lunes, 6 de abril de 2020

LAS ATARAZANAS


LAS ATARAZANAS

Uno de , los mejores edificios de Málaga, construidos durante la dominación árabe, fué sin duda el llamado las Atarazanas, cuyos restos aun proclaman su grandeza á la generación actual. Atarazanas es una palabra compuesta de las dos árabes Addar y Az-zanaa, que significan casa de construcción, de donde procede también la voz arsenal. El mar besaba sus muros y se unía esta fortaleza á las murallas de la ciudad. La época en que se construyeron las Atarazanas es difícil de precisar. Medina Conde asegura las construyó el Re}^ de Córdoba Abderrahmen, pero Guillen Robles niega esta afirmación, razonando con la maestría que le es peculiar. También Marzo supone que las Atarazanas se debieron á la esplendidez de Abderrahmanlll. Más avanza otro ilustrado escritor, D. José M.a Bremon, que en el núm. 7 del periódico E l Guadalhorce (Año 1839), estima que la primitiva obra era romana, por más que posteriormente se verificase la reedificación. El mismo Bremon, dice, que en el año 911 Abderraman III ó Anasir, rey moro de Córdoba, estableció aquí los famosos arsenales para construcción de galeras y otras embarcaciones, servicio que duró muchos años. También lo afirma Medina Conde y hasta parece congeturarse de la significación del nombre que llevó el edificio aun en época cristiana. Mas estudiado el plano de las Atarazanas, tales como fueron en la época árabe y como subsistieron hasta hace algunos años, no es posible que en su recinto se construyeran naves, pues no existían condiciones para ello, Como dice Guillen Robles solo f 4 < NAKCISO DÍAZ DE ESCOTAR fuera de ellas, en el estero de la playa, es muy posible que se repararan y hasta que se construyeran. (1) Los libros antiguos la denominaron la Tarazana ó las Tarazarías. K principios del Siglo XV . marinos que tripularon las embarcaciones de D. Pedro Niño, Conde de Buelna, decían: «Por el cabo de Poniente de Málaga es la Tarazana; llega el mar á ella é aun rodéala.» A fines del mismo siglo, Pérez del Pulgar escribía: «...é después están las Tarazarías rodeadas con ciertas torres, donde bate la mar; y en una punta de la cibdad que vá á la mar, está una torre albarrada e muy ancha, que sale de la cerca como un espolón e junta con la mar.» A l ocurrir las voladuras de los molinos de Pólvora (2) en los años 1595 y 1618, las Atarazanas sufrieron grandes daños y tuvieron que ser reparadas. Un discretísimo historiador indica la estensión de la fortaleza y creemos lo más oportuno ajustamos á ella. Desde la calle llamada aun de Santo Domingo, comenzaban sus muros y continuaban por la acera izquierda, yendo al mar, de la Plaza de Arrióla. En el centro había una gran torre, con otra cuadrada alta y fuerte, que aparecía en la esquina que formaba la muralla al dar la vuelta para formar el lienzo frontero al mar. Desde ella salía un trozo de murallón que unía las Atarazanas con otra torre encumbrada, que denominaron los árabes Borch Haita, ó sea. Torre del Clamor, porque desde ella el muédano (3) convocaba á orar á los creyentes. Los cristianos la denominaron má s tarde Torre Gorda (4) y sirvió de almacén de pólvora y batería avanzada. La parte que daba al mar era redonda y cuadrada la que por su espalda daba á tierra. A mediados del Siglo XVI I parecía al exterior tener dos cuerpos y en lo, alto llevaba una construcción, que pudo muy bien (1) Lafuente Alcántara interpretó mal una indicación de Conde, en su Historia de la dominación de los árabes en España (Tomo 2.