IBN SAID, AL-MAGRIBI
Ibn Sacīd al-Magribī. Abū
l-Ḥasan cAlī b. Mūsà al- cAnsī. Granada, 30 ramadán 610
H./12.II.1214 C. – Túnez, 11 šacbān
685 H./2.X.1286 C. Literato andalusí, antólogo, historiador y geógrafo.
Suele
apodársele “el andalusí” (al-Andalusí),
“el granadino” (al-Garnāṭí), “el
alcalaíno” (al-Qaclí:
por “Qalcat b. Sacīd”) y “el del Occidente islámico o
Magreb” (al-Magribí). Fue el miembro más
célebre de una familia andalusí muy ilustre, los Banū Sacīd,
lo cual resultó esencial para su formación y actividades: los Banū Sacīd eran árabes qaḥṭāníes, de
procedencia yemení, y descendían de un Compañero del Profeta llamado cAmmār ibn Yasīr. Un primer cAbd Allāh b. Sacīd
se instaló en al-Andalus cuando la conquista musulmana, entrando con las tropas
de Mūsà ibn Nuṣayr, en el siglo VIII. Llegaron a sobresalir en una fortaleza
que fue llamada “Qalcat Yaḥṣub” y “Qalcat Aštalīr”, hasta que ellos mismos le
pasaron su nombre, y adoptó el de “Qalcat
b. Sacīd”, que aparecerá
castellanizado como “Alcalá de Benzayde”, y acabará por adquirir, tras su
definitiva conquista por Alfonso XI en 1341, su denominación de “Alcalá la
Real”, por la que sigue conociéndose esta ciudad jiennense, recordada por Ibn Sacīd, en al-Mugrib,
como: “roca de al-Andalus, se aferra a los broches del cielo para lograr las
primicias de la gloria y de la majestad, y es rábita de guerra santa y castillo
de magnates y nobles...”.
La
importancia de los Banū Sacīd se
manifiesta en la extensa memoria conservada sobre su linaje, con referencia
hasta a 14 ascendientes directos de nuestro autor, que así se llamaría: cAlī hijo (ibn)
de Mūsà hijo de Muḥammad hijo de cAbd
al-Malik hijo de Sacīd hijo de Jalaf
hijo de Sacīd hijo de Muḥammad hijo
de cAbd Allāh hijo de Sacīd hijo de al- Ḥasan hijo de cUṯmān hijo de Muḥammad hijo de cAbd Allāh hijo de Sacīd, enlazando ya con el citado compañero
del Profeta cAmmār; incluso
señala Ibn Sacīd, en su autobiografía
(al-Mugrib, I, parte sobre Egipto) que el
cadí de Málaga Ibn cAskar dedicó
un opúsculo a la genealogía de los Banū Sacīd;
y varias fuentes mencionan una obra del propio Ibn Sacīd
sobre la historia de su familia y región (titulada: al-Ṭālic al-sacīd
fī tārīj bayti-hi wa-baladi-hi), que hoy parece perdida. Además de esa
ascendencia directa, reflejada en sus apellidos, la familia proliferó en otras
ramas, y sobre varios de sus miembros quedan noticias en las fuentes árabes.
Entre los inmediatos antecesores de nuestro autor, están su padre Mūsà b.
Muḥammad (muerto en 1243), su abuelo Muḥammad b. cAbd
al-Malik (fallecido en 1193), y su bisabuelo cAbd
al-Malik b. Sacīd (muerto en 1194).
Los Banū Sacīd destacaron en la vida política,
administrativa y cultural. Fueron gobernadores de “su” Qalcat o
Alcalá de Benzayde, más o menos independientes según las épocas y los avatares
andalusíes, y ejercieron otros cargos gubernativos en Granada, Sevilla y
Algeciras, e incluso fuera de al-Andalus. El padre de nuestro cAlī b. Sacīd,
llamado Mūsà, fue valí de Algeciras, allí nombrado por el emir murciano Ibn
Hūd, alzado contra los Almohades desde 1228; cAlī
b. Sacīd lo menciona en al-Mugrib: “cuando Sevilla volvió a poder de
Ibn Hūd, nombró a mi padre valí de Algeciras, donde permanecimos algún tiempo
gozando de una vida inolvidable que recuerdo con nostalgia”, y así lo encomia
en un verso propio: “Me otorgó Dios un tiempo, que, / si otro, después, aún me
complaciera, / mi alegría ya sólo sería fingida.”
