opuestas entre sus seguidores y sus adversarios. La contribución de Maimónides
a la evolución del judaísmo le proporcionó el sobrenombre de segundo Moisés. Su
gran obra en el campo de la legislación judía es el Mishneh Torah,
desarrollada en 14 libros y escrita en hebreo (1170-1180), que siguió
modificando hasta su muerte. Además, formuló los Trece artículos de fe,
uno de los diversos credos a los que numerosos judíos ortodoxos todavía se
adhieren. Está reconocido como el filósofo judío más importante de la edad
media.
También se caracterizan
los sefardíes por su tradicional lengua vernácula, el ladino, y por su
fidelidad a la práctica ritual de la tradición babilónica, en contraposición a
las tradiciones palestinas y la lengua yiddish conservadas por los askenazis.
Actualmente los
sefardíes suponen un 60% de la población judía en el mundo, entre la que cabe
destacar la comunidad establecida en Marruecos y las de las ciudades españolas
del norte de África Ceuta y Melilla.
Para saber más puede
consultar:
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