°, pág. 268), al creer que el Rey de Granada Yusuf Abul Hachab construyó en Málaga un arsenal. (2) Los molinos de pólvora se encontraban en la plaza que se llama hoy de Arrióla. (3) Se llamaban así á los encargados de las mezquitas. (4) Hace pocos años se ha dado el nombre de esta Torre, á la calle que desde la de Atarazanas vá á la Alameda. CURIOSIDADES MALAGUEÑAS ^5 servir para salida de la escalera de la plataforma. A los pies se hallaba una escarpa que batían las olas del Mediterráneo. A l poniente del Torreón, hacia la Plazuela de Arrióla, y por la parte exterior, tenía su escalera especial, llamándose la puerta que le daba entrada. Puerta de los Gigantes Ovando Santaren en su poética descripción de Málaga, dice: Del mar la Torre Gorda por divisa, cuanto es en nuestras costas celebrada, es un Etna del bárbaro precisa, y teniendo á sus sombras abrigada tanta canalla, que en su arena frisa, presumida en su trato de alentada, de atrevidos Gigantes es su Puerta porque á los vicios, la ha tenido abierta. Sin duda se refería el conceptuoso poeta á la clase de gente que frecuentaba sus alrededores en el siglo XVII . Los muros de Atarazanas, fronteros al mar, tenían dos metros diez centímetros de espesor, y se hallaban almenados y defendidos por matacanes. Sus esquinas las formaban dos torres cuadradas, distantes cuarenta y dos metros, veinticuatro centímetros. No lejos de la torre de la izquierda se abría una grandiosa puerta, que aún hoy se conserva y dá acceso al Mercado de Al - fonso Xlí. (1) Tiene sesenta y cuatro metros de altura; siete metros, veinte y ocho centímetros de ancho. La luz de su hueco cinco metros, su altura ocho metros, cincuenta y seis centímetros; el tizón de las piedras de la portada cincuenta y nueve centímetros y el de las dovelas cuarenta y uno y cuarenta y dos relativamente á causa de los resaltos. Consta de sesenta y tres dovelas, incluyendo claves y contra-claves. Está labrada de mármol y jaspón, siendo de arco de herradura, ligeramente apuntado, adovelado, con sus dovelas alternativamente realzadas y rehundidas; tiene sobre la clave otras dovelas en la misma disposición, formando una faja en extremo airosa; desde la clave, siguiendo la curva de la herradura, una elegante línea de piedra forma un recuadro, haciendo en el tímpano, bajo la faja antedicha una curva dentro de la cual hay una concha; otra estrecha línea de piedras salientes limita en (1) Esta magnifica puerta la restauró el arquitecto D. Joaquín Rucoba. Está edificada á veinte y cinco metros, hacia Levante, de su antigua situación. ^ 6 NARCISO DÍAZ DE ESCOVAR su dirección de longitud y anchura la puerta, encuadrándola en un elegante rectángulo. (1) En cada enjuta del arco hay un escudo con su respectiva inscripción, grabada en una faja, trazada al sesgo, en caracteres magrabíe s y cuya traducción es el famoso. Solo Dios es vencedor, ensalzado sea. El lado de Levante formaba una línea muy inclinada á la derecha, luciendo una torre redonda, que se denominó de Tirilo. Después de ella el lienzo de murallas seguía formando el de la ciudad, hácia la calle dicha de Santo Domingo. El muro que constituía la parte posterior del recinto, cerraba, hacia la ciudad, el perímetro de la fortaleza. En el interior se veían señales de dos edificaciones, de épocas distintas. Hacia la derecha presentaba seis extensas bóvedas con un patio, entre la segunda y tercera. En la parte de la izquierda se hallaba otro patio con corredores laterales salpicados de columnas, en medio un pozo y en el fondo una sala. , Un murallón recto y largo, paralelo á la fachada, dejaba desde él hasta el posterior del recinto, un espacio grande en el que se notaba otro pozo y habitaciones unidas á los muros. Las bóvedas sostenían aposentos y estos una terraza amplia que dominaban las almenas. El perímetro de las Atarazanas medía cinco mil ocho metros de superficie. En el interior existía una Mezquita, á la cual, según Bremon, correspondía la