cAlī b. Sacīd acompañó, así pues, a su padre en
Algeciras, colaborando con él e incluso sustituyéndolo en sus funciones cuando
su progenitor fue designado gobernador de Sevilla, hacia 1231, también por el
emir Ibn Hūd, cuya muerte en 1238 determinó la partida de al-Andalus de nuestro
autor y de su padre, seguramente con más familiares, en 1240-1241; hecho
político decisivo, ante la situación de conflictos internos y la pérdida de las
fronteras andalusíes, pero siempre añoró Ibn Sacīd
su tierra, llegando a mostrarse arrepentido de su emigración y afirmando que
“sólo se reconoce el valor de algo, cuando se pierde”.
cAlī b. Sacīd nació en Granada, como él mismo
declaró, la noche de la Fiesta de la Ruptura del ayuno del año 610, es decir el
12 de febrero de 1214 y murió en Túnez, 11 šacbān
685 H./2 de octubre de 1286, aunque algunos autores indican otras fechas, tanto
para su nacimiento como para su muerte. Las fuentes árabes le califican de
“literato” (al-adīb),
“historiador” (al-mu’arrij)
y “gramático” (al-naḥwī),
señalando que estudió con grandes sabios como al-Šalawbinī, Ibn cUṣfūr, al-Dabbāg y al-Aclam al-Baṭalyawsī. De hecho, recibió la
esmerada educación que por status le
correspondía, en el gran centro cultural que todavía era la Sevilla almohade y
postalmohade, donde transcurrió su juventud, mientras la tierra familiar de
“Alcalá de Benzayde” pasaba varias veces del dominio musulmán al cristiano,
durante aquella primera mitad del siglo XIII.
Ya
indicamos que cAlī b. Sacīd y su padre Mūsà partieron de
al-Andalus en 1240-1241, inseguros tras la muerte del emir Ibn Hūd, al que
sirvieron; recorrieron el Magreb (Ceuta, Fez, Salé, Marrakech) y Túnez; luego
peregrinaron a La Meca y en octubre de 1241 llegaron a Alejandría, donde quedó
su padre mientras él acudía a El Cairo, aunque tornó a Alejandría al morir su
padre, con 67 años, en marzo de 1243. Nuestro autor volvió a El Cairo, buscando
el apoyo de diversos personajes, hallando un mecenas generoso y culto en Mūsà
b. Yagmūr (1203-1265), gobernador y chambelán en la capital egipcia. En el
mismo 1243, Ibn Sacīd le dedicó su Libro de las banderas de los campeones, en
cuyo prólogo ensalza a su protector. El sultán le autorizó la consulta de la
Biblioteca real, y a leer y escribir se dedicó con afán, no sólo en Egipto sino
en Siria, donde pasó tres años junto al gran literato Ibn al-Adīm.
En 1249,
realiza su segunda peregrinación a La Meca, y se encamina luego a Damasco,
frecuentando la corte del sultán al-Mucaẓẓam.
En 1250, marcha a Emesa, Mosul y Bagdad, visitando a sabios, bibliotecas y
poderosos; desde Basora va a Arrayan, y de nuevo a La Meca. En 1254, va a Túnez,
y sirve al sultán al-Mustanṣir. En 1267, vuelve a Oriente, pasa por Bagdad y
entra en Irán. Hacia 1276, regresa a Túnez, y vuelve al servicio de
al-Mustanṣir, para morir diez años después. En su vida destacan sus periplos en
busca del saber y la composición de obras. Metódico y claro, fue según su
biógrafo el visir granadino Ibn al-Jaṭīb “la joya central del collar que forma
su familia, el más sabio de su tierra, la perla de su país, autor y compilador,
gran viajero, personalidad original, buen informador, extraordinario en su
peregrinar por el mundo, en frecuentar a los poderosos, disfrutar de grandes
bibliotecas, y en acopiar interesantes datos acerca del Oriente y el Occidente”.
