lunes, 30 de marzo de 2020

GALANTERÍA DE LOS MOROS


GALANTERÍA D E LOS MOROS

Narciso Diaz de Escovar

Desde el momento en que ilustre historiador de Málaga, merecedor de toda confianza, cita el hecho que vamos á referir, hemos de aceptarlo como cierto, por más que no hallemos indicaciones del mismo en curiosas y detalladas relaciones del cerco de esta ciudad en el año 1487. La resistencia heroica de los moros malagueños había produ cido gran desanimación en algunas de las tropas sitiadoras, que murmuraban de la falta de vituallas y sobre todo sabían que la epidemia bubónica hacía millares de víctimas en comarcas poco distantes. Su deseo era asaltar la ciudad, concluir prontamente la situación de angustia, hacerse dueños de Málaga ó morir peleando. Estas buenas voluntades pecaban de imprudentes y los mejores capitanes no las estimaron oportunas, antes por el contrario se opusieron á ellas, aconsejando la calma como esperanza segura de la victoria en el sitio sostenido. Entonces el Rey D. Fernando, conociendo el dominio que la Reina D.a Isabel tenia en los soldados, la idolatría con que la miraban y la forma en que la obedecían, creyó necesario avisar á su augusta consorte y oír su opinión. La Reina no titubeó y enseguida se puso en camino llegando al campamento. Su entrada produjo el más delirante entusiasmo. Clarines y atabales resonaron anunciando la entrada de la Reina Católica. Los vivas atronaron el espacio y el desaliento se trocó en júbilo completo. Salieron á esperarla, fuera de las avanzadas, el Marqués de Cádiz y el Maestre de Santiago y á corto trecho el Rey con toda la nobleza. Venían con D.a Isabel, su hija mayor, sus más escogidas damas, el Obispo de Avil a Fray Hernando de Talavera, el Cardenal D. Pedro Hurtado de Mendoza y buen número de hidalgos, admiradores de tan noble soberana. 
NARCISO DIAZ DE ESCOVAR Su tienda se colocó hacia el sitio que hoy ocupan el Cuartel é Iglesia de la Trinidad. A los pocos dias el Duque de Medina Sidonia y su hijo llegaron con veinte mil doblas de oro. Ocupaba el Marqués de Cádiz, con su gente, el Cerro de San Cristóbal, casi al nivel del de Gibralfaro, Allí existían, prolongándose las guardias por las demás eminencias que dominan el mar, catorce milpeónos y dos mil ginetes. Allí acampaban el Provisor de Villafranca, con los soldados de las Hermandades, el Alcaide de Atienza Garci Bravo, Martin de Córdoba, Hernando de la Vega, Pedro Vaca, Carlos de Arellano, que mandábalos soldados del Duque de Medinaceli, Hernán Carrillo, el Alcayde de Soria Jorge de Beteta, Francisco de Bobadilla, Diego López de Ayala y Francisco de Bobadilla Deseó la reina visitar una tarde las estancias del Marqués y disfrutar del hermoso panorama que tanto le babia elogiado el noble soldado. (1) Subió con resolución y ligereza, acompañada de sus dueñas y damas, descansando en la tienda del Marqués. Esta era de carácter morisco, adornada con suntuosos tapices y provista de ricos almohadones y pesadas alfombras. D.a Isabel pudo contemplar á su gusto las casas de la ciudad, las torres y murallas fielmente vigiladas, el campamento cristia- ..no y á lo lejos el mar, surcado por distintas naves. Quiso el Marqués de Cádiz mostrar á la Reina la certeza de tiro de sus artilleros y mandó disparar á las baterías, contra los murallones del Gibralfaro. Apercibidos los moros de la estraña presencia de varias damas en las cumbres de San Cristóbal, conociendo ó suponiendo que era la Reina, subieron á las plataformas de sus torres y con gran curiosidad seguían sus movimientos. Entre los capitanes moros se hallaba el inolvidable Hamet el Zegrí, ese héroe de nuestra patria, olvidado de la fortuna, pero cuya energía merece un sitio preferente en nuestra historia local. Los proyectiles de los artilleros cristianos dieron en el blanco y según Guillen Robles algunas almenas ó matacanes cayeron en el foso. (1) Efectivamente es hermosa la vista que se disfruta desde lo alto del cerro, desconocida para muchos malagueños que han temido hacer aquella ascensión. Las fatigas de la subida quedan recompensadas con panorama tan soberbio. 
CURIOSIDADES MALAGUEÑAS 2^6 Irritados los sitiados quisieron contestar, todos ocuparon sus puestos pero Hamet el Zegrí, exclamó: —Nadie dispare sin caer en mi enojo. En aquellas baterías hay damas y esas son sagradas para guerreros que de caballeros se precian. Y discurriendo entonces una sangrienta burla, comunicó á sus capitanes órdenes especiales. Estrañaban lo,s orgullosos artilleros del Marqués la pasividad de los sitiados y temían las damas por momentos ver empezada la refriega, cuando se oyó en el Gibralfaro una espantosa silba. En la Torre del Homenaje un moro ondeaba el estandarte del de Cádiz, que este perdió en la derrota de la Axarquía, custodiado por varios guerreros vestidos con las corazas, yelmos, y capacetes abandonados en aquella triste jornada. El resto de la guarnición silbaba desde la muralla acompañando la exhibición grotesca. No falta escritor que asegure que, además del estandarte, se presentó un maniquí representando al Marqués. Como dice ilustre cronista «corriéronse el Marqués y su gente, avergonzáronse muchos capitanes y no faltó quien temerario y arrojado quiso juntar su hueste para acometer á los que la befaban á la vista de las damas, pero la presencia de la Reina contuvo sus ímpetus y las explosiones de su enojo.» Irritado el de Cádiz, apenas se retiró la Reina, se dispuso á vengar aquella burla y efectivamente quedaron vengados los cristianos. Se provocó una lucha cuerpo á cuerpo. El Marqués combatió como un héroe, agitando su enseña, contra la cual envió Ybrahim Zenete sus mejores huestes. Una bala de espingarda partió la adarga que el Marqués llevaba en el brazo y le produjo una contusión por debajo de la coraza. No obstante siguió luchando hasta hacer huir á los muslimes. Estos perdieron en la refriega cuatrocientos hombres, entre ellos algunos valientes capitanes Ybrahim Zenete quedó herido. Murieron treinta cristianos, pefo entre ellos el Señor de Cabanillás, Iñigo López de Medrano, el famoso Garci Bravo y tres capitanes gallegos. Entre los heridos se contó D. Diego Ponce de León, herma del Marques.
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