AL-ṬIGNARĪ
Al-Ṭignarī. Abū `Abd
Allāh Muḥammad b. Mālik al-Mūrrī al-Ḥāŷŷ al-Garnāṭī. Ṭignar (Granada), s. m. s. XI – ?, p. t. s. XII. Agrónomo, poeta y
literato andalusí; posiblemente también fue médico y ocupó cargos políticos.
Se sabe que ya durante su
juventud destacó como un excelente
poeta en la época del último de los monarcas zīríes granadinos, el emir `Abd
Allāh b. Bullugīn (465 H./1073 C. – 483 H./1090 C.). A partir de estas
fechas las fuentes históricas y biográficas árabes guardan silencio sobre él, y
únicamente el polígrafo granadino Ibn al-Jaṭīb señala que aún vivía en el año
480 H./1087 C. El resto de su vida hay que reconstruirla a partir de los datos
autobiográficos incluidos en su tratado agrícola, que lleva por título Kitāb
Zuhrat al-bustān wa-nuzhat al-aḏhān (Esplendor del jardín y recreo de
las mentes), así como de
las noticias proporcionadas por los agrónomos andalusíes posteriores.
Pronto se trasladaría a la
taifa almeriense, de acuerdo con la información recogida en su obra, para poco
más tarde dirigirse a Sevilla en las postrimerías del gobierno `abbādí. En esta
corte sevillana entró a formar parte del grupo de poetas y naturalistas –agrónomos, botánicos y médicos– agrupados en torno a la figura de
varios maestros comunes, entre ellos el agrónomo toledano Ibn Baṣṣāl, el médico
sevillano Abū l-Ḥasan Šihāb,
con quien estaba estudiando en esta ciudad en el año 494 H./1100 C., según
indica en su tratado agrícola, y posiblemente también con Ibn al-Lūnquh –o Ibn Luengo–, médico toledano discípulo de Ibn Baṣṣāl.
De
Sevilla partiría hacia Oriente para cumplir con el precepto canónico de la
peregrinación –el agrónomo Ibn al-`Awwām lo cita con
bastante frecuencia en su tratado como al-ḥāŷŷ al-Garnāṭī
o, simplemente, como al-ḥāŷŷ– y establecer contacto con otros centros
intelectuales de la época situados en diversos puntos a lo largo de la ruta, de
acuerdo con la información recogida en su tratado. Tras una estancia en la
corte ḥammādí, en la actual Argelia, continuó su periplo por el Mediterráneo
oriental, pasando por Trípoli, Alejandría y varias ciudades sirias, entre ellas
Damasco, comprobando in situ prácticas
agrícolas e hidráulicas que en estos lugares se practicaban y que podían tener
aplicación en al-Andalus. Ya
afianzado el gobierno almorávide en al-Andalus, al-Ṭignarī regresa de nuevo a Granada y concluye la
redacción de su tratado agrícola; posiblemente en esta ciudad transcurrirían
los últimos años de su vida, aunque no sabemos con exactitud la fecha exacta ni
el lugar de su muerte.
El Kitāb Zuhrat al-bustān wa-nuzhat al-aḏhān (Esplendor
del jardín y recreo de las mentes) no se ha conservado completo; solo nos ha
llegado una copia manuscrita del texto original, aunque incompleta en su inicio
y final y, aproximadamente, una veintena de copias del resumen que de él se
realizó. No obstante, en el Tratado de
agricultura de Ibn Luyūn, quien utilizó ampliamente el texto
completo de al-Ṭignarī, encontramos una preciada
información sobre el mismo. Así, se confirma el título y se detalla su
estructura formal: “contiene doce tratados (maqālāt), número igual al de los signos del
zodíaco y al de los meses del año, y trescientos sesenta capítulos (abwāb), tantos como grados tiene la
circunferencia”. Igualmente,
en las notas marginales del manuscrito original de la obra de Ibn Luyūn, no
recogidas en la edición existente de la misma, se indica que al-Ṭignarī entregó
su tratado agrícola al gobernador almorávide de Granada Abū l-Ṭāhir Tamīm, hijo del emir Yūsuf
b. Tašufīn,
pudiéndose establecer la fecha de la redacción del mismo entre el año 490
H./1096 y el 501 H./1107 C.