En
referencias generales se le llegan a adjudicar 400 obras (?), aunque los
estudiosos sólo alcanzan a reunir y distinguir unos cincuenta títulos
diferentes de obras suyas, de las cuales sólo están mejor o peor localizadas en
manuscritos, y editadas y/o traducidas la decena de obras de Ibn Sacīd que señalaremos en la bibliografía
final, además de sus poesías clásicas y popularizantes
(moaxajas). Identificar mejor sus obras es uno de los aspectos que sobre
Ibn Sacīd siguen
pendientes: ¿lo titulado al-Bad’ -manipulado
por un copista conocido- fue parte o procede de su Baṣṭ / Ŷugrāfiya?; dos denominaciones separan al-Mušriq y de al-Mugrib,
luego reunidas como “Firmamento del anhelo abarcando el ornato de la lengua
árabe y conteniendo los dos libros de al-Mušriq....
y al-Mugrib” (Falak al-arab al-muḥīṭ bi-ḥulà lisān al-carab
al-muḥtawī calà kitābay al-Mušriq fi ḥulà al-Mašriq
wa-l-Mugrib fī ḥulà al-Magrib”; ¿es la Našwa una
parte del Qidḥ, o mejor dicho: qué
representa éste en relación con su titulado “resumen” (Ijtiṣār al-qidḥ)?:
puede que no sea su resumen, sino de Maṣābiḥ al-ẓulam,
o que Ibn Sacīd denominara
igual dos obras diferentes.... Ante la muy posible alta duplicidad de
designaciones, en varios casos evidente, lo correcto sería considerar que Ibn Sacīd compuso poco más de una decena,
contando con alguna perdida, de la que sólo quede su título.
Su
principal actividad fue la de crítico y antólogo de la literatura, sobre todo
de poesía, de cronista y la de geógrafo. El interés de sus aportaciones reside,
precisamente, en la forma de combinar la antología literaria con datos históricos
y geográficos, a veces de gran valor, como cuando inserta noticias tomadas del
gran cronista cordobés Ibn Ḥayyān que no se encuentran en otras fuentes, como
el largo capítulo sobre los jueces de Córdoba en el siglo XI. Destaquemos
que Ibn Sacīd es reconocido
por la amplitud y sutileza de su producción literaria, su capacidad para
culminar la secular y magna obra familiar de al-Mugrib,
su eximia presentación de lo andalusí en el Magreb y en Oriente, y su
interés por ese Oriente del que también se ocupó por escrito.
En el campo
de las antologías literarias, se han conservado de Ibn Sacīd
las siguientes obras: al-Guṣūn al-yānica; Ijtiṣār
al-qidḥ al-mucallà; Kitāb rāyat al-mubarrizīn; al-Mugrib [parte
I: Egipto y parte II: al-Andalus]; al-Muqtaṭaf; al-Mušriq fī ajbār al-Mašriq; cUnwān
al-murqiṣāt wa-l-muṭribāt. En el campo histórico, nos quedan: su historia
de los árabes y de la Península Arábiga antes del Islam: Našwat aṭ-ṭarab; y quizás la “Historia” (Tārīj kabīr / Tārīj ṣagīr),
en un manuscrito, copiado en Granada en 1300, con un resumen de la historia de
los Almohades y unos Anales (desde 1224-1240). Y en el de la geografía: un
tratado sobre la localización en latitudes de varios lugares, sobre todo de la
Península Ibérica y el Magreb; J. Vernet ha valorado esta obra, conservada en
siete manuscritos (en Londres, San Petersburgo, Turquía, Leiden, París y
Oxford), prueba también de su interés.
Ibn Sacīd había nacido unos meses después de la
terrible derrota almohade-andalusí en Las Navas de Tolosa, en 1212, y creció
recibiendo sus funestas consecuencias para las fronteras de al-Andalus, por
ejemplo la primera conquista castellana de Alcalá de Benzayde, precisamente, y
entre otras plazas, por Alfonso VIII, en 1213-1214, manteniéndola la Orden de
Calatrava hasta 1219... Las oscilaciones fronterizas menguaron el poder local
de los Banū Sacīd, los Benzayde. Ante
todo aquello, nuestro autor se apuntó a la acción de los antólogos salvadores
de la memoria literaria, pero a la vez, con un raro pero no inhabitual
distanciamiento, evita en sus escritos enfrentarse del todo a la realidad, y
prefiere seguir refiriéndose a un al-Andalus eternizado en sus límites clásicos
de la época omeya, siempre que de las regiones y ciudades elegidas, estén o no
conquistadas en su siglo XIII, procedan memorables literatos andalusíes. La
geografía política se transmuta en recuerdo artístico para marcar unos confines
simbólicos e inmutables de al-Andalus.