puerta de mármol blanco que restaurada subsiste. La fortaleza debió tener otras puertas, creyéndose que las de Aos Gigantes estaban forradas en cobre. En 1773 distaba 290 varas del mar, pero once años antes se aseguraba vivían personas que pescaron con caña desde la zarpa de piedra que resguardaba la Torre Gorda. (2) Varias láminas hemos visto de este edificio, tal como se encontraba á principios y mediados del Siglo actual, entre ellas las •que dibujó Manuel de Mesa para el Guadalhorce, en 1839, la que reprodujo Schopel en 1850 y la unida á la Guía del Viajero que en 1861 publicó D. Benito Vilá. (1) Al hacer esta descripción nos atenemos á la escrita por Guillen Robles. (2) Así se decía en la Relación histórica de la inundación que padeció la ciudad de Málaga, en la noche del 25 de Septiembre de 1764. CURIOSIDADES MALAGUEÑAS ^7 ^ También se publicó un plano del edificio, á fines del año 1773,. del cual hizo una reducción el inteligente arquitecto D. Manuel Rivera Valentín, que ha dedicado siempre preferente atención á las antigüedades malagueñas. A l reconquistarse Málaga, se creó una ermita bajo la advocación de San Cosme y San Damián, en el mismo local que fué Mezquita en las Atarazanas. (1) Consta así por Real Cédula de 21 de Diciembre de 1491, dada en el Real de la Vega de Granada. Pocos meses después, el fraile Trinitario Calzado Fray Miguel de Córdoba, que con otros religiosos de su orden venía en los Ejércitos Reales, pidió dicha Mezquita y edificio contiguo para fundar convento. La ciudad accedió á ello, pero el ruido del mar, los escándalos de los barqueros y otras razones, les hicieron abandonar aquellos lugares. En 1535 el Emperador Carlos V. mandó reparar esta fábrica y y de este tiempo arrancaba la parte de obra cristiana ó moderna y el nombre de Atarazanas Reales. En 1620 coronaban sus baluartes 300 piezas de artillería, entre las que había algunas de 36 palmos, cañones, medios cañones y piezas de más de cincuenta libras de bala, puestas todas en sus cureñas. De estas algunas eran tomadas al francés en Tornay. En 1625, siendo Corregidor D. Diego de Villalobos y Benavides, aquél hombre enérgico cuyo nombre nos ha trasmitido la tradición, (2) se sacaron algunas piezas de estas Atarazanas, de las que se pusieron dos medios cañones de alcance en el baluarte de San Andrés, cinco en el del Obispo, uno en la Torre del Puente de Sto. Domingo y otros en la Puerta del Mar. También prestaron gran servicio las Atarazanas como Hospitales, durante algunas de las Epidemias que más terribles efectos causaron en Málaga. En otras ocasiones sirvieron de oficinas y almacenes del Estado y finalmente de cuarteles, especialmente para fuerza de Artillería y Caballería. Desde que la revolución de Septiembre de 1868 proyectó la destrucción de algunos edificios locales, se pensó en convertir en escombros las Atarazanas. Poco tiempo después el derribo era un hecho y solo se conservó su puerta de marmol blanco, gracias (1) Algún historiador opina que fué en una Mezquita que se hallaba cercana, pero no en la que había dentro del recinto. No se probaba esta opinión. (2) A Diego Villalobos se refiere nuestro artículo Un Corregidor mo* délo, comprendido en el Cuaderno 2.° de esta obra. ^8 NARCISO DIAZ DE ESCOVAR á los Sres. Rucoba, Rivera Valentín y á otros ilustrados malagueños conocedores del valor de este monumento arquitectónico. Sobre las ruinas de las Atarazanas se levantó el actual Mercado de Alfonso XII, contrucción soberbia hecha por un contratista forastero, el cual viene dando en la actualidad mucho que hacer á nuestros ediles reclamando judicialmente añejos créditos, cuya totalidad no ha podido ser todavía abonada. (1)

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