AL-QASIM BEN MUHAMMAD, REY DE LA TAIFA DE ALGECIRAS
Javier Iglesia Aparicio
[Algeciras, ¿? – Almería, d. 1055]
Rey de la taifa de Algeciras y califa hammudí (1049-1055)
Rey de la taifa de Algeciras y califa hammudí (1049-1055)
Su nombre completo era
al-Qasim ben Muhammad ben al-Qasim ben Hammud al-Watiq. En árabe القاسم الواثق بالله
Hijo de Muhammad ben al-Qasim.
El citado Muḥammad ben
al-Qasim fue el primer soberano hammudí de Algeciras y murió en 440H (16 de
junio de 1048-4 de junio de 1049). al-Qasim fue elegido como sucesor, sin que
hubiese a este respecto discrepancias, tomando el sobrenombre de al-Watiq, en
quien confía Dios.
No obstante, se
conservan cuños fechados entre los años 1051 a 1055 en los cuales sigue
apareciendo el nombre y el título de su padre. Ello podría significar que la
fecha que las fuentes narrativas dan de la fecha de la muerte de Muhammad es
incorrecta o, tal vez, que su hijo no llegase a proclamarse califa, como afirma
una crónica magrebí (Mu’yib).
Apenas sabemos nada
sobre su gobierno en Algeciras, que se prolongó durante más tiempo que el de su
padre, aunque tampoco fue muy extenso. Prácticamente la única información
disponible es la relativa al momento de su deposición, de nuevo recogida por
las fuentes narrativas.
En concreto es Ibn
Idari el que cuenta cómo la taifa algecireña fue otra de las víctimas de
expansionismo abadí, en concreto de al-Mu’tadid ben ‘Abbad.
Al-Qasim pudo resistir
el acoso durante cierto tiempo, pero apenas disponía de un contingente de
doscientos jinetes, de forma que fue presa fácil.
El soberano sevillano
organizó un gran ejército y puso sitio a Algeciras por tierra y mar, ante lo
cual al-Qasim pidió ayuda al gobernador de Ceuta, Saqqut al-Bargawatí, que teóricamente gobernaba
allí en nombre de los hammudíes. Sin embargo, la ayuda no se produjo y al-Qasim
se vio forzado a capitular, pactando con ‘Abd Allah ben Sallam, ministro y
general abadí, la entrega de la ciudad, a cambio de cual se le concedió poder
salir libre con su familia.
Así lo cuenta Ibn
Idari:
Luego extendió su mano hacia al-Qasim ben
Hammud, señor de Algeciras. El caso es que cuando halló que este muchacho, pese
a su nobleza y a la excelsitud de sus acciones, [era] el más débil de los
emires bereberes en poderío y el más pobre de ellos en hombres, se dirigió
contra él y lo sitió. Imploró entonces el auxilio de sus aliados en al-Andalus
y del señor de Ceuta Suqqut al-Bargawatí, cliente de Ibn Hammud, que se demoró,
hasta que [al-Qasim] perdió la esperanza y fue incapaz de arreglar el asunto.
Se entregó mediante amán y se vio reducido en su situación a refugiarse en
Córdoba, donde permaneció bajo la égida de Ibn Yahwar en compañía de sus
iguales, los destronados.
Ibn Idari, al-Bayan al-Mugrib, trad.
Felipe Maíllo Salgado, pp 178-179
En el año 446H (12 de
abril de 1054-1 de abril de 1055), al-Qasim abandonaba Algeciras en barco
dirigiéndose a Ceuta, donde pretendía refugiarse. Sin embargo, durante el
camino tuvo noticias de la escasa disposición de al-Bargawatí para acogerlo, de
forma que decidió cambiar el rumbo. Ibn Idarí da versiones distintas de cual
fue su lugar de exilio. Por un lado dice que se refugió en Córdoba, acogido
por Muhammad ben Yahwar, junto a a otros príncipes destronados; por otro que se fue a Almería.
Es posible que primero
estuviera en Córdoba bajo la protección de Ibn Yahwar y posteriormente se
acogiera al favor de al-Mutasim de Almería. Ibn Idari dice que permaneció en esta ciudad hasta su muerte, ocurrida en
fecha desconocida.
Acuñaciones monetarias
al-Qasim ben Muhammad
realizó acuñaciones monetarias entre los años 443H y 446H. Se conservan muy
pocas piezas.
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