En el
propósito, sobre todo implícito, de salvar la materia poética andalusí incide
la gran obra colectiva de los Banū Sacīd,
ultimada por cAlī b. Sacīd, en 1243 (copiándola en manuscrito,
conservado en El Cairo, de su puño y letra, en 1247-1248), en el volumen
dedicado a al-Andalus en la amplia antología titulada Libro
extraordinario sobre las galas [var.: los poetas] del Occidente [islámico]: Kitāb al-mugrib fī ḥulà [garā’ib] l-Magrib,
obra que incorporó el, hoy —como tal— perdido, “Libro prolijo sobre los méritos
[lo extraordinario] del Occidente [islámico]”: Kitāb
al-mushib fī faḍā’il [garā’ib] al-Magrib de al-Ḥiŷārī (muerto en
1155), que compuso este “Libro prolijo” durante los meses en que residió en
Alcalá de Benzayde, bajo el mecenazgo de los Banū Sacīd.
De hecho, fue cAbd al-Malik b. Sacīd, bisabuelo de nuestro autor, quien
encargó ese “Libro prolijo” a su autor, además de añadirle materiales, como
también hicieron otros Banū Sacīd:
Aḥmad y Muḥammad (éste, abuelo de nuestro autor), y también Mūsà, su padre,
antes de que lo ultimara nuestro cAlī
b. Sacīd, que indica (citado por
García Gómez, El libro de las banderas,
L I) haber él mismo “escrito este ejemplar y completado el Kitāb al-falak... que se subdivide en dos: al-Mušriq fī ḥulà al-Mašriq (“El
brillante, sobre las galas de Oriente”) y al-Mugrib
fī ḥulà al-Magrib (“El extraordinario, sobre las galas del
Occidente”). Bástele a al-Andalus, como gloria en esta materia, la composición
de un libro como ése, por seis personas distintas, en un período de ciento
quince años, pues termina en el año 645 [de la Hégira = 1247-1248]”. De al-Mugrib no se conoce hoy ningún
manuscrito completo; el ya citado códice autógrafo conservado en la Biblioteca
Nacional de El Cairo sólo contiene partes relativas a Egipto y a al-Andalus. De
él se obtuvo copia en el siglo XIX, gracias al interés del Académico Francisco
Codera. Hay que resaltar, también, la aportación de E. García Gómez editando y
traduciendo magistralmente el resumen de al-Mugrib,
titulado Libro de las banderas de los
campeones.
La extensa
obra de al-Mugrib, ultimada por Ibn
Sacīd, es la más valiosa entre sus
antologías literarias, sobre todo de versos, clasificados por los lugares de
origen de los poetas, con más o menos pinceladas geográficas e históricas. Tal
tipo de antologías fueron apareciendo en al-Andalus desde comienzos del XII,
tras las grandes y ya sucesivas pérdidas territoriales, y tampoco es casualidad
que en pleno siglo XIII cundan de tal forma y extensión, pues están
relacionadas “genéticamente” con la mengua espacial y todas sus consecuencias,
y suscitadas por el designio salvador al menos de la memoria cultural andalusí,
intención que produjo, entre otras, esta antología de al-Mugrib.
Si en los
antólogos del siglo XII primaba la urgencia trágica de salvar la producción
cultural andalusí, ahora en el siglo XIII, la nostalgia se impone sobre el
drama; Ibn Sacīd ya no declara
explícitamente la tragedia fronteriza como motor de sus antologías, aunque su
propósito salvador actúe implícitamente, pues el drama ha sido idealizado y
traspasado de añoranza. Una prueba de la concepción idealizada del territorio
andalusí nos la da Ibn Sacīd en la
división territorial que plantea en al-Mugrib,
y que, todavía en pleno siglo XIII, sitúa en al-Andalus a Toledo (conquistada
en 1085), a la Marca Superior (Zaragoza fue conquistada por Alfonso I, en
1118), a Lisboa (en 1147), a Tortosa (en 1148), a Valencia (en 1238), a Badajoz
(en 1230), incluso a Córdoba (en 1236), viendo el mismo Ibn Sacīd todo esto, antes de su partida de
al-Andalus, en 1241, siete años antes de la conquista de Sevilla por Fernando
III.