El Kitāb
Zuhrat al-bustān se encuentra precedido de un extenso
prólogo con cuestiones de tipo jurídico referidas a las prácticas agrarias,
aunque es un añadido posterior al texto original, ya que en él se citan algunos
autores del siglo XIII. Tras este prólogo se inicia realmente
el tratado con un calendario agrícola de carácter astronómico y meteorológico,
que recoge también referencias de tipo mágico. Culmina esta parte introductoria
un resumido tratado de cosmografía, para
acabar con un interesante apartado sobre la naturaleza y génesis de las plantas
que constituye una auténtica innovación temática con respecto a los restantes
tratados agrícolas andalusíes. A continuación se exponen los temas generales
que suelen encabezar las obras geopónicas: tras las referencias a tierras,
abonos, aguas y vientos, siguen otros capítulos con contenidos amplios que van
desde los factores, tanto físicos como morales, a tener en cuenta en la
elección de los trabajadores y los encargados de las explotaciones agrícolas,
hasta diversas normas prácticas dedicadas a los agricultores, finalizando con
unos consejos sobre economía doméstica. A partir de aquí comienza la parte
dedicada a fitotecnia, referida al plantío de árboles y arbustos de acuerdo con
los sistemas básicos. Destacan, por su extensión e interés, los capítulos
dedicados al cultivo del olivo y, sobre todo, de la vid, reflejando la
importancia y extensión que tendría en aquella época este monocultivo
característico del área mediterránea. Otro apartado destacado es el referido a
los injertos y sus diferentes tipos, uno de los más interesantes desde un punto
de vista botánico, dado el especial concepto de la sistemática que al-Ṭignarī refleja,
con agrupaciones de especies correctamente realizadas desde el prisma de la
actual Sistemática Vegetal, además de ciertas cuestiones novedosas desde el
punto de vista técnico y lingüístico en él recogidas. Tras un apartado dedicado
a la elaboración del agua de rosas y de otras aguas aromáticas, se inicia la
parte dedicada a fitotecnia herbácea: cereales, leguminosas, plantas textiles y
tintóreas, junto a otras usadas como condimento, y hortalizas y verduras,
truncándose aquí el texto del tratado, que debería contener, lo mismo que otros
andalusíes, una última parte dedicada a la zootecnia y veterinaria. En estos
capítulos se constata también la introducción de nuevas especies que,
posteriormente, se fueron integrando en la agricultura peninsular, como plátanos,
caña de azúcar, azufaifo, diversos cítricos, pistacho, algarrobo, determinadas
variedades de trigo duro…Otra de las novedades que presenta este tratado es que
finaliza el estudio de cada planta con un apartado en el que se recogen sus
propiedades medicinales y nutritivas, hecho este inusual en los restantes
textos agrícolas andalusíes.
Son
numerosas las fuentes citadas y, al contrario de lo que sucede con la mayoría
de los geóponos andalusíes, prácticamente todas son identificables; entre estos
únicamente son mencionados los autores toledanos del siglo XI Ibn Wāfid e Ibn Baṣṣāl.
Se
puede concluir que el Kitāb Zuhrat al-bustān es un tratado teórico y
práctico, que recoge y aúna la tradición clásica mediterránea junto
con la oriental representada por la magna enciclopedia del siglo X, la Agricultura Nabatea, y tras un proceso de
comprobación y experimentación, las lleva a la práctica en suelo peninsular. En
definitiva, el tratado de al-Ṭignarī es uno de los que reflejan de forma más
directa y concreta la realidad agrícola andalusí, aportando una valiosa
información de carácter lingüístico y botánico, junto a otra relativa a
prácticas locales. A ello hay que añadir que en el aspecto formal, al menos el
que presenta el original, es uno de los más claros y sistematizados de los
textos agronómicos andalusíes.
