BUÑUELOS DE SARDINAS

 

BUÑUELOS DE SARDINAS

Esta receta es malagueña. Pues soy de Málaga y en mi casa mi madre nos la hacía con sardinas y boquerones, daba igual, u otro pescado, pero lo de la sardina siempre me acuerdo porque tenía que poner muchas, pues todos íbamos picando antes de llegar a la mesa, mientras las freía, asadas o a la plancha, no por el mal olor que dejaba en la casa. La cuestión es que estas sardinas son riquísimas de comer.

 

Ingredientes

20 Sardinas

2 Limones

Flor de sal

Para la masa de buñuelos:

100 gr de harina tamizada

1 yema de huevo

1 Clara de huevo

1 Pizca de sal fina

100 gr de leche

1 Cucharadita de aceite de oliva

Sal

Pimienta negra recién molida

 

Elaboración

Limpiamos las sardinas de cabeza, entrañas y espinas, las dejamos en filetes. Enjuagamos muy bien bajo el grifo y las dejamos escurrir de agua. Espolvoreándolas con un poco de sal por encima de ellas.

Para la masa de buñuelo: En un bol colocamos la harina tamizada, la yema de huevo, la cucharada de aceite de oliva, sazonamos con una pizca de sal fina y mezclamos muy bien, hasta integrar todos los ingredientes.

En otro bol, batimos las claras a punto de nieve fuerte con una gota de limón.  

Añadimos la leche poco a poco  al bol de la harina mezclándola con una varilla, hasta obtener una masa homogénea, sin grumos. Después incorporamos la clara de huevo a punto de nieve fuerte a la masa de harina, con movimientos suaves y envolventes de abajo hacia arriba, hasta su incorporación a la masa...

En una sartén, con abundante aceite de oliva bien caliente, vamos echando las sardinas, que previamente las hemos sumergidos en la masa de buñuelos, procurando que no se toquen entre si al freírlas unas con otras, pues se tienen que hinchar la masa. Le damos la vuelta cuando estén dorados por un lado y doramos por el otro, unos 3-4 minutos aproximadamente.

Las sacamos y colocamos sobre una fuente con papel absorbente de cocina para quitar el exceso de aceite.

Sazonar con flor de sal (opcional)

Servimos los buñuelos de sardinas bien calientes con un limón cortado en rodajas (al que le guste el limón, a mí no para no perder el sabor del pescado, pero de sabores cada uno es dueño de sí mismo).

¡Buen provecho!