Ibn Sacīd ofrece, sobre al-Andalus, una división
territorial original, empezando por Córdoba, aunque ya no era el centro
principal, e incluso había sido también conquistada por Fernando III antes de
que nuestro autor ultimara el Mugrib.
Distingue
tres áreas en la Península Ibérica: Oeste, Centro y Este, formadas por lo que
él llama “reinos” (mamlaka), en número de
dieciséis, constituidos, sólo en los casos de Córdoba y Sevilla, por “coras”,
en un esfuerzo de sistematización que —de modo significativo— no extendió al
resto, excepto en el caso de Játiva, denominada “cora” (dentro del “reino” de
Valencia), recurriendo para todo el resto al más fácil expediente de mencionar,
sin más clasificación interior, las ciudades y castillos, de cada enclave,
cuando en ellos hubiera destacado algún personaje, de quienes procura citar más
o menos versos.
Señala
siete “reinos” al oeste de al-Andalus: Córdoba (con las coras de Córdoba,
Porcuna, Alcocer, Almodóvar, Moratalla, Cuzna, Belalcázar (Gāfiq),
Écija, Cabra, Estepa y Lucena); Sevilla (con las coras de Sevilla, Carmona,
Sidonia, Morón, Qalcat Ward,
Arcos, Osuna, Tarifa, Algeciras, Ronda, Niebla y Huelva); Badajoz, con las
ciudades de Mérida, Badajoz, Évora y Trujillo, y varios castillos; Silves, con
las ciudades de Silves, Santamaría [del Algarve], Loulé y Cacela, y alquerías;
Beja, con la ciudad de Beja y el castillo de Mértola; Lisboa, con esa ciudad, y
Cintra y Santarem; A continuación, y descolocado, el “reino” de Málaga,
citándose en él las ciudades de Málaga (Rayya),
Vélez, Bizmiliana y Lamāya.
Otros
cuatro “reinos” “en el centro de al-Andalus”: Toledo (con las ciudades de
Toledo, Talavera, Guadalajara, Talamanca, Madrid, el “fuerte” de Calatrava y la
alquería de Maqueda); Jaén (Jaén,
y otras ciudades como Quesada, Úbeda, Baeza, Baza, más castillos); Ilbīra (Granada) (con las dos
capitales, Elvira, y luego Granada, Priego y Loja, entre sus ciudades, y varias
alquerías y castillos), y Almería (con Pechina, Almería, las ciudades de Berja
y Andarax, y castillos).
Al Este,
los “reinos” de: Tudmīr (Murcia)
con Murcia, y las ciudades de Mula, Villena, Elche, Alicante, Lorca y Orihuela,
más castillos y alquerías. Valencia, con la capital, Valencia, algunos
castillos y alquerías, más “la cora de Játiva” y “la jurisdicción de Denia”.
Tortosa y la Sahla (Albarracín);
y la Marca [Superior],
donde destacan las ciudades de Zaragoza, Tudela y Tarazona, Lérida, Huesca y
Medinaceli, más alguna alquería, y, finalmente, el “reino” de Mallorca, con
referencias a Mallorca, Menorca e Ibiza.
La atención
concedida a nuestro cAlī b. Sacīd dentro de su cultura árabe, y
desde su mismo siglo XIII, se manifiesta en el número proporcionalmente alto de
manuscritos que de sus obras se conservan. Si descontamos alguna atribución
dudosa, como la de al-Bad’, por
los recelos que provoca su códice único conservado en la Bodlein Library (vid: al-Gunaym, 2006, págs. 49 y 74), como
también la de al-Ḥulla al-siyarā’ (ms.
copiado en 1284, Biblioteca Nacional de El Cairo), resulta que hoy por hoy se
conocen unos treinta manuscritos, más o menos completos, repartidos por
diversas bibliotecas, correspondientes a las obras de Ibn Sacīd tituladas: Baṣṭ / Ŷugrāfiya; Guṣūn; Ijtiṣār al-qidḥ; Mugrib y Mušriq; Muqtaṭaf; Našwa; Rāyat;
y cUnwān,
cuyas referencias bibliográficas se relacionarán a continuación.