A
nuestro autor se le atribuye otra obra de tema agrícola que no se ha conservado
y de la que se desconoce el título, aunque no existen argumentos sólidos para
aceptar esta propuesta.
Obras de ~: Kitāb Zuhrat al-bustān wa-nuzhat al-aḏhān (Esplendor del jardín y recreo de las
mentes), ed. de E. García Sánchez, en Fuentes
arábico-hispanas, 32, Madrid, CSIC, 2006; unos breves fragmentos poéticos
junto con otros en prosa recogidos por Ibn al-Jaṭīb e lbn Bassām.
Bibl.: Ibn al-`Awwām, Kitāb al-Filāḥa (Libro de agricultura), Madrid, Imprenta Real, 1802 (ed. y trad. J. A. Banqueri, Libro de agricultura. Su autor el doctor excelente Abu Zacaria Iahia Aben Mohamed Ebn el Awam, Sevillano; ed. facsímil, con est. prel. y notas por J. E. Hernández Bermejo y E. García Sánchez, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1988); M. Ullmann, Die Natur und Geheimwissenchaftten im Islam, Leiden, E.J. Brill, 1972; Ibn al-Jaṭīb, al-Iḥāṭa fī ajbār Garnāṭa, (ed. M. `A. A. `Inān, El Cairo, 1973-1978, 4 vols.); Ibn Bassām, al-Ḏajīra fī maḥāṣim ahl al-Ŷazīra, (ed. I. `Abbās, Beirut, 1978-1979, 8 vols.); E. García Sánchez, “El tratado agrícola del granadino al-Ṭignarī”, en Quaderni di Studi Arabi, V-VI (1987-1988), págs. 278-291; Ibn Luyūn, Kitāb ibdā´ al-malāḥa wa-inhā’ al-raŷāḥa fī uṣūl ṣinā`at al-filāḥa (Libro del comienzo de la hermosura y de la culminación de la inteligencia, acerca de los fundamentos del arte de la agricultura), ms. nº 14, custodiado en la Biblioteca de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC), Granada, s. XIV (ed. y trad. de J. Eguaras Ibañez, Ibn Luyūn: Tratado de agricultura, Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife, 1998, 2ª ed.); E. García Sánchez, “Al-Ṭignarī y su lugar de origen”, en Al-Qanṭara, IX/1 (1988), págs. 1-11; “Agricultura y legislación Islámica: el prólogo del Kitāb Zuhrat al-bustān de al-Ṭignarī”, en Ciencias de la Naturaleza en al-Andalus. Textos y Estudios, I, Granada, EEA-CSIC, 1990, págs. 179-193; “El botánico anónimo sevillano y su relación con la escuela agronómica andalusí”, en Ciencias de la Naturaleza en al-Andalus. Textos y Estudios, III, Granada, EEA-CSIC, 1994, págs. 193-210; J. M. Carabaza Bravo y E. García Sánchez, “Estado actual y perspectivas de los estudios sobre agronomía andalusí”, en El saber en al-Andalus. Textos y Estudios. III, Sevilla, Universidad-Fundación El Monte, 2001, págs. 101-118; E. García Sánchez, “Al-Ṭighnarī”, en Encyclopaedia of Islam (ed. ingl.), vol. X (2002), págs. 479-480, (ed. fr.), X (2002), pág. 515; J. Samsó, Las Ciencias de los Antiguos en al-Andalus, 2ª ed. con addenda y corrigenda a cargo de J. Samsó y M. Forcada, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2011; E. García Sánchez, “Al-Ṭignarī, Abū `Abd Allāh”, en Biblioteca de al-Andalus, VII, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2012, págs. 454-459.
Expiración
García Sánchez
Web: Real Academia de la Historia
No hay comentarios:
Publicar un comentario