Obras de ~: Baṣṭ al-arḍ fī l-ṭūl wa-l- carḍ
(Kitāb al-Ŷugrāfiya), s. l., s. f. [ed. de J. Vernet, Tetuán, 1958; trad.
de J. Vernet, “Marruecos en la Geografía de Ibn Sacīd
al-Magribí”, en Tamuda, I (1953),
págs. 245-263; “España en la Geografía de Ibn Sacīd
al-Magribí”, en Tamuda, VI (1958),
págs. 307-326 (reprod. en sus De cAbd al-Raḥmān I a Isabel II. Recopilación
de Estudios, Barcelona-Bellaterra, 1989, págs. 351-371]; Kitāb al-Ŷugrāfiya li-Ibn Sacīd,
s. l., s. f. (ed. de I. al- cArabí, Beirut, 1970; reimpr. Argel,
1984); al-Guṣūn al-yānica fī maḥāsin šucarā’
al-mi’a al-sābica, s. l., s. f.
(ed. de I. al-Ibyārī, El Cairo, 1954; 2.ª ed., 1968); Ijtiṣār
al-qidḥ al-mucallà, s. l., s. f.
(ed. de I. al-Ibyārī, El Cairo, 1959); Kitāb
rāyat al-mubarrizīn: El libro de las banderas de los campeones, s. l., s.
f. (ed., trad. y est. de E. García Gómez, Madrid, Instituto Valencia de Don
Juan, 1942; reimpr. con nuevo pról., Barcelona, Seix Barral, 1978; ed. de N.A.
M. al-Qāḍī, El Cairo, 1973; ed. M.R. al-Dāya, Damasco, 1987; trad. de A. J.
Arberry, Moorish Poetry: a Translation
of the Pennants, an Anthology compiled in 1243 by the Andalusian Ibn Sacīd,
Cambridge, 1953); al-Mugrib fī ḥulà
l-Magrib, [parte I: Egipto], s. l., s. f. (ed. de Z. M. Ḥasan, El Cairo,
1953); [parte II: al-Andalus], s. l., s. f. (ed. de Š. Ḍayf, El Cairo,
1953-1955, 2 vols.; reimprs. en 1978 y 1980); [ed. de E. Lévi-Provençal, en Arabica, 1 (1954), págs. 219-224; ed. de J.
al-Manṣūr, Beirut, 1997, 2 ts.]; al-Muqtaṭaf
min azāhir al-ṭuraf, s. l., s. f. (ed. de S. Ḥanafī, El Cairo, 1983, y ed.
en la tesis doctoral de A. M. al-Ṭūmā, Granada, Universidad de Granada, 1984); al-Mušriq fī ajbār al-Mašriq, ms. N.º 2532
en la Biblioteca Nacional de El Cairo; Našwat
aṭ-ṭarab, s. l., s. f. (en F. Trummeter, Ibn
Saids Geschichte der Vorislamischen Araber, Stuttgart, 1928; ed., trad.
parciales con estudio por M. Kropp, Die
Geschichte der ‘Reinen Araber’ vom Stamme Qaḥṭān aus dem Kitāb Našwat aṭ-ṭarab
fī tārīj ŷāhiliyyat al-carab,
tesis doctoral, Universidad de Heidelberg, 1975, 2 ts.; ed. de M. cAbd al-Raḥmān, Ammán, 1982, 2 ts.); cUnwān
al-murqiṣāt wa-l-muṭribāt, El Cairo, 1286/1869 (ed. y trad. de A. Mahdad, Modèles de vers à danser et à rire, Argel,
1949; Beirut, Dār Ḥamd, 1973); Tārīj
kabīr / Tārīj ṣagīr (“Historia
grande / pequeña”), s. l., s. f. [posibles pasajes en un ms. identificado por
E. Fagnan, “Un fragment d’une chronique d’Ibn Said”, en Revista crítica de Historia y Literatura (Madrid)
(octubre de 1896), págs. 336-338]; Poesías, en metros clásicos y en moaxajas,
conservadas en varias fuentes.
Bibl.:
Autobiografía de Ibn Sacīd, en la
introducción de al-Mugrib (parte
I: Egipto); F. Codera, “Copia del tomo de Abén Çaid en la biblioteca de la
Academia”, en Boletín de la Real
Academia de la Historia (BRAH), XIX (1891), págs. 498-506; F. Codera,
“Copia de un tomo de Aben Çaid regalado a la Academia por Ahmed Zekí”, en BRAH, XXVII (1895), págs. 148-160;
Al-Suyūṭī, Bugyat al-wucāt, ed. de M. Abū l-Faḍl Ibrāhīm,
vol. II, El Cairo, 1964, n.º 1809; Ibn Abī Usaybica, cUyūn
al-anbā’, ed. de N. Riḍà, Beirut, 1965, pág. 533; Al-Maqqarī, Nafḥ al-ṭīb, ed. de I. cAbbās, Beirut, 1968, 8 vols.; F. Pons
Boigues, Ensayo bio-bibliográfico sobre
los historiadores y geógrafos arábigo-españoles, Madrid, Establecimiento
Tipográfico San Francisco de Sales, 1898, n.º 260; M. M. Antuña, “Una obra
fragmentaria de Abensaid el-Maghrebi existente en la Real Biblioteca de El
Escorial”, en BRAH, 86 (1925); G.
Potiron, “Élements de biographie et de généalogie des Banū Sacīd”, en Arabica,
12 (1965), págs. 78-92; G. Potiron, “Un polygraphe andalou du XIIIe siècle... Ibn Sacīd”, en Arabica,
13 (1966), págs. 142-166; C. Pellat, “Ibn Sacīd al-Maghribī”,
en Encyclopédie de l'Islam, vol.
III, Leiden, 1968, págs. 950-951; M. H. Al-cIyāḍī, Ibn Sacīd
al-andalusī. Ḥayātu-hu wa-turāṯu-hu al-fikrī wa-l-adabī, El Cairo,
1972; D. Lange, “La région du lac Tchad d’après la géographie d’Ibn Sacīd: textes et cartes”, en Annales Islamologiques, XVI (1980), págs.
149-182; F. de la Granja, “Geografía lírica de Andalucía musulmana”, en Historia de Andalucía, vol. V, Madrid, 1981,
págs. 81-97, espec. págs. 88-92; M. J. Viguera Molins, “Los jueces de Córdoba
en la primera mitad del siglo XI (Análisis de datos)”, en Al-Qanṭara, V (1984), págs. 123-145; F.
Velázquez, “Diálogo poético-amoroso en la Granada almohade: Abū Ŷacfar b. Sacīd
y Ḥafṣa la Rakūniyya”, en Anales de
la Universidad de Cádiz, III-IV (1986-1987), págs. 149-169; C. del Moral, Un poeta granadino del siglo XII: Abū Ŷacfar b. Sacīd,
Granada, Universidad, 1987 (2.ª ed., Madrid, 1997); R. Arié, “Un lettré andalou
en Ifrīqiya et en Orient au XIIIe siècle: Ibn Sacīd”,
en Historia y cultura del Islam español,
Granada, Escuela de Estudios Árabes-Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 1988, págs. 1-26 (reprod. en L’Occident
musulman au Bas Moyen Age, París, 1992, págs. 47-73); W. Hoenerbach, “Los
Banū Sacīd de Alcalá la Real y sus
allegados: su poesía según la antología al-Mugrib (I)”,
en Homenaje al Prof. Jacinto Bosch Vilá,
vol. II, Granada, Universidad, 1991, págs. 739-773; W. Hoenerbach, “Los Banū Sacīd de Alcalá la Real y sus allegados: su
poesía según la antología al-Mugrib (II)”,
en Revista del Centro de Estudios
Históricos de Granada y su Reino, III (1989), págs. 81-102; M. Y.
Al-Ansari, al-Tafā’ul al-ṯaqafī bayna
al-Magrib wa-l-Masriq [A master of
intercultural history in Islam. Ibn Sacīd
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María Jesús
Viguera Molins
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